Varicela en bebés y niños: cuáles son los síntomas de alerta y cómo prevenirla

Es una enfermedad típica de la infancia, generalmente benigna pero con molestos síntomas.

La varicela es una enfermedad infecciosa que produce una erupción característica en la piel. Es muy contagiosa, por aire y por contacto, haciendo que la mayoría de las personas que están en contacto con un enfermo acaben contrayéndola.

A muchos padres les preocupa conocer más acerca de la enfermedad, por lo que hablaremos acerca de cómo se presenta en la infancia, desde sus síntomas hasta su tratamiento y prevención.

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Qué es la varicela

La varicela es una enfermedad ocasionada por el virus varicela-zóster (también causante del herpes zóster o culebrilla), muy conocida por ser la causante de plagar la piel de lesiones en forma de pequeñas ampollas o vesículas llenas de líquido.

Aunque suele ser una enfermedad típica de la infancia, también puede presentarse en adultos - y cuanto mayor es una persona mayores son las complicaciones que pueden derivarse de esta enfermedad.

Sin embargo, en los niños es generalmente una enfermedad benigna y la frecuencia de las complicaciones no es elevada, aunque más adelante hablaremos sobre esto.

Síntomas de varicela

Como sabemos, el principal y más reconocido síntoma de la varicela es la erupción de pequeñas ampollas o vesículas llenas de líquido, pero hay otros síntomas que se pueden presentar uno o dos días antes del sarpullido:

  • Fiebre
  • Cansancio
  • Falta de apetito
  • Dolor de cabeza
  • Malestar general

Cuando las ampollas comienzan a aparecer, entre 10 y 21 días después de la exposición al virus, éstas suelen empezar por la cara, el pecho, la espalda y el cuero cabelludo, extendiéndose después por todo el cuerpo, incluyendo el interior de la boca, los párpados o el área genital.

Una vez que aparece la erupción ésta pasa por tres fases: pápulas que aparecen a los pocos días, ampollas llenas de líquido, y costras que cubren las ampollas y tardan algunos días en curarse. Como cada día aparecen nuevas pápulas, es frecuente tener las tres fases al mismo tiempo.

Se calcula que mientras dure la enfermedad aparecen entre 250 y 500 lesiones en todo el cuerpo, que producen mucha picazón e incomodidad, por lo que tratar el picor es esencial, tanto por confort como por evitar posibles infecciones en la piel.

Tratamiento de la varicela

En general y al tratarse de una enfermedad ocasionada por un virus, los niños sólo precisan tratamiento para aliviar los molestos síntomas que ocasiona la enfermedad, que suele durar de 4 a 7 días en la mayoría de los casos.

Para ello, se recomienda usar loción de calamina para la picazón, así como mantenerles bien hidratados. En caso no lograr aliviar los picores, se puede dar un jarabe antihistamínico bajo supervisión médica. Si es necesario usar medicamentos para la fiebre y el malestar, lo más recomendable es el paracetamol.

No es recomendable administrar ibuprofeno, ya que se ha asociado a un mayor riesgo de infección invasiva por estreptococo del grupo A, ni aspirina, por su asociación con el síndrome de Reye, una enfermedad grave que afecta el hígado y el cerebro y que puede causar la muerte.

Es aconsejable que mientras dure la enfermedad los niños no permanezcan cerca de mujeres embarazadas, de bebés recién nacidos o que aún no estén vacunados, ni de personas con un sistema inmunitario debilitado, ya que puede ser peligroso para ellas.

Posibles complicaciones

Como ya lo hemos mencionado, la varicela durante la infancia suele ser una enfermedad benigna, aunque hay ciertos grupos que pueden sufrir alguna complicación, como los bebés recién nacidos, los bebés que no han recibido la vacuna o los bebés cuyas madres nunca tuvieron varicela o no recibieron la vacuna.

Estas son algunas de las posibles complicaciones de la varicela:

  • Infecciones bacterianas en la piel, tejidos blandos, huesos, articulaciones o torrente sanguíneo
  • Deshidratación
  • Neumonía varicelosa
  • Encefalitis
  • Infarto cerebral

Otra posible complicación, que suele darse con los años, es la reactivación del virus que puede ocasionar un herpes zóster. Es más frecuente en adultos, pero también puede sucederle a niños y adultos.

Cómo prevenir la varicela

La mejor manera de prevenirla es mediante la vacunación. La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda la vacunación frente a la varicela para todos los niños, con una primera dosis de vacuna alrededor de los 15 meses y una segunda dosis a los 2 años.

Las comunidades autónomas aplican esta segunda dosis a los 3 o 4 años, preferiblemente en forma de tetravírica. En niños y adolescentes que no hayan padecido la varicela, ni hayan sido vacunados con anterioridad, también se recomienda la vacunación con dos dosis.

Además de las contraindicaciones generales de otras vacunas -como reacción alérgica grave tras una dosis previa o alergia grave conocida a alguno de sus componentes-, la vacuna de la varicela, por ser una vacuna viva, está contraindicada en general en las situaciones de inmunodeficiencia y en el embarazo.

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