Las legumbres en la alimentación infantil: las lentejas

Cuando llega el momento de la introducción de los primeros alimentos sólidos en la dieta del bebé, muchos padres se preguntan cómo hacerlo y que alimentos introducir primero. Además de las frutas y los vegetales, otro de los primeros grupos que podemos presentar a los bebés, son las legumbres.

De acuerdo con las recomendaciones sobre alimentación complementaria de la Asociación Española de Pediatría, se aconseja introducir de forma progresiva cada una de ellas, según a la decisión de cada familia.

Pasaremos entonces a hablar de ellas, comenzando por las lentejas. Te decimos cuáles son sus características nutricionales, la preparación idónea y las edades de introducción de esta legumbre.

Las lentejas en la alimentación infantil

Las lentejas (Lens culinaris), que forman parte de las legumbres, son uno de los alimentos que podemos introducir en la dieta del bebé a partir de los seis meses, al igual que los cereales, las hortalizas y las frutas, entre otros.

Estas legumbres, que forman parte del grupo de alimentos ricos en proteínas junto a las carnes rojas, el pollo, el pescado, el marisco, los huevos, son uno de los primeros alimentos que fueron cultivados, ya que hay datos que señalan que se introdujeron en la agricultura hace 7.000 años como mínimo.

Existen muchas variedades de lentejas, siendo las más comunes las pardillas, castellanas y verdinas, aunque también es posible encontrar en los comercios otras variedades, particularmente las que vienen sin piel, que son ideales para ofrecer antes del año pues no contienen tanta fibra.

Las lentejas son muy ricas en minerales como el hierro y el calcio, lo que has hace interesantes e ideales para la dieta infantil. También, son recomendables para todas las edades como un alimentos que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y favorecer la movilidad intestinal.

Además de los dos minerales antes mencionados, hay que destacar que tienen altas dosis de vitaminas B1 y B2, así como otros minerales: cobre, magnesio, fósforo, selenio y zinc. Por cada 100 gramos tienen 50 de hidratos, 25 de proteínas, un gramo y medio de grasa del que hay cero de colesterol y 10 gramos de fibra.

Cuando combinamos las lentejas con cereales, éstas mejoran su ya estupenda carga proteica (23,2 cada 100 gramos), y se convierten en un substituto de la carne que nos aporta además el que no tienen grasas saturadas en su composición. Si preparamos una comida con lentejas y arroz no es necesario incluir carne ni otro segundo plato, sino más bien frutas o verduras.

Preparación de las lentejas para bebés y niños

Como lo mencionábamos al inicio, las legumbres como las lentejas pueden introducirse en la alimentación infantil a partir de los seis meses y al ser las legumbres más suaves, resultan fáciles de masticar para sus encías.

Al momento de introducirlas en la alimentación del bebé debemos estar atentos a su reacción, pues si al principio vemos que no se toleran bien y muestran flatulencias o molestias digestivas, habremos de esperar unas semanas y volver a probar.

Podemos ofrecerlas trituradas, chafadas, en papilla o enteras, siempre previamente cocidas pues nunca deben comerse crudas. Este tipo de legumbres requieren una cocción prolongada para destruir los factores antinutricionales que poseen: componentes que el organismo no pueden digerir o que incluso resultan tóxicos.

Si decidimos ofrecerlas en forma de papilla o puré, se puede agregar un chorrito de aceite de oliva, pero nunca sal, solo hasta después del año. Ya que el bebé las haya tolerado bien y se acostumbre a ellas, podemos comenzar a prepararlas con otros alimentos que también se haya introducido previamente en su dieta de forma individual, como las verduras o el arroz.

Al ser uno de los alimentos que el bebé puede comer con sus manitas, son ideales para quienes eligen seguir la alimentación Baby Led Weaning, aunque al inicio habremos de ofrecerlas en platos fáciles para comer con las manos como albóndigas o hamburguesas, por ejemplo, y enteras hasta que hagan la pinza con sus deditos (alrededor de los nueve o diez meses).

Una gran ventaja de las lentejas, es que se pueden comer en frío o caliente, tanto como acompañamiento o como plato principal, por lo que podemos ofrecerlas a los niños en una amplia variedad de recetas, como las siguientes:

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