Según un estudio realizado por un grupo de universidades canadienses los niños con más hermanos son más colaboradores. Descubre aquí las razones
Si has crecido con varios hermanos, probablemente recuerdes negociaciones interminables sobre quién se quedaba con el último trozo de pizza o turnos para usar el baño.
Y aunque en el momento pudiera parecer agotador, la ciencia revela que esas situaciones repetidas pueden dejar una huella positiva: según un estudio, los niños que crecen en familias numerosas tienden a ser más colaboradores, amables y honestos en la vida adulta.
Cooperar no es opcional cuando tienes muchos hermanos
El estudio, realizado por un grupo de universidades canadienses y publicado en Psychological and Cognitive Sciences, ha encontrado que tener más hermanos se asocia con mayores niveles de honestidad-humildad y amabilidad.
Concretamente, los adultos que crecieron en familias numerosas tienden a manifestar más estos rasgos en comparación con las familias con sólo uno o dos hijos.
Dicho de otra forma: cuantos más hermanos, más probable es que la persona aprenda a cooperar y a pensar en el bienestar común.
El equipo de investigadores explica que, en las familias numerosas, la convivencia diaria obliga a interactuar constantemente, a compartir recursos y a negociar. Esto no solo aumenta las oportunidades de cooperar, sino que reduce las posibilidades de actuar de forma puramente egoísta.
Cuando en casa hay varios niños, cada uno aprende que no puede tener siempre lo que quiere de inmediato. Esta exposición temprana a la cooperación fomenta lo que los científicos llaman tendencias cooperativas generales. Estas incluyen dos rasgos clave:
- Honestidad-Humildad: la disposición a no aprovecharse de los demás.
- Amabilidad: la tendencia a no reaccionar de forma exagerada cuando se percibe que alguien intenta aprovecharse.
Estos dos aspectos conforman lo que Ashton y Lee, autores del estudio, describen como la tendencia recíprocamente altruista: un equilibrio entre protegerse de la explotación y mantener la armonía social.
El papel de la religión y otros factores
El estudio también observó que parte de esta relación se explica por la religiosidad: las familias más religiosas suelen tener más hijos, y los hijos de esas familias tienden a mostrar niveles ligeramente más altos de conducta prosocial. Sin embargo, incluso controlando este factor, la asociación entre número de hermanos y cooperación se mantuvo.
Esto sugiere que, aunque la religión pueda influir, la experiencia de convivir con varios hermanos en sí misma sigue siendo un potente entrenamiento para la cooperación. Los investigadores también señalan que pueden existir otros factores no medidos —como valores familiares, nivel socioeconómico o estilo de crianza— que influyan en el resultado.
Crecer en una familia numerosa: una oportunidad para aprender esto y más
La infancia en una familia numerosa es, sin quererlo, un laboratorio social. Cada día es una oportunidad para practicar habilidades de negociación, resolver conflictos, aprender a esperar y comprender que las necesidades de los demás también importan.
Así, lo que en la niñez puede parecer una simple pelea por un juguete o una discusión por quién pone la mesa, en realidad es un entrenamiento emocional que, con los años, se traduce en una mayor capacidad de colaborar en entornos laborales, amistosos o de pareja.
Foto | Portada (Freepik)
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