Siempre le duele la barriga: dolor abdominal funcional en los niños

El dolor abdominal recurrente o dolor abdominal inespecífico es de etiología u origen desconocido. Es un dolor localizado en el abdomen, de intensidad suficiente como para interrumpir la actividad del niño y que se ha producido al menos tres veces en los últimos tres meses, en niños mayores de 4 años.

El dolor abdominal recurrente afecta a ente un diez y un quince por ciento de la población (unas cifras similares no acudirán al médico por ello) y puede acompañarse de palidez, vómitos, cefalea, flatulencias, diarrea o estreñimiento, febrícula y seguirse de somnolencia.

La Asociación Norteamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (NASPGHAN) nos dice que hay que estar atentos a los niños que se quejan de dolor de estómago por más de tres meses, pues podría tratarse de este trastorno.

Aunque la dificultad de su diagnóstico y el considerar que los dolores son “inexistentes” por no hallar causa orgánica, hacen que en ocasiones este dolor se considere como “invención” de los pequeños, lo cual dificulta su recuperación.

Precisamente el término “funcional” se refiere al hecho de que aun después de numerosos exámenes para encontrar el diagnóstico correcto (análisis de orina, sangre y heces…) no se encuentra una explicación orgánica clara para el dolor, ya que no existe obstrucción, irritación o infección posible que pueda causar la molestia.

Aun así el dolor es tan real que puede impedir que el niño desarrolle su actividad normal, aunque afortunadamente mantienen una buena salud general y no afecta a su crecimiento.

Aunque las edades más frecuentes para el DAR sean de 5 a 10 años, se han descrito casos de hasta 3 años a 16

El término “DAR” fue acuñado por Apley en 1958 para definir aquel episodio de dolor abdominal que es capaz de alterar la vida normal del niño y que, como hemos señalado, se presenta por un mínimo de tres veces en un período de tres meses.

Causas inespecíficas del dolor abdominal funcional

Pese a múltiples estudios de variadas disciplinas (neurofisiología, neurosicología, neurofarmacología, técnicas de estudio de motilidad intestinal), no existe una explicación única que logre aclarar la naturaleza fundamental del DAR. Podríamos decir que diversos estímulos dependientes de estrés físico y/o psicosocial determinan una alteración de la actividad motora intestinal, que produce molestias en el niño.

A menudo existe el antecedente de una situación de estrés psicosocial o conflictos emocionales al momento en que se inician los episodios de dolor (enfermedad grave de los padres, muerte de un familiar, separación, problemas escolares, cambio de lugar de residencia…).

El sistema digestivo tiene un complicado sistema de nervios y músculos que ayudan a mover y procesar los alimentos para realizar la digestión, y es probable que en algunos niños los nervios se hagan demasiado sensibles y se produzca dolor en el proceso.

En ocasiones los nervios intestinales se pueden tornar más sensibles debido a una infección causada por virus o bacterias, situaciones estresantes o simplemente cansancio. Otros miembros de la familia pueden tener un problema similar.

Características y tratamiento del dolor abdominal

El dolor se presenta preferentemente de día, en forma episódica, permaneciendo por espacio de minutos u horas con períodos intermedios asintomáticos. La ubicación generalmente es periumbilical (alrededor del ombligo) y raramente se extiende. Cuanto más se aleja el dolor de la región umbilical, más probable es encontrar una causa orgánica.

Si se define que el niño padece un dolor abdominal funcional, es importante prevenir que el dolor se vuelva una razón para que el niño falte a la escuela o cambie sus hábitos. Podemos estar tranquilos en el sentido de que no existe un problema serio, y ser positivo al respecto podría ayudar a la mejoría del niño. Ya vimos que incluso la imaginación podría calmarles el dolor.

Tal vez el especialista decida usar medicación en el caso de dolor funcional, como relajantes musculares, antiácidos o suplementos de fibra, que pueden ser útiles en algunos niños.

Otros factores que pueden ayudar sería la modificación de la dieta aunque, por lo demás, lo que más disminuirá el dolor es seguir haciendo una vida lo más normal posible y pasar los episodios de dolor abdominal recurrente con la mayor tranquilidad posible.

Más información | Aeped (pdf.), Naspghan (pdf.), Scielo
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