Formando a los maestros del siglo XXI: así es Hiperaula, el innovador proyecto de la Universidad Complutense de Madrid

Cada vez son más los colegios y profesores dispuestos a romper con el sistema educativo tradicional, donde los alumnos memorizan los conocimientos impartidos por los profesores en aulas estructuradas a la antigua usanza.

Y muestra de ello es el proyecto Hiperaula, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que busca formar a los maestros de las nuevas generaciones, enfocándose en el aprendizaje activo y colaborativo mediante espacios reconfigurables. ¡Te lo presentamos!

¿Qué es Hiperaula?

La Facultad de Educación de la UCM, donde se forman algunos de los docentes que impartirán clases a nuestros hijos en un futuro, ha reformado radicalmente una decena de aulas, con el propósito de fomentar el aprendizaje colaborativo mediante la creación de espacios flexibles y adaptativos.

Es lo que se conoce con el nombre de Hiperaula, un proyecto el hiperespacio (flexibilidad en la combinación de espacios y tiempos), con la hipermedia (transición sencilla entre oralidad, papel, audio, vídeo, 3D...) y la hiperrealidad.

Esta iniciativa ha sido inspirada por Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense y autor de varios libros, entre ellos "Educar en tiempos inciertos", "El fracaso y el abandono escolar en España" o "Más escuela y menos aula", en donde pone de manifiesto, precisamente, la anacrónica organización de las aulas de hoy en día y la necesidad de un cambio hacia una enseñanza más flexible y libre.

Porque las aulas no hacen referencia exclusivamente al espacio donde los alumnos se distribuyen para aprender, sino que es una forma de organizar el tiempo, la actividad y las relaciones sociales.

En Hiperaula se apuesta por tres grandes conceptos:

  • Espacios grandes, equipados con mobiliario flexible que facilite la libertad, el movimiento, la comodidad y la reagrupación de los alumnos para trabajar de manera individual o colaborativo, según la ocasión.

  • Agrupaciones flexibles de los alumnos, ya sea por proyectos, asignaturas o materiales, ciclos, cursos...

  • Las infraestructuras y el equipamiento deben adaptarse a cualquiera de las configuraciones que diseñe el profesor, ya sea para dar continuidad al trabajo, para colaborar e incluso para recibir enseñanzas no presenciales.

De este modo, el alumno se convierte en el único protagonista de su aprendizaje, asimilando enseñanzas en base a la resolución de problemas, retos o proyectos, y combinando actividades cara a cara con otras que requieran de la tecnología.

Alternativas a la escuela tradicional

En los últimos años hemos sido testigos de una sucesión de proyectos que han surgido como alternativa a la escuela tradicional: escuelas sin libros de texto, colegios donde se trabaja por proyectos, aprendizaje cooperativo, metodología SEM, aulas Montessori...

Las aulas cerradas con pupitres distribuidos en fila o grupos, pizarra al frente y horario fragmentado por asignaturas, está comenzando a dar paso a espacio diáfanas, tiempos flexibles y varios profesores trabajando de manera personalizada con sus alumnos.

Pero para que esta escuela del siglo XXI pueda convertirse en una realidad en todos los colegios de nuestro país, los profesores del futuro también deben recibir formación acorde, gracias a iniciativas públicas como Hiperaula, o a otros proyectos privados como "El aula del siglo XXI" o el "LearningLab & DesignLab".

Ojalá vayan surgiendo más proyectos similares que apuesten por un cambio radical en el modelo educativo. Porque a juzgar por las tasas de fracaso escolar que tenemos en nuestro país y los datos que arroja el Informe PISA, somos muchos los que creemos en la necesidad urgente de un cambio.

Fotos | Hiperaula

Vía | El País

Más información | Universidad Complutense de Madrid

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