A los de la generación Z les preocupa más que a otras generaciones cuánto dinero tiene su pareja. Es una señal de su difícil situación económica

Las relaciones están cambiando a un ritmo trepidante. Ahora conoces gente mediante apps, hay nuevos modelos de parejas y aquello de que el amor puede con todo es casi una quimera digna de película rosa de los 90's. La practicidad se impone ante el romanticismo y una buena muestra de ello lo ha desvelado una encuesta: la Generación Z, aquellas personas nacidas a finales de la década de 1990 e inicio de los 2000, considera que la compatibilidad financiera es más importante que la compatibilidad física.

Esta se realizó a 2.700 personas para el estudio Planning & Progress 2023, un estudio que explora las actitudes y comportamientos de los adultos estadounidenses hacia el dinero, la toma de decisiones financieras y tras cuestiones que afectan su seguridad económica a largo plazo.

Según los resultados, alinearse en materia de dinero es aún más apremiante para las generaciones más jóvenes que se encuentran en una etapa más temprana de sus relaciones y carreras: casi la mitad (49%) de la Generación Z considera que la compatibilidad financiera es la más importante. Eso se compara con el 40% de los millennials, el 35% de la generación X y el 30% de los baby boomers.

Las generaciones jóvenes han sido testigos de un par de crisis económicas, del esfuerzo que ha supuesto para sus padres enfrentarlas, y sobre todo, de los enormes esfuerzos económicos que suponen pagar una carrera universitaria o un seguro médico (en el caso de Estados Unidos). Ahora, cuando hay más inseguridad a nivel económico son más conscientes que nunca de que tener una pareja puede suponer, o no, un apoyo real para salir adelante como familia.

Los jóvenes quieren hablar de dinero antes de formalizar la relación

Según esta misma encuesta, el 32 por ciento de los miembros de la Generación Z creen que las conversaciones sobre dinero deberían tener lugar incluso antes de que la relación se vuelva seria, una cifra que sube al 40 por ciento para los millennials.

Los jóvenes se saben vulnerables económicamente y no solo ocurre en Estados Unidos. En España por ejemplo, el paro en 2022 para los mayores de 25 años rondaron el 13,6% para las mujeres y el 9,9%, unas tasas que aunque son altas, no reflejan la precariedad que se vive en muchos trabajos y que suele ser más acusada a esa edad.

Esta precariedad y la temporalidad en los trabajos que afronta esta generación es más grave que en las anteriores, tal y como muestra un estudio realizado por la Fundación BBVA llamado "Presente y futuro de la juventud en España", en el que se afirma que un 25,4% de los trabajadores entre 16 y 29 años tienen un  contrato a tiempo parcial, 12 puntos más que el conjunto de la población.

Esta situación sin duda puede condicionar la capacidad de decidir si una persona puede asumir el compartir los gastos de una casa o convertirse en padre. La viabilidad de una relación ya no solo se basa en la atracción o el amor porque los jóvenes saben que con los salarios actuales, el nivel de inflación y el costo de la vivienda, es prácticamente imposible llegar a fin de mes solo con un salario. 

La presión financiera afecta directamente las relaciones

Salvo excepciones, en la actualidad la población está sujeta a una presión financiera bastante alta. Acceder a una vivienda como lo hicieron nuestros abuelos, con varios hijos y un solo salario en casa, es impensable hoy en día. También es una situación a la que ya están expuestas las personas desde muy jóvenes (solo hace falta darse una vuelta por algunos perfiles de Tik Tok que hablan sobre libertad financiera y cuyos dueños no superan la venitena), así que hablar sobre dinero se ha normalizado y ya no es un tema tabú por el que no "debes" preguntar.


Quienes hemos pasado por esos periplos, sabemos que aunque es importante, no es lo fundamental porque de lo contrario estaríamos hablando de una relación por interés, pero tal vez no es descabellado fijarse en este aspecto cuando se empieza una relación, en pro de la estabilidad (y no me refiero solo a la financiera). De hecho, aunque parezca un tema muy moderno, ya lo decían nuestras abuelas: "Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la finestra".

Imagen de wayhomestudio

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