Comer en familia y seguir una dieta mediterránea reduce la obesidad en los adolescentes y previene trastorno alimentarios

Los pediatras llevan tiempo insistiendo en la importancia de sentar a nuestros hijos a la mesa a la hora de las comidas desde pequeños, les ayuda a comer mejor y a crecer más sanos. También los expertos en nutrición nos recuerdan los beneficios de nuestra dieta mediterránea y la necesidad de mantenerla.

Cierto es que el ritmo de nuestro atareado ritmo de vida y los diferentes horarios laborales y escolares nos llevan a comer a distinta hora que nuestros hijos y a tener que optar muchas veces por platos rápidos de preparar... Hasta el confinamiento, donde recuperamos la costumbre de hacer todas las comidas del día en familia y preparar platos más elaborados y nutritivos.

Según un nuevo estudio elaborado por científicos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la difícil situación de la pandemia apunta a un posible aspecto positivo: comer en familia manteniendo las costumbres de convivialidad tradicionales de la dieta mediterránea influye en los hábitos de alimentación de las personas adolescentes y previene trastornos de comportamiento alimentario.

"La manera en que se consumen los alimentos repercute en la salud"

Es una de las conclusiones de esta investigación, publicada en la revista científica 'International Journal of Environmental Research and Public Health', que analizó uno de los aspectos menos estudiados de la dieta mediterránea: la socialización en las comidas y cómo la manera en que se consumen los alimentos repercute también en la salud.

Así, establece que algunas rutinas de las comidas familiares, como compartir los alimentos, sentarse alrededor de una mesa sin aparatos digitales o tener una conversación agradable, son aspectos beneficiosos para la adolescencia y contribuyen a su salud. Tal y como ya señalaban estudios previos sobre alimentación y comidas familiares, compartir el tiempo a la mesa, durante el que es común conversar y comer de manera más lenta, promueve que los adolescentes reconozcan la sensación de saciedad en las comidas e, indirectamente, evita la obesidad.

Anna Bach-Faig, del grupo de investigación Foodlab y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud, de la UOC, apunta que "la dieta mediterránea es mucho más que una lista de alimentos. Es un modelo cultural que incluye cómo se seleccionan, se producen, se procesan y se consumen esos alimentos."

"Para llevar una dieta saludable, no solo influye lo que comemos sino también cómo lo comemos"

Al menos, juntos a la hora de la cena

El estudio, que se llevó a cabo mediante entrevistas en profundidad a familias en Cataluña con adolescentes de entre doce y dieciséis años, analizó la frecuencia y la duración de las comidas familiares, el lugar donde se hacían, el uso de aparatos digitales, la preparación de los alimentos y el tipo de comunicación que se establecía en dichos encuentros. Estas son las conclusiones más relevantes:

  • La mayoría de las familias se reunía únicamente para la cena y sus hábitos variaban dependiendo de si comían solos o con sus seres queridos.

  • Las comidas familiares son un espacio para comunicarse y socializar, y cuando las familias les dedican menos tiempo, no se sientan a la mesa, se distraen con los móviles o no conversan, también siguen menos la dieta mediterránea.

  • Comer en familia es especialmente importante para la mayoría de los padres con hijos adolescentes, ya que favorece la conversación y estrecha los lazos familiares.

  • La gran parte de los progenitores cree que estos momentos de convivencia ayudan a que se conviertan en modelos que ayudan a establecer patrones saludables para sus hijos: comer en familia se relaciona con una dieta más saludable, con más verduras y frutas y menos bebidas azucaradas.

Con estos resultados coincide la experta en nutrición Anna Bach-Faig, al señalar que "desde hace varias décadas, la dieta mediterránea pierde peso ante la llamada 'dieta occidental', en la que predominan los alimentos procesados y comer de manera rápida, muchas veces frente al televisor".

"Preservar las tradiciones en la manera de comer es esencial para conservar los beneficios de la dieta mediterránea y promover la salud de las nuevas generaciones".

Vía | Universitat Oberta de Catalunya

Fotos | iStock

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