El agotamiento de las madres: cómo lidiar con la fatiga de la pandemia

Hace aproximadamente un mes recordábamos el primer aniversario de la pandemia. Ese marzo de 2020, en el que la vida tal y como la conocíamos dejó de existir. Y con motivo de esa fecha, escribí una reflexión acerca de los efectos de la pandemia en la salud mental de las madres un año después.

En ese momento, hice un recuento y análisis de todos aquellos trastornos que habían experimentado miles de madres en el mundo, como la depresión y ansiedad a causa no solo del encierro, sino también, de la incertidumbre que posó sobre nuestras vidas esta pandemia.

Pero además de esas cosas, también mencioné brevemente el peso que tenía en nosotras todo lo sucedido. Creo que hablo por todos, y ahora no solo me refiero a las madres, cuando digo que estamos cansados de la situación.

Así que intentando poner en palabras ese cansancio que sentimos, y con el afán de ayudar un poco, comparto algunos consejos para ayudarnos a lidiar con la fatiga que nos ha traído la pandemia.

La apatía está en el aire

Creo que el sentimiento que mejor puede definir cómo nos sentimos muchos en estos momentos es apatía. Ha sido un año duro, lleno de miedos e incertidumbres que nos han robado el sueño y nos han dejado emocionalmente agotados.

Y esto lo veo cuando hablo con amigos y amigas, cada uno con una situación de vida diferente. No importa si son solteros o casados, si son padres o no tienen hijos. Todos estamos muy cansados ya de esta situación.

Hace unos días hablaba con mi mejor amiga, que vive a varios miles de kilómetros de distancia, y ambas coincidíamos en que la situación actual es realmente desmotivante. No tenemos ganas de nada y nos sentimos muy decaídas. Lo mismo que me han comentado otras personas.

En mi caso personal, como mujer y madre, siento y me da la impresión de que en nosotras esta apatía es aún mayor. Con la famosa carga mental, que tenemos en nuestro cerebro desde que despertamos hasta que volvemos a dormir, y ese hábito de cuidar siempre de los demás y no tanto de nosotras, creo que lo llevamos un poco peor que los demás.

Anhelamos nuestra vida normal

Desde luego, todos sabemos que esta apatía y esta fatiga son a causa de la pandemia. La llegada del coronavirus nos llenó de temores que nunca antes habíamos tenido, como el miedo al contagio nuestro y de nuestros seres queridos.

Muchos tuvieron que decir adiós de forma apresurada a quienes amaban. Familias se enfrentaron a dificultades económicas, que trajeron muchas preocupaciones. En general, con la pandemia llegó un estrés colectivo.

Pero además de las preocupaciones, que sin duda son una de las principales razones por las cuales todos nos sentimos así, también están la nostalgia y el anhelo por la vida que solíamos tener.

Sé que no estoy sola cuando digo que extraño todo eso que solía hacer habitualmente y sin preocupaciones. Reunirnos con nuestros familiares, salir a un bar con los amigos y olvidar por unas horas la rutina y los pendientes, poder viajar.. cómo extraño y anhelo viajar.

La "nueva normalidad" no tiene nada de normal. Ni de nuevo después de todos estos meses. Sabemos que cada día queda menos, pero la realidad es que esta situación nos tiene cansados a todos, apáticos y decaídos. Afortunadamente, los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos a todo y hay algunas cosas que podemos hacer.

Cómo lidiar con la fatiga de la pandemia

Tengo que decir, que no soy la más optimista de las personas, y que los consejos que compartiré no son mágicos ni harán que la apatiga y fatiga desaparezcan al instante o por completo.

Pero mi experiencia con algunos trastornos mentales, me ha enseñado mucho acerca de cómo lidiar con sentimientos y pensamientos negativos. Conozco las herramientas para poder salir de ese estancamiento en el que muchos nos encontramos.

Pero esperando que algo de esto pueda serte útil, lo comparto con mis mejores intenciones, para que puedas usarlo cuando lo sientas necesario.

Háblalo

Creo que una de las cosas que más aumenta ese sentimiento de apatía, es creer que somos los únicos que lo estamos viviendo. Nada me ha proporcionado más alivio que hablarlo con una amiga y descubrir que no estoy sola.

Y esto no quiere decir que me alegro porque otros se sienten apáticos o desmotivados como yo. Solo me siento mejor porque veo y compruebo que esto que siento no está originado en mí y no hay nada malo conmigo. Hablándolo con otros, se aligera la carga e incluso podemos pensar juntos en soluciones.

Ocúpate

Desde mi experiencia, una de las cosas más desesperantes y desmotivantes es sentir que esto no tiene fin. Cuando me he encontrado en situaciones en las que tengo que esperar, me funciona mucho ocuparme.

En este punto realmente no importa mucho cómo o con qué nos ocupemos. Solo dependerá de tu humor o de lo que necesites en ese día. Tal vez dediques unos días a hacer limpieza intensa en casa o prefieras pasar el día haciendo maratón de películas en familia. La idea, es mantenerse ocupados haciendo algo.

Haz algo que te apasione

Si mantenernos ocupados haciendo cosas aleatorias no funciona, entonces es momento de buscar hacer algo que nos apasione. Puedes tomar un nuevo pasatiempo o empezar un nuevo proyecto -a solas o en familia- que te regrese esas ganas y energía.

En mi caso, mi pasión ha sido volver a retomar la lectura. Como madre no tengo mucho tiempo libre para hacerlo, pero desde que noté que me ayuda a mejorar mi ánimo al transportarme a mundos ajenos de la realidad, mi momento de lectura se ha vuelto prioridad.

Ríe

Dicen que la risa es la mejor medicina, y en momentos como los que estamos viviendo el humor ha sido un verdadero salvavidas. Afortunadamente con las redes sociales y los servicios de streaming, hay mucho de donde escoger. La comedia, para mí, se ha vuelto imprescindible.

Rodéate de afirmaciones positivas

Contrarresta la apatía llenándote de afirmaciones positivas: cuelga un cuadro con alguna frase que te motive, anota en el espejo algo positivo sobre ti para leer cada mañana, coloca en el fondo de pantalla de tu móvil alguna frase linda que te haga sonreír y recordar lo bonita que es la vida.

Trabaja tu paciencia, por ti y por ellos

En tiempos difíciles como los que estamos viviendo, la paciencia es algo imprescindible. Necesitamos lograr tener esa calma que nos ayude no solamente a sobrellevar todo lo que sentimos, sino también, a ser más comprensivas con nuestros hijos.

No debemos olvidar que ellos también están cansados de todo lo que ha pasado, por lo que habremos de esforzarnos en ser más flexibles, más tolerantes y más pacientes con ellos.

Agradece

Finalmente, pero no menos importante (de hecho esto es de lo más importante), recordemos agradecer. Ha sido un año duro, lleno de desafíos, estrés e incertidumbre. Pero no debemos permitir que eso nuble nuestra visión y olvidemos lo que aún tenemos.

Sean muchas o pocas, grandes o pequeñas, nunca debemos minimizar el valor de todas esas cosas y personas que nos rodean. A pesar de las circunstancias, tenemos mucho por lo cual sentirnos agradecidos, y enfocarnos en esto nos ayudará a mantener nuestra esperanza en alto y confiar en que eventualmente vendrán tiempos mejores.

Fotos | Unsplash
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