Como ya hemos comentado en otras ocasiones, los humanos nacemos con todos nuestros sistemas muy inmaduros y es, con el paso de los meses, que se van desarrollando. Eso también engloba a los sentidos del bebé (la vista, el olfato, el tacto…) que, aunque empiezan a desarrollarse en el vientre de mamá, no será hasta que empiece a recibir todos los estímulos externos que entren en pleno funcionamiento.
A través de los estímulos que proporciones a tu bebé, ya sea mediante el juego, caricias o hablándole, reforzarás su correcto desarrollo y, además, será también una vía para que se relacione contigo y todo aquello que les rodea.
Estimulación temprana
Tener los sentidos bien desarrollados es también una cuestión de supervivencia. Saber reconocer a la mamá para poder reclamar el alimento y sentirse protegido, otra necesidad básica de los bebés, es una de las funciones principales.
Hablar al bebé, ponerle música durante el embarazo o acariciar el vientre de mamá, son algunas acciones que tu bebé notará e influirán de forma muy positiva en su desarrollo. A su vez, estamos haciendo que se familiarice con el entorno. Cuando nacen, los bebés son capaces de reconocer a sus seres queridos, especialmente a mamá, gracias a todos estos estímulos que ha ido recibiendo desde el exterior. Reconoce su olor y su voz y esto le permite, a la vez, reconocerla también a través del tacto, ya que todos los sentidos están muy relacionados.
En el caso de la vista, los recién nacidos ven con más claridad aquellos objetos que están a unos 20 o 30 centímetros de distancia. Esto no es casual, ya que se trata de la distancia a la que se encuentran las caras de papá y mamá cuando lo cogen en brazos. En cuanto al gusto, sus receptores, ubicados en la lengua y el paladar, están formados hacia el cuarto mes de gestación. Y es en la barriga de mamá que empieza a recibir las primeras sensaciones gustativas a través del líquido amniótico y a mostrar su preferencia por los sabores dulces.
En casa, con mamá y papá
Por ejemplo, coloca a tu bebé junto a ti, piel con piel, es una buena práctica porque te reconocerá por tu olor, tu voz y tus caricias, y eso le reconfortará y tranquilizará, recordando los meses que estuvo en tu vientre. Aprovecha estos momentos para hablarle y cantarle, darle algún masaje suave e intentar establecer contacto visual con tu bebé. Se trata de una forma de crear vínculos especiales.
Si das el pecho a tu bebé, a través de tu leche está recibiendo estímulos gustativos. La leche materna cambia de sabor según los alimentos que haya comido la mamá, por lo que desde bien pequeños, los bebés pueden tener ya sus platos favoritos. Cuando inicie la alimentación complementaria, el pequeño empezará a desarrollar sus papilas gustativas descubriendo todos los sabores, texturas y sensaciones que le puede proporcionar la comida. Deja que toque, pruebe, experimente y disfrute con los alimentos.
Cuando sea más mayor puedes realizar distintos juegos. En el caso del olfato, por ejemplo, podéis jugar a tratar de descubrir y reconocer aromas característicos, como un limón, hojas de menta, una rosa… Podéis hacerlo con los ojos tapados, creando así un momento de concentración en el que el olfato sea lo más importante. Taparle los ojos con tus manitas o un pañuelo y jugar a desaparecer de su vista es algo que a los bebés les encanta.
5 sentidos, una necesidad
Vista, gusto, tacto, oído, olfato. Son cinco sentidos que a priori no parecen relacionados, pero que sí lo están. Y más en el caso de los recién nacidos, ya que durante sus primeros meses de vida todos sus sentidos están trabajando para tener satisfechas sus necesidades básicas de alimento, protección y confort.
Todo ello es clave para que, poco a poco, tu bebé se adapte al medio y se desarrolle a nivel psíquico e intelectual. También es la forma de proporcionarle seguridad emocional, gracias a la cual desarrollará su personalidad.
Para satisfacer esa necesidad y demanda de tu bebé, siempre que puedas intenta estimular sus sentidos realizando alguna de las cosas que te hemos comentado: decirle cositas, jugar con él, acariciarle, abrazarle... Es importante que el bebé esté cerca de ti siempre que sea posible, de forma que pueda verte y sentir que estás a su lado. Es una buena manera también de estimular sus sentidos a diario y hacer que participe en la vida familiar.
En los momentos en los que esté relajado, puedes cogerle la manita y jugar con sus dedos, realizando pequeños masajes y caricias, de forma que descubra nuevas sensaciones y empiece a reconocer nuevas partes de su cuerpo. Puedes hacer lo mismo con los pies, la carita, la cabeza... Juega también utilizando algún juguete sonoro o de texturas, haciendo que lo acaricie e interactúe con él.
Cuando hagas estos ejercicios, trata de buscar un ambiente tranquilo para ambos, y coloca el bebé de forma que se sienta cómodo y relajado. El sillón ergonómico Comfy Nest de Chicco es muy confortable y con un reclinado que les proporciona una postura correcta para ayudarles a reducir el reflujo en los primeros meses de vida. La superficie de Comfy Nest está recubierta de una espuma viscoelástica para adaptarse al 100% al cuerpo del bebé.
La estimulación de los bebés desde las primeras semanas de gestación es clave para su desarrollo. Acunarles, cantarles, acariciarles y practicar pequeños juegos visuales, entre otros, son pequeñas acciones que podéis realizar de manera frecuente para que, además, se sientan protegidos y atendidos.
Momentos Chicco
Fotos | iStock: Nick_Thompson/ gpointstudio / Solovyova