Los ocho tipos de memoria y siete ideas para potenciarla en los niños

La memoria es una habilidad cognitiva que engloba un conjunto de estructuras y procesos cerebrales. Son los que permiten a los niños y a los adultos procesar la información, almacenarla en nuestra mente y crear recuerdos.

Gracias a la memoria los niños tienen identidad, aprenden y saben quiénes son ellos y quiénes son las personas que les rodean.

Así, a grandes rasgos, la memoria sirve para:

  • Fijar, guardar y recuperar múltiples informaciones.
  • Reconocer distintos tipos de acontecimientos como familiares, hechos pasados, nombres...
  • Mantener una información en el tiempo necesario para ser utilizada.

Pero, ¿qué tipos de memoria existen y cómo potenciar la memoria en los más pequeños? Hablamos sobre todo ello.

Tipos de memoria

Encontramos diferentes tipos de memoria, cada uno con una función diferente.

Morgado clasifica estos tipos de memoria en un artículo publicado en 2005 en la Revista de Neurología, titulado "Psicobiología del aprendizaje y la memoria: fundamentos y avances recientes".

Vamos a conocer estos tipos de memoria y cómo funcionan en los niños:

1) Memoria sensorial

La memoria sensorial es aquella que nos llega a través de los sentidos. Es una memoria muy breve, que dura entre 200 y 300 milisegundos, y que desaparece inmediatamente o que se transmite a la memoria a corto plazo, otro tipo de memoria.

La información que almacenamos a través de ella permanece el tiempo necesario para que sea atendida de manera selectiva e identificada para poder procesarla posteriormente.

Su función tiene que ver con "el aquí y ahora", con todo lo que ocurre en el momento presente y ante lo que se tiene que reaccionar en tiempo real. La información que almacenan los niños a través de ella puede ser de tipo visual, auditiva, olfativa, táctil, etc.

2) Memoria a corto plazo

El siguiente tipo de memoria es la memoria a corto plazo, que opera cuando se ha seleccionado y atendido una determinada información en la memoria sensorial.

Esta información pasa a la memoria a corto plazo. Su capacidad es limitada (podemos almacenar a través de ella entre cinco y nueve elementos o estímulos).

Tiene dos funciones:

  • Mantener la información en la mente no estando dicha información presente.
  • Manipular esa información permitiendo intervenir en otros procesos cognitivos superiores (es lo que se conoce como memoria de trabajo).

3) Memoria a largo plazo

La memoria a largo plazo es la que permite a los niños almacenar la información de forma duradera. Esta puede ser de dos tipos:

  • 3.1) Memoria a largo plazo implícita

La memoria implícita se almacena de manera inconsciente. Está implicada en el aprendizaje de diversas habilidades y se activa de modo automático. Un ejemplo de una acción que realizan los niños a través de ella es aprender a montar en bicicleta.

  • 3.2) Memoria a largo plazo explícita

La memoria explícita está asociada a la consciencia o, al menos, a la percepción consciente.

Permite a los niños conocer los lugares, las cosas, las personas y todo lo que esto significa. A su vez, esta se divide en:

  • Memoria semántica : la información que acumulan los niños a lo largo de su vida, en relación a los hechos históricos, a los nombres de las personas o las capitales, etc. Es necesaria para utilizar el lenguaje.
  • Memoria episódica: es la memoria que permite a los niños tener recuerdos de su vida (es la memoria autobiográfica; por ejemplo, recordar cómo fue su primer día de colegio).

4) Memoria retrógrada

Más allá de los tipos de memoria que plantea Morgado, encontramos también la memoria retrógrada y la anterógrada.

En el caso de la retrógrada, hablamos de aquella que nos permite evocar recuerdos pasados (sobre todo, recuerdos lejanos).

5) Memoria anterógrada

Por contra, la memoria anterógrada es la que permite a los niños aprender y crear nuevos recuerdos (es decir, va "de atrás hacia adelante").

Cómo potenciar los diferentes tipos de memoria en los niños

Te damos algunas ideas para fomentar los diferentes tipos de memoria en la infancia:

Escuchar y contar cuentos

La actividad de leer y contar cuentos, un buen hábito antes de ir a dormir, es una buena forma de ayudar a los niños a desarrollar su memoria.

Podemos probar con leerles un cuento y después pedirles que expliquen los hechos más relevantes del mismo. Incluso, pueden hacer un resumen escrito.

Aprovechando esta actividad, también pueden probar a inventar finales diferentes para una misma historia, lo que fomenta su imaginación.

Fichas para favorecer la memoria

Las fichas de estimulación cognitiva también son un buen recurso para estimular la memoria en los niños.

Te dejamos un par de ejemplos de fichas que pueden resultar útiles, para trabajar la memoria pero también la atención.

Fuente: Orientación Andújar
Fuente: Edufichas

Crear un Memory

Podemos crear un memory "casero" con nuestro hijo, recortando diferentes cuadrados, círculos o rectángulos de una cartulina, y dibujando en cada uno de ellos algo (un objeto, un paisaje, lo que queráis).

Haremos los dibujos por parejas para crear el memory, que también se puede comprar (hay una gran variedad en el mercado, para diferentes edades, con diferentes temáticas, número de fichas/piezas, etc.).

¿El funcionamiento del juego? Ir destapando las fichas de dos en dos y por turnos para hacer parejas; si no haces pareja, las vuelves a voltear, memorizando qué dibujo o imagen hay en cada lugar.

Simón

El clásico juego del simón también es útil, concretamente para hacer trabajar la memoria inmediata y a corto plazo, además de ser divertido y entretenido.

Normalmente es un dispositivo con cuatro luces de colores (verde, roja, amarilla y verde), que se van activando y cuya secuencia debemos memorizar y repetir. Si te equivocas, ¡pierdes el turno!

¿Qué hicimos ayer?

A través de esta actividad, se les pide a los niños que relaten o escriban todo aquello que hicieron el día anterior.

Para aumentar un poco la dificultad de la actividad, se les puede pedir también que anoten los hechos en orden cronológico.

Identificar el objeto que falta y/o el orden

Esta actividad la podemos hacer de diferentes maneras; por ejemplo, colocando una serie de juguetes en el sofá, y pidiéndole al niño que los memorice durante unos segundos.

Después el niño se retira, cambiamos los objetos de orden (o retiramos alguno), y le pedimos que identifique cuáles ya no están y cuáles han cambiado de lugar.

Palabras encadenadas

Este juego es ideal para mejorar la memoria verbal, la recuperación de la información y la velocidad de procesamiento. Idealmente debe hacerse en grupo, con un mínimo de tres niños.

El primer niño debe decir una palabra, y el siguiente deberá buscar una palabra que empiece con la misma sílaba con la que ha terminado la última palabra citada. Por ejemplo:

  • Mesa
  • Sano
  • Norma
  • Mano

Para añadirle un poco de dificultad, podemos poner la siguiente norma; las palabras que ya han sido dichas, no podrán repetirse. ¡A divertirse!

Fotos | Pexels

Bebés y más | ¿Por qué nuestra memoria no empieza hasta que tenemos tres años?, Memoria de trabajo: para qué sirve y cómo potenciarla en los niños

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