Durante mucho tiempo ha sido utilizado como método educativo, pero existen otras alternativas más positivas
La crianza de los hijos ha ido evolucionando con el paso de los años. Por ejemplo, mientras que décadas atrás no se solía hablar de educación emocional, hoy en día educar a los niños en inteligencia emocional es considerado algo básico y esencial.
Del mismo modo han ido transformándose muchas ideas sobre la crianza de los hijos, especialmente aquellas relacionadas con la disciplina o los castigos.
En este sentido, uno de los métodos más conocidos es el del famoso "tiempo fuera", que durante mucho tiempo ha sido utilizado como una forma de corregir determinados comportamientos en los niños, pero que actualmente no es lo más recomendable. Te contamos cómo nació el "tiempo fuera" y por qué algunos expertos señalan que es un método de crianza obsoleto.
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El concepto del "tiempo fuera"
El tiempo fuera -también conocido como rincón de pensar- es una técnica de modificación conductual, que consiste en separar o apartar temporalmente al niño, por lo regular en un silla o en un rincón, del entorno en el que ha ocurrido un comportamiento no aceptable.
Su objetivo, es que el niño tenga un espacio para reflexionar a solas sobre lo ocurrido, con la finalidad de que comprenda por qué se le ha apartado, lo que ha ocurrido y así evite repetirse el comportamiento inaceptable.
Este método fue inventado y desarrollado por el psicólogo Arthur Staats a finales de la década de 1950, como una alternativa a las nalgadas, cachetes y castigos físicos en general, basándose en el principio conductual de que cuando se elimina un refuerzo positivo (un juguete o una actividad divertida), el comportamiento no deseado o inaceptable sucederá con menos frecuencia.
Durante mucho tiempo, el tiempo fuera fue visto como una herramienta positiva para redirigir conductas en los niños, e incluso se recomendaba por muchos expertos e instituciones especializadas en la infancia. Pero como lo hemos mencionado al inicio, la crianza evoluciona y los métodos también.
Por qué ya no se recomienda
Los educadores actuales y expertos en disciplina positiva advierten sobre el uso de este método, señalando que al utilizarlo no estamos siendo respetuosos con el niño y además no es efectivo a la hora de querer corregir un comportamiento.
Dos de los primeros en hablar sobre ellos fueron el psiquiatra Dan Siegel y la trabajadora social Tina Payne Bryson, quienes señalaron que algunos estudios mostraban que los niños experimentaban ese tiempo fuera, que es una exclusión social, como un rechazo, y no era un buen método educativo para el comportamiento infantil, especialmente cuando se usa con frecuencia o severidad.
Su postura generó opiniones diversas, pero ellos mismos explicaron posteriormente que, solo cuando es usado de manera adecuada y respetuosa -como explicaremos más delante- este método puede tener buenos resultados: "Según nuestros años de experiencia trabajando con familias, hemos descubierto que los tiempos fuera se utilizan a menudo de forma reactiva y punitiva, lo que provoca que los niños se sientan más reactivos y descontrolados".
Ahora se habla de "tiempo fuera positivo"
"Las competencias emocionales emergen de estar presente con los niños, especialmente durante los momentos de angustia", explica Siegel, que llama "tiempo interior" a lo que los expertos en Disciplina han denominado "tiempo fuera positivo".
A diferencia del "tiempo fuera" original, en el que se recomendaba apartar al niño, el "tiempo fuera positivo" o "tiempo interior" propone un espacio en el que niños y adultos, juntos, tomen un tiempo respetuoso de desconexion y reflexión, para que desde la calma encuentren soluciones.
"Alentamos a los padres a consolar, calmar y conectar con sus hijos durante los momentos de angustia, y a reflexionar después sobre su experiencia interna como un 'tiempo interior' con un diálogo reflexivo, en lugar de aislarlos punitivamente en un momento de ira y sin ninguna oportunidad para la reflexión y la conexión", dice Siegel.
Recordemos que cuando nuestros hijos están molestos o se sienten desbordados por sus emociones es cuando más necesitan nuestra guía y acompañamiento, validando sus emociones y ayudándole a llegar a ese estado de calma que realmente le ayudará a reflexionar sobre las consecuencias de sus actos y buscar soluciones.
Foto de portada | Freepik
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