Impactante imagen de una maternidad subrogada

La maternidad subrogada, también conocida como "vientre de alquiler", es aquella que se realiza cuando una mujer gesta en su interior al bebé de otra persona u otra pareja. En España y otros países de Europa no está permitido hacerlo, ya que se considera legalmente madre a aquella que da a luz a un bebé.

En otros países, como Estados Unidos, sí es legal y por eso desde allí nos llegan imágenes como esta que seguro que allí es de lo más habitual, pero que aquí genera, creo, mucho debate interior. Miradla unos segundos, o unos minutos, y seguimos hablando.

La historia detrás de la foto

Tamara, la madre que sostiene a su nuevo bebé, no lo ha tenido fácil en su camino hacia la maternidad. En el año 2003, embarazada de su primer bebé, fue diagnosticada de preeclampsia y de síndrome de HELLP. Los médicos decidieron provocarle el parto a las 25 semanas de gestación. Así nació su primera hija, una niña prematura que pesó poco más de 500 gramos.

Tamara recibió entonces el mensaje de que otro embarazo podría acabar, con un 60% de probabilidades, del mismo modo. Durante dos años pasó con su hija la mayor parte del tiempo en casa, con diversos problemas médicos y con dificultades a la hora de alimentarla y de lograr que creciera y engordara bien. Fue a partir del segundo cumpleaños de la niña cuando decidió conocer a otras madres con hijos para que se relacionara con otros niños. Fue así como conoció a Logan, una madre que también tenía un hijo de 2 años. Iniciaron una amistad que poco a poco se fue haciendo más fuerte, más cercana.

A medida que la hija de Tamara iba teniendo mejor salud, ella y Brent, su marido, empezaron a pensar en tener otro bebé. El problema es que el riesgo de que todo acabara siendo igual no les dejaba decidirse. Un año después de iniciar su amistad, y tras oír a Tamara hablar del deseo de ser madre otra vez, Logan le hizo una oferta que cambiaría sus vidas para siempre. Le ofreció su vientre, su útero, para gestar a su hijo por ella.

Tras varios momentos de debate, sopesando pros y contras, decidieron hacerlo realidad y en el segundo intento, con los óvulos de Tamara y el esperma de Brent, Logan quedó embarazada. Tamara relató que era feliz, esperando un nuevo bebé, pero que a veces sentía el dolor de no poder ser ella quien lo gestara.

Tras un parto en el que estuvieron todos presentes nació el bebé que veis en la imagen, dado a luz por Logan y amamantado por Tamara, su madre biológica.

¿Madre biológica?

Tal y como lo hemos explicado parece claro que la madre biológica es Tamara, pues el óvulo es suyo. Sin embargo no podemos obviar dos cosas: el microquimerismo fetal y el hecho que el bebé ha crecido alimentado por el cuerpo de Logan.

Del microquimerismo fetal hablamos hace un tiempo. Es un término que, en resumen, viene a decir que cuando una mujer está gestando un bebé, algunas células de la mujer llegan a pasar al bebé y algunas de las células del bebé pasan a la mujer. Es decir, la carga genética principal del bebé viene del óvulo y del espermatozoide, sin embargo hay parte de intercambio de ADN también durante la gestación, por el intercambio de células comentado.

De cómo crece un bebé dentro de un cuerpo creo que no hay mucho que decir, la sangre, la placenta que crea la mujer es la que alimenta a ese bebé. Son sus nutrientes los que le hacen crecer y son sus células inmunitarias, sus defensas, las que pasan a formar parte de su cuerpo para nacer con un mínimo de protección.

Vamos, que el término "madre biológica" adquiere un claro tinte de relatividad y aunque todos consideramos a Tamara la madre real, muchos podrían considerar que la verdadera madre es Logan.

Pero, ¿el niño con quién se queda?

Al final, de todas maneras, da un poco igual cómo se considere a una u otra "madre", porque el niño se queda con Tamara, como es lógico. Ese es el acuerdo inicial y el resultado final. Ambas están de acuerdo y ahora, según comentan, Logan tiene una relación muy especial con el bebé y todo ello ha hecho que los lazos de amistad se hayan fortalecido hasta límites insospechados.

Entonces, a mí lo que más me preocupa no es ya Tamara, su pareja ni el bebé, sino Logan. El amor, como todos sabemos, no es exclusivo del dar a luz. Los padres lo sabemos muy bien. No gestamos, no parimos, pero amamos a nuestros hijos con locura. Así que el bebé estará bien y será tan amado como si hubiera nacido del útero de Tamara. No hay más que ver la foto para ver que enseguida lo cogió en sus brazos, enseguida lo amamantó y no dejó de mirarlo, como cualquier madre hubiera hecho tras dar a luz.

Pero, como digo, la que me preocupa de la ecuación es Logan, la madre de alquiler, la que gesta al bebé. No sólo son células del bebé las que pasan a la madre, su propio cuerpo cambia mucho, tanto, que genera hormonas como la oxitocina, encargada de vincular a la madre con el bebé, y sentimientos racionales (o irracionales) de posesión y de protección por el simple hecho de haber sentido, durante nueve meses, esa vida creciendo dentro. Vamos, hablando rápido, que creo que para un mujer debe ser duro, muy duro, entregar a un bebé que acabas de dar a luz y luego por la noche, esa noche, verte durmiendo "de vacío" sin el bebé que habitaba dentro a tu lado.

Por qué yo nunca lo haría

Imagino que por tal y como lo explico ya os habréis dado cuenta que nunca haría algo así. Primero, y por lógica, porque en España no se puede hacer. Segundo, porque pienso en esa mujer que gestaría a mi bebé, pienso en que podría tener esa sensación, pienso en que hay embarazos maravillosos, pero hay embarazos muy duros, y partos muy duros, que se acaban pasando bien o cuyo malestar se casi olvida cuando te ves con tu bebé en brazos, y esa mujer tendría que pasar por todo ello para, como digo, irse de vacío. Es muy generoso por su parte, tremendamente generoso. Un acto de amor sin igual, pero yo no sería capaz de aceptar algo así. Demasiado.

Tengo tres hijos a los que quiero con locura. Son mis hijos, fruto de los óvulos de mi mujer y de mi esperma, pero los querría igual si fueran adoptados porque en realidad la cosa no cambia demasiado: ni los he gestado, ni los he parido. Sí, los he visto nacer y sí, los he tenido desde el primer minuto de vida, pero eso no hace que sólo a ellos se les pueda querer. Así que si no hubiera podido tener hijos los habría adoptado y así nadie hubiera tenido que vivir un embarazo, unas contracciones y un parto para luego no poder cuidar a ese bebé.

Pero ojo, esto es sólo mi opinión y no quiero decir con ello que esté juzgando lo que Tamara y Logan han hecho: ambas estuvieron de acuerdo y en el fondo es un acto de amor.

Vía | Parenting, Facebook En Bebés y más | Vientre de alquiler o maternidad subrogada: legalidad en el mundo, Myriam, madre de alquiler de un bebé catalán, explica por qué lo hizo

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