El hipo en el recién nacido: todo lo que hay que saber

Todos sabemos lo molesto que nos puede resultar el hipo, y por eso cuando vemos a nuestro bebé recién nacido con hipo sufrimos por tratar de ayudarle y dudamos de si es normal que tenga de manera tan frecuente, de si es algo bueno o malo e incluso de si hay que hacer algo para tratar de aliviar su malestar.

El hipo es muy frecuente en los bebés, tanto que son muchos los padres que se hacen estas preguntas. Por eso hoy vamos a hablar del hipo en el recién nacido, explicando todo lo que hay que saber.

Preocupa más a los padres que al bebé

Como digo, a los adultos nos molesta bastante. El hipo son contracciones involuntarias del diafragma, un músculo que está en la base de nuestros pulmones. El espasmo que se produce provoca además un cierre rápido de las cuerdas vocales, generando así el típico ruido "¡hip!", que se repite con cada contracción.

En los bebés es normal, es frecuente y no es signo de ninguna patología o dolencia. De hecho, muchas mujeres embarazadas son capaces de darse cuenta de que el bebé tiene hipo dentro de la barriga al notar los movimientos rítmicos cada poco tiempo.

Por eso, al ser algo normal, se suele decir que preocupa más a los padres que a los bebés.

¿Por qué tienen hipo?

La explicación rápida es por inmadurez, y los episodios de hipo van desapareciendo a medida que el bebé crece. La larga, por inmadurez en general, pues tienen un sistema digestivo y nervioso en proceso de maduración que aún tienen desajustes y que provocan que a menudo se produzca hipo. Esto puede ser porque el bebé ha comido mucho, porque cuando comía ha tragado aire que no ha expulsado o si ha estado en situación de bajada de temperatura, por ejemplo si salimos de casa a la calle y allí hace más frío.

¿Qué hacer en caso de hipo?

Si nuestro bebé tiene hipo frecuentemente podemos tratar de evitar las situaciones anteriores, es decir, evitar cambios de temperatura bruscos y darle de comer cuando esté tranquilo y antes de que esté muy hambriento. Si tiene tanto hambre que llora y hace eso de poner las manos delante intentando agarrar el pecho, cogiéndose, soltándose, llorando, volviéndose a coger, etc., tragará aire y es más probable que acabe teniendo hipo incluso mientras come.

Si sucede esto, si tiene hipo comiendo, podemos cambiarle de posición, intentar hacerle eructar o ayudarle a relajarse un poco antes de seguir. Una vez se ha ido el hipo, se le puede seguir dando su leche. Si el hipo siguiera, si no se le pasara, a veces se controla comiendo un poco más, es decir, reanudando la toma un ratito corto.

¿Y si sigue con hipo?

Pongamos que ya ha comido y tiene hipo. Quiere dormirse, pero cada pocos segundos da un saltito con su "¡hip!" que le hace abrir los ojos. Lo ideal es ponerlo en vertical, con la cabeza en nuestro hombro, como tratando de que eche un eructo y hacer el baile que mejor se nos dé (para lograr que se duerma). Si el hipo no se va al estar tranquilo, se le puede dar un poco más de leche, por si con ello se le fuera (o por si se duerme a la teta), y si aún así no se le va, pues volvemos al baile y a tratar de que se duerma, aún con hipo.

No sé vosotros, pero a mí se me han dormido los niños en brazos, hipo incluido, y echando incluso una sonrisa entre "¡hip!" y "¡hip!", de esas que muestran que "tranquilo, papá, tengo tanto sueño que ni esto me va a molestar".

Como digo, con el tiempo dejan de tener hipo con tanta frecuencia.

Foto | Thinkstock
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