Cinco consejos para acertar con el calzado y cuidar los pies de los niños en su vuelta al cole

Durante el verano, cuidamos la salud de los pies de nuestros hijos siguiendo los consejos de los profesionales. Pero cuando toca regresar a la rutina y volver al colegio, ¿estamos seguros de que el calzado que elegimos favorece correctamente el desarrollo de sus pies?

Para salir de dudas, el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA) ha elaborado un listado con las cosas que los padres deberíamos tener en cuenta a la hora de elegir correctamente los zapatos de los niños, así como otras que conviene evitar.

Los zapatos no se heredan

Es muy habitual que a la hora de calzar a los pequeños se opte por aprovechar los zapatos que otros han llevado, especialmente los hermanos mayores o familiares. Sin embargo, aunque económicamente puede venir muy bien, no es una práctica demasiado recomendable.

COPOMA explica que la pisada de cada persona es diferente, pues los pies también lo son anatómicamente. Es por ello, que unos zapatos heredados, aparte de desgastados, podrían estar deformados, apretar o rozar, y por tanto alterar la forma de caminar y provocar inestabilidades en la pisada del niño.

El calzado debe ser adecuado a la talla actual

Otro de los errores en los que solemos caer los padres para ahorrar en la cuesta de septiembre, es comprar el calzado una talla más grande para que dure más tiempo. Pero los podólogos insisten en que esta práctica puede alterar la forma de caminar del niño, ya que debe hacer mayor fuerza con los músculos para retener el zapato.

Por ello, es importante que los zapatos se acomoden siempre al tamaño real del pie de nuestro hijo, aunque esto implique cambiar de calzado cada temporada, pues ¡el pie del niño crece muy rápido!, siendo la media de ocho milímetros cada tres meses.

Elige materiales adecuados

A la hora de comprar un zapato no debemos fijarnos exclusivamente en su diseño, sino en los materiales con los que está fabricado. En este sentido, los expertos aconsejan optar por materiales naturales como la piel y el tejido, que además de ser flexibles permiten al pie transpirar correctamente.

"Además, debemos intentar que el calzado proteja la parte de los maléolos, es decir, los huesos laterales del tobillo. Pero siendo siempre flexible, no solo en los tobillos, también en la zona de los dedos" - aconsejan desde COPOMA.

En cuanto a la suela, esta debe ser plana, ligera y antideslizante, fabricada en materiales resistentes a la abrasión y al desgaste, como el cuero o la goma que además aísla del frío y aporta seguridad.

Y por último, no debemos olvidarnos de los calcetines, una prenda que a menudo pasamos por alto pero que es igual de importante a la hora de preservar la salud del pie. Los calcetines deben estar confeccionados en algodón, de manera que se ajusten bien al pie y permitan transpirar.

Sujección

Otro de los aspectos importante para lograr un mayor confort y seguridad del pie es el tipo de sujeción. En este sentido, los podólogos recomiendan optar por velcros o cordones pues son los mecanimos de cierre que mejor sujetan el calzado.

Pero antes de comprar un calzado con cordones debemos asegurarnos de que nuestro hijo sabe atarlos correctamente, pues de lo contrario podría sufrir algún percance. Es por ello, que en la etapa de Infantil los colegios suelen recomendar siempre calzado de velcro, puesto que además es más sencillo de poner y quitar y se fomenta la autonomía del niño.

Revisar los pies del niño con frecuencia

Y por último, otro de los consejos que nos dan los profesionales de COPOMA y que los padres solemos pasar por alto es la importancia de revisar anualmente los pies del niño a partir de los cuatro o cinco años, cuando su patrón de marcha ya esté establecido.

En la primera revisión con el podólogo, se le hará un diagnóstico personalizado y nos aportarán claves y consejos para favorecer el correcto desarrollo de sus pies. Además, las revisiones periódicas ayudarán a detectar a tiempo posibles anomalías y problemas frecuentes que afecten a su salud.

En definitiva, teniendo en cuenta el desgaste de los zapatos y el crecimiento del pie, siempre es positivo calzar a los niños con nuevos zapatos en cada vuelta al cole, y renovarlos cada temporada. Así pues, para este otoño debemos tener en cuenta no solo que el calzado le proteja del frío y la lluvia, sino que favorezca su desarrollo y libertad para realizar las actividades del día a día.

Fotos | IStock

Vía | COPOMA

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