El peso en el embarazo: cuánto se recomienda ganar y cómo controlarlo

El peso es una de las cuestiones que más llegan a obsesionar a las embarazas, tanto por los estereotipos de belleza actuales como por la importancia excesiva que le dan algunas matronas y ginecólogos que, mes tras mes, miran la báscula con aire amenazante y miradas de “te-has-pasado-un-huevo”, sin que realmente tenga demasiado sentido.

Digo esto porque son muchos los profesionales que se atreven a poner un límite al peso a ganar y muchos los que casi obligan a las madres a llevar un control exhaustivo de la comida en un momento, el embarazo, en que es muy variable el peso que puede llegar a coger una mujer así como variable es el hambre que tiene cada una.

Para todas aquellas futuras madres que sufren durante el embarazo por el peso que están cogiendo y para aquellas que sufren cada vez que van a la visita mensual para el control del embarazo vamos a ver hoy cuál es la mejor dieta durante el embarazo, cuál es el aumento de peso normal y cómo se reparte en el cuerpo y en las nuevas estructuras y el bebé.

Cuál es el aumento de peso normal

Pongamos que una mujer tiene un peso normal antes de quedar embarazada. Es posible que en las visitas mensuales alguien diga eso de “mamá, un kilo por mes, no más” y que la consulta de maternidad se convierta instantáneamente en una consulta de belleza premamá, porque es una frase que no tiene ningún sentido.

Lo recomendable, según los expertos, es que esta misma madre que tiene un peso normal gane, durante el embarazo, entre 11,5 kg y 16 kg. Sin embargo, como se dice habitualmente, cada cuerpo es un mundo, y hay mujeres (como Miriam, mi mujer) que ganan menos kilos y otras que ganan hasta 18 kg, teniendo todas ellas bebés sanos y siendo capaces de recuperar el peso de antes del embarazo.

Dicho de otro modo, el “kilo por mes” daría un total de 9 kg en todo el embarazo y, sin embargo, acabo de decir que hay mujeres que pueden llegar a ganar hasta 18 kg sin ser un problema, algo que nos da una media de dos kilos por mes y que hace que el consejo sea equivocado.

Lo importante no es hacer dieta, sino comer bien

Si una mujer llega a creerse eso de controlar mucho el peso puede caer en el error de tratar de no pasarse y acabar comiendo menos de lo que debe. Esta medida, a la que tan acostumbradas están muchas mujeres, que empiezan dietas a menudo, está contraindicada en el embarazo porque cuando se come poco se queman grasas y se generan los llamados cuerpos cetónicos, que pueden llegar al feto, siendo tóxicos, y dañar el sistema nervioso del bebé.

Lo importante entonces no es limitar lo que se come, porque no es el momento de hacerlo, sino elegir bien lo que la mujer come. Supongo que todas más o menos ya sabéis qué es lo más recomendable y además Lola lo comentó hace dos días, pero haciendo un resumen rápido, decir que lo ideal es comer sobretodo alimentos de origen vegetal (frutas y verduras), no pasarnos con las carnes rojas (máximo tres veces a la semana), siendo más recomendables las blancas, tomar lácteos desnatados, aceite de oliva, legumbres, comer alimentos integrales, como pan, cereales y arroz, en vez de harinas más refinadas, y dejar los alimentos que menos necesitamos, que son los que más anuncian en la tele y en las revistas, para momentos muy puntuales.

Ya que voy a engordar, aprovecho y como de todo

Después de explicar que una mujer no puede obsesionarse con el peso para evitar que coma de menos creo que es importante explicar también que es un error pensar que, ya que vas a engordar, los excesos no importan.

Como comentamos siempre que hablamos de los niños, no debemos preocuparnos demasiado por lo poco que comemos si hay comida disponible, porque el hambre es lo que nos pide comer y la saciedad lo que nos pide que dejemos de hacerlo. Estos mecanismos han permitido que la humanidad siguiera adelante por los siglos de los siglos (porque nadie tenía un nutricionista al lado hace tres mil años que le dijera cuánto y qué debía comer), y por ello debemos seguir haciéndoles caso.

Sin embargo hay mujeres que, como digo, aprovechan y utilizan el hambre para disfrutar de algunos placeres de la vida poco recomendables para el bebé, sobretodo si se hace abusando de ello.

Digo para el bebé porque los nutrientes que recibe un bebé dependen única y exclusivamente de lo que coma la madre. Si está todo el día comiendo “porquerías” o “comida basura”, eso será lo que reciba el niño (dicen que hay madres que se pasan tanto que hay niños que salen pidiendo el juguete del Happy Meal y todo…).

Por otra parte, cuanto más peso gane una mujer con la comida como causa más difícil será después volver al peso de antes y más fácilmente engordará siempre. Esto es porque la gordura de una persona depende en gran cantidad del número de adipocitos (células grasas) que tiene bajo la piel.

Cuando una persona come por encima de lo que necesita los adipocitos se hacen cada vez más grandes, aumentando el volumen de la persona. Si tiene pocos adipocitos engordará más lentamente que una persona que tiene muchos de ellos y, según se dice, si eres capaz de engordar 4 kg por la comida, no sólo habrá aumentado el tamaño de los adipocitos que ya tienes sino que habrás conseguido crear adipocitos nuevos (que no se destruyen y que harán que luego te cueste más perder peso y menos engordar).

¿Si como poco mi bebé puede ser más pequeño?

Pues sí, si limitas mucho la ingesta y te faltan nutrientes puede suceder que tu hijo pese poco al nacer, por eso se recomienda no pasar hambre bajo ningún concepto y comer de manera equilibrada y sana.

¿Si como de más, el bebé será más grande?

Se decía antiguamente que una mujer embarazada tenía que comer por dos. Bien, tiene que comer por ella y por el bebé, por dos personas, pero no tiene que comer multiplicado por dos, por todas las razones ya expuestas. Si una mujer decide comer de más para conseguir que su bebé sea más grande, debe saber que la que se lleva los kilos de los dos, en este caso, es ella y no el bebé. Es decir, si comes de menos sí puede ser más pequeño, pero si comes de más (de lo recomendado), el bebé no crecerá hasta el infinito y más allá.

¿Y el peso que he ganado, de dónde proviene?

No es una pregunta que se hagan las mujeres muy a menudo, porque se suele ver el aumento de peso repartido por todo el cuerpo a simple vista, pero puede ser interesante saber cómo se reparte el peso que gana una mujer.

Si cogemos como promedio en ganancia de peso 12,6 kg, éstos kilos se repartirían de la siguiente manera:

  • Volumen sanguíneo: 1,3 kg.
  • Pecho: 0,4 kg.
  • Útero: 1 kg.
  • Feto: 3,4 kg.
  • Placenta: 0,7 kg.
  • Líquido amniótico: 0,8 kg.
  • Grasa: 3,5 kg.
  • Líquido retenido: 1,5 kg (aunque puede llegar a los 4,5 kg).

Como veis, una vez nace el bebé y sale la placenta y el líquido amniótico se “pierden” de golpe unos 5 kg. Luego, a medida que pasa el tiempo, con la lactancia quemando calorías y con un bebé y luego niño (que agota a cualquiera) haciendo que la madre no pare, el peso va reduciéndose poco a poco. Para ello además hay que seguir comiendo bien y haciendo algo de ejercicio si queda tiempo, para evitar oxidarse demasiado.

Fotos | Esther Gibbons, tofslie, Janneke Frederike en Flickr
En Bebés y más | ¿Cuánto peso ganaste en tu embarazo?, El aumento de peso ideal durante el embarazo, Embarazadas con sobrepeso, bebés con más peso al nacer

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