Niño de tres años: todo sobre alimentación, sueño, desarrollo y sociabilidad en esta etapa

El tercer cumpleaños del niño es todo un hito para la familia, pues nuestro hijo deja atrás su etapa de bebé para adentrarse en la etapa de preescolar. Y aunque este momento puede suponer sentimiento encontrados para los padres, es sin duda un momento fascinante para el niño, pues se abre ante él nuevo mundo plagado de experiencias y aprendizajes.

A esta edad los niños son naturalmente activos, y empiezan a sentirse con confianza y autonomía para hacer cosas nuevas. Sin embargo, todavía necesitan de la protección y la dedicación de los padres para sentirse seguros. Hacemos un repaso por los tres años del niño.

Alimentación del niño de tres años

A los tres años el niño ya debería comer en trozos y haber incorporado todos los alimentos en su dieta. Suele ser frecuente que en esta etapa aparezca un fenómeno llamado neofobia, que consiste en la negativa del niño a probar alimentos nuevos, e incluso a rechazar algunos sabores que ya había incorporado a su dieta.

Aunque puede llegar a ser una etapa desesperante para los padres, la neofobia acaba pasando en torno a los cinco años, por lo que hasta entonces es importante mantener una actitud positiva que fomente la buena relación del niño con la comida, sin obligarle a comer y preparándole platos variados que le ayuden a ir ampliando poco a poco su repertorio de sabores.

Los altibajos en el apetito son normales en los niños en etapa preescolar. Es importante respetar sus ritmos sin dejar de transmitirle unos hábitos de vida saludables a través de la alimentación.

En cuanto a la dieta del niño de tres años, debemos elaborar menús saludables y equilibrados que contengan lácteos, cereales, carnes, pescados, verduras y frutas. Debe reducirse al máximo el consumo de azúcares, así como de alimentos poco saludables por contener grandes cantidades de sal y grasas trans.

Otro aspecto a tener en cuenta en la alimentación del niño es el aspecto social a la hora de comer. En este sentido, los padres debemos enseñar buenos comportamientos en la mesa, aunque sin agobios, mostrándoles cómo usar los cubiertos correctamente, cómo colocarse la servilleta, por qué debemos esperar a los demás antes de empezar a comer... y otras normas sociales que cada familia tenga establecidas.

Es importante transmitir al niño que comer es un placer, por lo que el momento de la comida debe vivirse de forma relajada y en compañía, compartiendo mesa niños y adultos, y aprovechando la ocasión para conversar, sin tecnología de por medio.

Crecimiento del niño de tres años

En el período preescolar el ritmo de crecimiento se ralentiza. Por lo general, en el tercer año el niño podrá aumentar alrededor de 2,5 kilos y 9 cm de alto, pero como sabéis las cifras son muy relativas, y lo realmente importante es que el aumento de peso y de estatura vayan acompasados.

Ya no es necesario medir al niño con tanta frecuencia, pero sí se recomienda hacerlo cada seis meses para ir controlando su crecimiento. Si la altura no aumentara durante este periodo es aconsejable consultarlo con el pediatra.

Podemos estimar cuánto medirá el niño de adulto mediante un sencillo cálculo matemático. De este modo, la talla estimada o "talla diana" será el resultado de sumar la talla del padre y talla de la madre y dividirlo entre dos, teniendo en cuenta una variación de seis centímetros y medio por arriba o por abajo en función de si nuestro hijo es niño o niña, respectivamente.

El sueño en los niños de tres años

A esta edad podemos encontrar niños que se vayan a la cama sin ningún problema y duerman toda la noche del tirón, o niños a los que les cueste más este momento e incluso tengan varios despertares nocturnos. A veces, incluso un mismo niño pasa por diferentes etapas.

A la hora de dormir, debemos asegurar al niño un entorno agradable, sin luz ni ruidos que puedan molestarle y sin pantallas antes de dormir. Leer un cuento o hacer ejercicios de relajación es una excelente actividad para que los pequeños cojan el sueño con más facilidad. Si en casa practicáis colecho, las recomendaciones de hacerlo de forma segura siguen siendo fundamentales.

Es importante procurar al niño un correcto descanso y que duerma las horas recomendadas a su edad. Entre los tres y los cuatro años, la mayoría deja de dormir siesta, aunque hay algunos niños que la siguen necesitando.

También suelen aparecer en esta etapa las pesadillas, terrores nocturnos o miedo a irse a la cama. Por lo general, estos episodios son normales y pasajeros, aunque en ocasiones también pueden ser un síntoma de que algo no va bien (una mala adaptación al colegio, algún problema que el niño no sepa resolver, un entorno familiar tenso, la llegada de un nuevo hermanito...). Si tenemos cualquier duda o preocupación, lo recomendable es consultarlo con el pediatra.

En todo caso, es fundamental aportar al niño confianza, seguridad y tranquilidad a la hora de irse a la cama, y en caso de despertares nocturnos por culpa de pesadillas o terrores, dedicarle toda nuestra atención y mimos para que pueda relajarse y volver a dormir.

Si el niño ya no utiliza pañal nocturno debemos facilitarle el momento de ir al cuarto de baño por la noche, dejando alguna luz encendida, quitando obstáculos de su camino y ofreciendo nuestra ayuda si nos necesita. Igualmente, debemos tener en cuenta que es probable que haya escapes nocturnos de manera ocasional, sin que esto suponga ningún retroceso en el proceso de abandonar el pañal.

Desarrollo del niño de tres años

Durante la etapa preescolar el niño es cada vez más consciente de su individualidad, con todo lo que ello conlleva. Por un lado, intentará y conseguirá hacer cada vez más cosas por sí mismo, pero por otro lado se producirán rabietas y frustraciones al ver que no siempre puede hacer todo lo que se propone.

Poco a poco aprende a cuidar de sí mismo, a vestirse, a realizar elecciones, a cumplir normas y a seguir rutinas. Ya no busca la aprobación del adulto, pero recurre a él si siente necesidad. Sus emociones son extremas, pueden pasar del llanto a la risa en cuestión de segundos. Es recomendable enseñarle a expresar sus sentimientos con palabras.

A los tres años el niño es capaz de:

  • Dibujar un círculo
  • Ya no necesita pañal durante el día. Si todavía usa el orinal hay que ir iniciando paulatinamente el cambio al inodoro.
  • Sabe ponerse y quitarse alguna prenda de ropa
  • Hace un puzzle simple, arma torres de hasta 6 o 9 bloques
  • Puede andar de puntillas o con los talones
  • Realiza movimientos con soltura, espontaneidad y armonía. Acelera y aminora la marcha
  • Hace la pinza correctamente.
  • Sube escalera poniendo un pie en casa escalón
  • Utiliza cubiertos y bebé en vaso o taza
  • Salta con dos pies
  • Hace trazos verticales
  • Empieza a mostrar predominancia de un lado sobre el otro

El juego por excelencia a esta edad es el juego simbólico. Les encanta disfrazarse, jugar a mamás y papás, a la casita... en definitiva, a imitar cualquier situación de la vida real. También les gustan los así como cantar y bailar o moverse con la música.

Lenguaje y sociabilidad

A los tres años, el niño puede comunicar sus ideas, hacer preguntas y expresar sus necesidades. Empiezan a cuestionarse muchas cosas (la famosa etapa del "por qué") a las cuales debemos responder en la medida que pregunten y con palabras que puedan comprender.

Su vocabulario comenzará a ser cada vez más extenso:

  • Introducirá los artículos "el" y "la" en las frases, si es que no lo hacía con anterioridad.
  • Comienza a ser capaz de expresar no solo lo que ve, sino también lo que no ve, poniendo palabras a sus pensamientos, ideas o imaginaciones.
  • Es capaz de mantener una conversación con un adulto, y es importante fomentarlo, pues esto le proporcionará nuevos recursos, palabras, etiquetas y descripciones que luego utilizará, enriqueciendo su lenguaje.
  • Es capaz de comprender las emociones de los demás, por qué alguien se siente triste o alegre, así como la relación de acontecimientos causa-consecuencia.
  • Aprenderá a usar pronombres personales, proposiciones y adverbios con mayor exactitud y a dominar los tiempos verbales pasado y futuro.

En cuanto a su relación con otros niños, le encanta jugar con ellos y participar en actividades de grupo y cooperativas, aunque también disfrutará jugando solo. A esta edad aprenderán el concepto de "compartir", y debemos animarle a que lo hagan si así lo desean, para pasar todos juntos un rato divertido.

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Fotos | iStock

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