Psicología inversa: qué es y cómo usarla (y cómo no) con los niños

Seguro que alguna vez has oído a hablar de la psicología inversa... Aquello de "decir o pedir lo opuesto a lo que queremos realmente". Pero, ¿funciona realmente este técnica?

En este artículo describimos con mejor detalle el funcionamiento de esta técnica, su mecanismo, usos y algunos ejemplos para que puedas usarla eficazmente con tus hijos. También debes saber cómo no utilizarla para evitar que interfiera en la comunicación con tus hijos.

¿Qué es la psicología inversa y cómo funciona?

La psicología inversa es una forma de influencia social, o técnica de estrategia persuasiva, con múltiples aplicaciones. Su objetivo es guiar al otro hacia la decisión que en realidad es la que nosotros ya hemos tomado (o la que consideramos más adecuada, en este caso, para la educación de nuestros hijos).

Así, es una estrategia de influencia social indirecta, que consiste en lo siguiente: aparentar tener una posición opuesta a la que realmente tenemos, con el fin de causar una determinada reacción en el otro, la cual nos favorezca (o, en este caso, la cual favorezca en realidad a ambas partes, tanto a nosotros como a nuestros hijos, cuando hablamos de educación).

Un ejemplo aplicado a los niños

Os dejamos un ejemplo sencillo de psicología inversa, aplicado a los niños, para entender un poco mejor este concepto psicológico.

Imagínate que este fin de semana tenéis, toda la familia, ganas de hacer un plan. Hay dos opciones: ir a pasar el día en casa de la abuela, ya que está mayor y tiene ganas de ver a su nieto (lo que deseáis tú y tu pareja) o ir al parque de atracciones (lo que desea vuestro hijo).

Dependiendo de la actitud de vuestro hijo...

Si tu hijo suele aceptar vuestras propuestas, la estrategia más adecuada o eficaz sería decir directamente que preferís ir a ver a la abuela. Como vuestro hijo suele ceder y/o estar de acuerdo a lo que proponéis, seguramente accederá.

Por contra, si vuestro hijo es más bien combativo, tiende a discutir las decisiones que tomáis como padres y no es fácil que llegue a acuerdos con vosotros, si dices directamente que preferís ir a casa de la abuela, lo más probable es que empiece una disputa y que no quiera ir.

Cómo utilizar la psicología inversa en este ejemplo

En este caso, quizás sea una buena estrategia utilizar la psicología inversa. ¿Cómo? Comunicándole que preferís ir al parque de atracciones, pero dando argumentos muy débiles al respecto.

Así, si la técnica funciona, lo más probable es que vuestro hijo ponga en duda estos argumentos débiles y acabe escogiendo ir a casa de la abuela, que es lo que queréis realmente.

¿Cómo funciona realmente la psicología inversa?

El funcionamiento de la psicología inversa se basa en un fenómeno psicológico: el de la reactancia psicológica. Esta es una reacción que tiene el objetivo de restaurar la libertad o el control sobre una situación, cuando se percibe un ataque en ella.

Se da a través de cuatro pasos: primero percibimos que tenemos libertad, después sentimos que nuestra libertad es atacada, surge la reactancia y es entonces cuando restauramos nuestra sensación de control y libertad a través de alguna acción.

Dos usos clave de la psicología inversa

Encontramos dos usos clave de la psicología inversa. Por un lado, uno de sus usos es que es una técnica que permite persuadir al otro (como veíamos en el ejemplo anterior).

Por otro lado, a través de la psicología inversa buscamos la validación del otro, la reafirmación en algo que nos genera dudas o incluso, la aceptación social.

En este segundo caso, hablamos por ejemplo de cuando queremos que alguien nos dé su aprobación sobre algo que hemos hecho, debido a que nos sentimos inseguros.

Ejemplos de psicología inversa

Un ejemplo sería; decir "he escogido este vestido para ir a la cena y creo que me quedará fatal"; esta afirmación genera en la otra persona la necesidad de desconfirmar la afirmación, lo que nos proporciona una mayor seguridad en la elección ("quizás sí he escogido bien").

Muchas veces utilizamos la psicología inversa sin darnos cuenta, como en este ejemplo, es decir, de forma inconsciente (aunque nuestra parte inconsciente sí busque la reafirmación).

La psicología inversa como técnica indirecta de persuasión

Para entender mejor esto, volvamos al ejemplo descrito de la decisión del fin de semana. Cuando nuestro hijo percibe que intentamos persuadirlo, y ve amenazada su libertad de elección, reacciona oponiéndose a ello, porque tiene la necesidad de recuperar el control. ¿Qué ocurre?

Que al anticipar esto (el fenómeno de la reactancia psicológica), nosotros como padres, a través de la psicología inversa, planificamos qué queremos que decida nuestro hijo, es decir, hacia dónde queremos guiarlo o encaminarlo.

Por ello hablamos de la psicología inversa como una técnica psicológica de persuasión indirecta, porque "opera" de forma indirecta.

Psicología inversa: proponer dos alternativas

Otra variante a la hora de usar la psicología inversa en los niños es ofreciéndoles dos opciones a elegir, y mantenernos firmes en ello. Por ejemplo, "puedes elegir entre hacer los deberes ahora o en 20 minutos, después de merendar", o "puedes escoger entre cenar verdura o ensalada".

De esta forma, el aspecto positivo es que les damos la libertad de escoger entre dos opciones que resultan adecuadas y válidas también para nosotros.

Cómo NO usar la psicología inversa

Si bien es cierto que la psicología inversa puede resultar efectiva y adecuada en algunos casos, es importante que no abusemos de esta técnica. Es decir, ¡solo usarla en momentos puntuales! Y sobre todo, que no lo hagamos con aspectos delicados.

Por otro lado, no deberemos utilizarla nunca, lógicamente, como una forma de manipulación. Y además, hemos de tener en cuenta que esta técnica nunca debe sustituir la comunicación natural, directa, cálida y afectiva.

La psicología inversa en etapas de rebeldía, y en la etapa del "no"

En línea con lo que comentábamos, según Sabina del Río Ripoll, psicóloga miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (SEPYPNA), la psicología inversa puede funcionar si usamos esta técnica como algo puntual.

Además, puede ser especialmente efectiva en niños pequeños que se encuentran en una fase de rebeldía.

Esta fase suele aparecer entre los dos y los tres años; la famosa etapa del "no", en la que los pequeños responden con un "no" a todo como forma de reforzar su identidad y su autonomía.

En esos momentos el "no" les conduce a la autoafirmación y a la sensación de tener el control de la situación (sienten que hacen las cosas porque quieren y no porque se lo pidamos).

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