Nueve sencillos gestos para que los niños aprendan a cuidar nuestro planeta

El 8 de Agosto según datos de la Global Footprint Network (GFN) asociación socia de WWF ha sido el día en el que los habitantes del planeta hemos consumido el total de lo que la Tierra puede regenerar en un año, aunque sí, nos faltan casi cinco meses para acabar el año.

El 8 de Agosto ha sido el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, el punto en el que hemos consumido ya todo lo que es capaz de regenerar este planeta en un año y tristemente, cada año, este día se adelanta un poco más pero podemos ir cambiando nuestras malas costumbres poniendo en marcha poco a poco algunos de los nueve sencillos gestos que os traemos para que niños y mayores, aprendamos a cuidar nuestro planeta. Nos va la vida en ello aunque no nos queramos dar cuenta.

Somos inconscientes, muy inconscientes a la hora de consumir y por ello ya estamos en déficit ecológico. Una año más.

Necesitaríamos 1’6 planetas para satisfacer la demanda de recursos naturales que generamos los humanos, sobre todo los que vivimos en las sociedades más ricas o más desarrolladas.

Sólo en España ya consumimos casi el triple de lo que este país es capaz de regenerar en un año, no somos conscientes de lo que hacemos y parece que tampoco estamos demasiado convencidos de que tenemos que parar.

Tenemos que cambiar nuestra forma de vida, emitimos más dióxido de carbono a la atmósfera de lo que los océanos y los bosques pueden absorber y limpiar. Agotamos los bancos pesqueros. Quemamos y talamos los bosques y las selvas más de prisa de lo que la naturaleza es capaz de regenerar o mantener.

No somos conscientes de que nos estamos haciendo daño a nosotros mismos y sobre todo a las generaciones que vienen detrás, las generaciones de nuestros propios hijos.

Para cumplir el Acuerdo de París adoptado en Diciembre de 2015 por casi 200 países, entre ellos España, tendríamos que reducir a cero la huella de CO2 algo que parece que no vamos a hacer y el Acuerdo de París se guardará en el mismo cajón en el que están guardados acuerdos anteriores en el que los gobiernos del mundo se comprometían a cuidar el planeta de nuestros hijos.

¿Y qué podemos hacer en casa?

Lo primero: concienciarnos y concienciar de la importancia de cuidar y respetar el medio ambiente, el entorno natural en el que vivimos.

Tenemos que reivindicar y exigir a nuestros gobernantes que los compromisos por el medio ambiente deben cumplirse, que las empresas que contaminan no pueden ver más rentable pagar una multa que reestructurar sus basuras o sus vertidos. A fin de cuentas los adultos somos la voz de nuestros hijos y el planeta es más suyo que nuestro.

Además, hay comportamientos que es bueno que adoptemos cuanto antes si no los hemos adoptado ya en casa:

  • Vamos a usar más y mejor la luz natural abriendo bien las persianas y las cortinas de casa para que entre la luz siempre teniendo en cuenta lo que vamos a hacer en esa habitación y ahora, en los días calurosos, teniendo en cuenta que queremos luz, no calor.
  • Si no vamos a estar en una habitación donde da mucho el sol por la ventana, sobre todo por la tarde, cerrar la persiana es uno de los métodos más eficaces para que no se caliente la casa en exceso.
  • Las ventanas a veces si las abrimos con cierta lógica, podemos conseguir crear corrientes de aire que refresquen la casa y que ayuden a pasar los calores propios del verano.
  • Reciclar vidrio, cartón y papel, restos orgánicos y plásticos y envases es algo que hacemos ya la mayoría pero que no deja de ser imprescindible para reducir el consumo de energía y por tanto la emisión de CO2 a la atmósfera.
  • Algo tan sencillo como reducir el consumo de carne en la familia, también ayuda a bajar las emisiones de CO2. Por ejemplo en China, ha sido el gobierno el que ha desarrollado un plan para que sus ciudadanos reduzcan su consumo de productos cárnicos en un 50% de aquí al año 2030, una reducción que se traduce en la reducción en mil millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, unas cifras a tener muy en cuenta.
  • Regular la calefacción o la refrigeración de nuestras casas si lo hacemos de forma artificial.
  • Reducir el consumo de agua potable en la medida de lo posible tanto en los riegos a las plantas de casa como por ejemplo, en la cisterna que tengamos en el baño.
  • ¿Es imprecinsible que nos compremos más ropa o un electrodoméstico nuevo cuando el que tenemos sigue funcionando o cuando la ropa que tenemos nos sigue valiendo y nos sienta estupendamente? Reducir el consumo es también proteger nuestro medio ambiente.
  • Seguro que hay alguna asociación ecologista a la que podríais suscribiros y participar de sus actividades porque además de conocer lo que hacen ellos, aprenderéis muchos aspectos de la naturaleza que os sorprenderán y lo que se conoce, es lo que mejor se defiende.

Entre todos, en familia, podemos plantear otras medidas o empezar a implementar aquellas que nos resulten más sencillas de conseguir para ir poco a poco reduciendo nuestra huella ecológica en el planeta que nos han prestado nuestros hijos.

Vía | WWF.es
Fotos | iStockphoto | pixabay
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