Mesa sensorial Montessori, una actividad para hacer con los niños y estimular sus sentidos

Los niños tienen un instinto innato para aprender cosas nuevas, y hacerlo a través del juego no sólo es divertido para ellos, sino que les sirve para experimentar, observar e interactuar de forma activa con en el mundo que les rodea.

La pedagogía Montessori fomenta, entre otras cosas, la capacidad natural que tienen los niños de aprender a través del juego, siguiendo su propio ritmo y ofreciéndoles un ambiente preparado y estimulante para sus sentidos y su creatividad.

Y eso es precisamente lo que se pretende conseguir con las mesas sensoriales; una actividad de estilo Montessori recomendada a partir de los 18 meses que aporta increíbles beneficios al desarrollo de los más pequeños.

¿Qué son las mesas sensoriales Montessori?

La mesa sensorial es una de las muchas herramientas Montessori con la que los niños aprenden mientras juegan, experimentan y se divierten. Puede utilizarse tanto en las aulas, como en casa o en el jardín (opción especialmente recomendada si el niño va a trabajar con materiales que pueden derramarse con facilidad).

Se trata de una mesa de madera que incorpora bandejas o gavetas de plástico en las que introduciremos diferentes materiales para la libre manipulación y experimentación de los niños.

Las mesas sensoriales ofrecen infinitas posibilidades de juego dependiendo de los materiales que incluyamos y del sentido que quiera darle el niño.

Algunos de los materiales que pueden incluirse en las mesas sensoriales son: arroz, harina, garbanzos, macarrones, pompones de colores, cubitos de hielo, agua, arena, espuma, conchas de mar, bolitas de hidrogel, botones de diversos tamaños y colores, piezas de madera, muñequitos miniatura con los que el niño juegue habitualmente...

Podemos completar el juego ofreciendo al niño diversas herramientas con las que manipular los materiales, como por ejemplo pipetas, embudos, rastrillos, palas, vasos, jarras, cuencos, pinzas...

¿Cómo se utiliza una mesa sensorial?

Como decíamos, los usos que pueden darse a la mesa sensorial son ilimitados. El adulto deberá presentar al niño la mesa sensorial ya dispuesta y dejar que sea el peque quien decida cómo manipular los elementos. No obstante, siempre podemos ofrecer ideas que le ayuden aumentar su creatividad y explorar nuevas opciones de juego.

A continuación os ofrecemos algunas propuestas de actividades que pueden hacerse con la mesa sensorial, pero hay tantas como materiales y herramientas se os ocurran incluir. El sentido a la actividad dependerá de la creatividad e imaginación de cada niño.

  • Colocamos en una bandeja pompones de colores, y con ayuda de unas pinzas el niño tendrá que ir cogiéndolos y clasificándolos según su color en unos cuencos.
  • En una bandeja colocaremos arena o barro, y en la otra agua con jabón. Presentaremos al niño unos cuantos muñequitos, una esponja y una toallita. La actividad consiste en ensuciar los muñecos y después lavarlos.
  • En una bandeja colocaremos arena, y en la otra botones. Presentamos herramientas como rastrillo, pala o pinzas. Probablemente el niño decida enterrar los botones en la arena y después buscarlos con ayuda de las herramientas.
  • También podemos utilizar simplemente arena o harina y dejar que el niño experimente con estos materiales dibujando o haciendo trazos con sus dedos.
  • Otra opción es mezclar dos materiales sólidos diferentes en una misma bandeja (por ejemplo, garbanzos y macarrones, arroz y cantos rodados, arena y conchas de mar...) y animar al niño a seleccionar solamente uno de ellos y trasvasarlo a otra bandeja vacía.
  • Colocar dos bandejas contiguas con arena y agua es acierto seguro, pues a los peques les encanta experimentar con ambos materiales, mezclaros y comprobar qué ocurre cuando lo hacen.
  • Podemos trabajar también con cubitos de hielo y otra bandeja de agua caliente, así los niños podrán comprobar lo que ocurre con el hielo cuando se sumerge en agua a mayor temperatura.

Beneficios para el desarrollo de las mesas sensoriales Montessori

Los beneficios para el desarrollo de las mesas Montessori son variados, y muchos van a depender del tipo de material que ofrezcamos al niño y de las herramientas que pongamos a su alcance.

Estimulación multisensorial. Se trata del primer gran beneficio de esta actividad. Al manipular diferentes materiales y objetos con colores, texturas, estados y olores diferentes los niños estarán estimulando todos sus sentidos.

Creatividad e imaginación. Como hemos visto, la mesa sensorial ofrece infinitas posibilidades de juego lo que sin duda contribuye a aumentar la creatividad e imaginación del niño.

Psicomotricidad fina y coordinación óculo-manual. Las actividades de la mesa sensorial se realizan con las manos, favoreciendo el desarrollo de la psicomotricidad fina y la coordinación mediante el agarre, la pinza, la manipulación...

Precisión y concentración. Si para pescar objetos o hacer trasvases ofrecemos al niño herramientas como pipetas, pinzas, embudos, palas... además de favorecer la coordinación óculo-manual y la motricidad fina, el niño estará entrenando otras habilidades como la precisión, la concentración y la atención plena en sus movimientos.

Autonomía y otras habilidades. Al tratarse de una actividad libre en donde el niño puede desarrollar al máximo su creatividad y capacidad de decisión,  estaremos fomentando también su autonomía, resolución de conflictos y aprendizaje del error.

Iniciación a la pre-escritura.  Una de las propuestas recomendadas por la metodología Montessori para iniciar a los niños en la lectoescritura es hacer trazos con su dedo sobre harina o arena, una de las actividades estrella de la mesa sensorial. Asimismo, trabajando la psicomotricidad fina a partir de las actividades en la mesa, el niño también estará adquiriendo habilidades que le preparan para la lecto-escritura.

Adquisición de conceptos matemáticos. Con las actividades de la mesa sensorial los niños aprenden conceptos matemáticos básicos como la clasificación (por colores, tamaños, formas...), los pesos, volúmenes... También se inicia en el conteo y operaciones matemáticas sencillas.

Despierta el interés del niño por la investigación. Cuando el niño experimenta libremente en las mesas sensoriales con distintos materiales, despertamos en él su curiosidad e interés por investigar, fomentando el razonamiento, espíritu critico y sentido de la lógica.

¿A partir de qué edad está recomendada y qué tener en cuenta antes de empezar?

Como decíamos al inicio, las actividades en las mesas sensoriales Montessori están recomendadas a partir de los 18 meses, cuando el niño ya camina y tiene autonomía para moverse de un lado a otro de la mesa.

Al principio debemos presentarle materiales adecuados a su nivel de desarrollo y capacidad, para que pueda manipularlos sin dificultad. A medida que vaya creciendo y desarrollando sus habilidades, iremos complicando las actividades con materiales y herramientas que requieren un manejo más preciso (como pipetas, pinzas, embudos...).

Cuantas más texturas, colores, materiales y herramientas presentemos al niño, más beneficios le aportará y más creativa será la actividad.

No obstante, si hablamos de niños muy pequeños es recomendable comenzar poco a poco para no apabullarlos, eligiendo inicialmente uno o dos materiales cuyas texturas y colores capten su atención  (por ejemplo, pompones de colores, arena, agua, espuma -que también podemos colorear con ayuda de colorante alimenticio-...).

Hay que tener en cuenta que los materiales incluidos en las bandejas se derramarán al suelo, y que el niño se manchará las manos y la ropa con su manipulación. Si esto puede suponernos un problema, lo recomendable es colocar la mesa en el exterior y cubrir al niño con un delantal plástico.

El papel del adulto es básicamente el de supervisar al niño en todo momento para que no se meta en la boca ningún elemento susceptible de provocar atragantamiento, y guiarle en el descubrimiento de nuevas actividades.

Dónde comprar una mesa sensorial

Puedes fabricar tu propia mesa sensorial con ayuda de bandejas de plástico que deberás colocar sobre una superficie a la altura del niño para que pueda jugar sin dificultad.

No obstante, si prefieres comprar una mesa sensorial, en el mercado puedes encontrar diversos modelos. Te compartimos algunos de los que más nos han gustado.

Este modelo de la marca Toyify suele ser el más habitual. Se trata de una mesa a una sola altura dividida en dos partes con dos gavetas de plástico.

Toyify Montesori Arena De Madera Y Mesa De Detección De Mesa De Agua

Muy similar al modelo anterior, es este otro de Ikea. La diferencia es que se incluyen dos tapas de madera que permiten cerrar los huecos de las bandejas, de manera que la mesa sensorial pasa a convertirse en un práctico escritorio infantil sobre el que trabajar.

Mesa para niños FLISAT

Este modelo de la marca de juguetes 'edu2creative', tiene un diseño más sofisticado. Cuenta con bandejas transparentes para que los niños puedan ver el contenido desde todos los ángulos, y una lona especial antiderrames.

Mesa de juegos de arena y agua KOPA

Esta mesa sensorial incorpora tres bandejas de plástico, lo que permite aumentar las posibilidades de juego. Se incluyen dos tapas para cerrar la mesa y convertirla en escritorio.

Mesa sensorial flisat

Por último os compartimos este otro modelo de mesa sensorial en dos alturas, con depósitos de gran profundidad. Permite guardar una mesa bajo la otra para ocupar menos espacio cuando no se esté utilizando.

Mesas nido de experimentación para arena y agua

Foto de portada | Tatiana Syrikova (Pexels)

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