Estos son los tres comportamientos que pueden tener los niños con altas capacidades en relación al colegio

En lo que respecta a la educación, cada niño es un mundo en sí mismo, con sus propias habilidades, retos y necesidades. Pero cuando hablamos de niños con altas capacidades, esta cuestión adquiere un matiz especial y complejo. Y es que la relación de estos alumnos con la escuela puede ser un factor determinante en su desarrollo y bienestar.

La experiencia de un niño con altas capacidades en el colegio va a depender de múltiples factores relacionados con su personalidad, el entorno y la forma en que la institución educativa responde a sus necesidades.

En este sentido, y aunque (insistimos) cada niño es único y como tal lo son sus emociones y forma de actuar, muchos padres de alumnos con altas capacidades identifican en sus hijos alguno de estos tres comportamientos relacionados con el día a día en la escuela.

Berrinches y enfados a la salida del colegio

Aunque los berrinches a la salida del colegio son muy frecuentes en la mayoría de niños durante la etapa de Infantil, en el caso de los alumnos con altas capacidades, estallar como un volcán cuando los padres los recogen del cole suele ser uno de los comportamientos más frecuentes, especialmente en los primeros años escolares.

Explicar por qué ocurren estos estallidos emocionales o enfados (en ocasiones muy desproporcionados) es algo complejo.

Por un lado, sería necesario apelar a la alta intensidad emocional que acompaña a muchos niños con altas capacidades, y que puede llevarlos a reaccionar de manera intensa ante situaciones estresantes que viven en el colegio o que consideran injustas (recordemos que los niños con altas capacidades tienen un elevado sentido de la justicia que les provoca a veces una gran frustración).

Otros motivos que ocasionarían el malestar emocional del niño podrían estar relacionados con una frustración latente por la falta de estimulación, dificultades a la hora de relacionarse con los compañeros, elevado grado de perfeccionismo o las disincronías en su desarrollo.

Ahora bien, ¿por qué durante el día muchos niños están contenidos en el aula y cuando estallan lo hacen a la salida del colegio, cuando ven a sus padres?

Al igual que explicábamos en este artículo, en el que hablábamos de las rabietas a la salida del cole en niños pequeños, en el caso de los niños con altas capacidades sucede lo mismo. Tras pasar todo el día contenidos emocionalmente y obligados a cumplir con las normas sociales y de comportamiento, es lógico 'explotar' cuando se siente en un lugar seguro; esto es, en compañía de papá o mamá.

Para los padres resulta realmente desconcertante este tipo de actitud, sobre todo cuando el enfado se produce por algo que consideramos banal o de fácil solución. Pero debemos entender que para nuestro hijo, esa ha sido la gota que ha colmado un vaso emocional que ha estado llenándose durante toda la jornada, y que ahora necesita sacar fuera.

Validar sus emociones, brindarle apoyo y, a ser posible, anticiparnos a esos estallidos (generalmente, los padres vemos de lejos cuando nuestro hijo sale enfadado del cole) favorece la educación emocional del niño con altas capacidades. Si estos comportamientos son frecuentes, es recomendable consultarlo con el colegio y encontrar juntos la mejor forma de atender sus necesidades.

Desmotivación y aburrimiento

Desgraciadamente, la falta de estimulación en el entorno escolar es un problema común que afecta a muchos niños con altas capacidades. En muchas ocasiones esto se debe al desconocimiento y falta de recursos para identificar a estos alumnos, así como a la escasa formación de los profesores a la hora de atender sus necesidades.

En consecuencia, los niños con altas capacidades pueden manifestar aburrimiento y falta de interés en las actividades escolares, dificultad para acabar sus tareas, comportamientos disruptivos en el aula e incluso bajo rendimiento académico. Algunos niños también podrían negarse a ir a la escuela, presentar síntomas físicos de somatización o mostrar su descontento cuando salen del cole cada día.

Por eso, si tu hijo ha sido identificado con altas capacidades y presenta alguno de estos comportamientos, es fundamental abordar la situación de forma multidisciplinar y trabajar conjuntamente padres, profesores y psicólogos especializados para atender las necesidades del niño.

Interés, motivación y ganas de ir al colegio

Pero no todos los alumnos con altas capacidades se muestran insatisfechos o desmotivados con la escuela. Afortunadamente, hay muchos niños que disfrutan en el colegio, se divierten con sus compañeros y salen felices cada día.

Generalmente, son alumnos motivados por sus profesores y que encuentran estimulante aprender cada día algo nuevo. También pueden ser niños a quienes no se les pone tope en su aprendizaje y creatividad,  niños a quienes se les permite realizar trabajos de investigación acordes a sus intereses, potenciar su creatividad o aprender mediante proyectos.

Si tu hijo con altas capacidades pertenece a este grupo, es natural que estés contento y satisfecho con su relación con el colegio, aunque recuerda que sus necesidades pueden cambiar en cualquier momento, por lo que es importante estar siempre pendiente.

No obstante, y como decíamos al inicio, cada niño con altas capacidades es único y vive sus propias circunstancias. Es por ello, que aunque estos tres comportamientos suelan darse en mayor o menor medida entre este tipo de alumnos, ni mucho menos es algo general.

En conclusión, la relación entre los niños con altas capacidades y el colegio es una parte fundamental de su desarrollo educativo y emocional. Si se abordan sus necesidades de manera efectiva, estos niños pueden convertirse en estudiantes apasionados y motivados. Por eso es imperativo que padres, maestros y la comunidad escolar trabajen juntos para garantizar que cada niño con altas capacidades reciba la educación que merece.

Foto de portada | Freepik

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