¿Tu hijo tiene miedo a los payasos? Cuáles son las causas de este rechazo y cómo ayudar a superar este miedo tan común en niños

El miedo a los payasos y los mimos es algo muy habitual entre los niños, y aunque suele tratarse de un miedo normal, pasajero y natural, los padres debemos saber cómo ayudar a nuestros hijos para que este miedo no se convierta en fobia (fenómeno conocido como coulrofobia).

Si a tu hijo no le gustan nada los payasos y sientes que le provocan inquietud o malestar, te explicamos las causas de este rechazo y cómo puedes ayudarle a superarlo.

¿Por qué muchos niños tienen miedo a los payasos?

Quizá a muchos adultos les resulte curioso pensar que un personaje creado para entretener y arrancar las sonrisas de los más pequeños pueda provocar el efecto contrario. Pero el miedo a los payasos en la infancia pasa con más frecuencia de la que imaginamos.

No en vano, una investigación llevada a cabo por la universidad británica de Sheffield entre 250 niños con edades comprendidas entre los cuatro y los 16 años, sugirió que la mayoría de niños encuentra "muy desagradables" las imágenes de payasos, y algunos incluso las califican como "aterradoras".

Entre los motivos por los que los niños pueden sentir animadversión o miedo a los payasos estarían los siguientes:

  • Los payasos van caracterizados con un vestuario llamativo, abultadas pelucas y exceso de maquillaje que oculta sus verdaderos rasgos faciales. Esto hace que los niños muestren desconfianza y rechazo inicial a su figura, pues desconocen quien está detrás de semejante atuendo.

  • El cuerpo y el rostro del payaso no se corresponde con la imagen que el niño tiene de las personas que le rodean, pues sus rasgos faciales son desproporcionados o están distorsionados (sonrisa perenne, nariz enorme, pelos multicolores...) y sus ropas tampoco son las habituales.

  • Los payasos gesticulan de forma exagerada, sus movimientos son bruscos y rápidos, y gritan o emiten sonidos estridentes o poco comunes.

A estas características deberíamos sumar el entorno y ambiente en el que a menudo se desarrolla la actuación del payaso; un entorno de luces apagadas, sonidos repentinos (el repicar de un tambor, una trompeta, petardos, matasuegras...), mucha gente, voces... Esta puesta en escena necesaria para el espectáculo, puede resultar de por sí estresante para los niños, especialmente para los más pequeños.

A medida que los niños van creciendo y se adentran en la adolescencia es probable que entren en contacto con la imagen aterradora que el cine y la literatura han creado de la figura del payaso, por lo que esos miedos infantiles acabarán evolucionando hacia un tipo de terror provocado por la disonancia cognitiva que causa el personaje.

¿Cómo expresan los niños su miedo a los payasos?

El miedo tiene diversas manifestaciones, especialmente en el caso de los niños. Sin son mayorcitos y saben expresar lo que están sintiendo, es probable que verbalicen su rechazo y expliquen con palabras por qué los payasos no les gustan (por ejemplo: "gritan mucho", "no me gusta su ropa", "me asusta su maquillaje"...)

En el caso de niños más pequeños suelen aparecer episodios de llanto, gritos, vuelven la cara hacia el lado contrario o se tapan los ojos, se enfadan, se esconden o incluso se quedan paralizados por el miedo con una expresión tensa en la cara.

Qué hacer si tu hijo tiene miedo a los payasos

Como sucede con cualquier otro miedo infantil, muy probablemente el miedo a los payasos acabe siendo pasajero, pues a medida que el niño vaya creciendo, aprenda a distinguir la realidad de la ficción y entienda que el payaso no es más que una persona disfrazada de un modo extravagante haciendo un papel, el miedo desaparecerá.

Pero dado que estos personajes están muy presentes en las fiestas, espectáculos y actividades infantiles, conviene ayudar al niño a superar su miedo para que pueda disfrutar con naturalidad de este tipo de experiencias.

  • En primer lugar, no te burles nunca de su miedo, ni restes importancia a lo que el niño está sintiendo con frases como "¡pero si no pasa nada!", "anda, no seas bobo, que eso no da miedo", "¿no ves que los niños se ríen?"... Puede que para ti sea solo un payaso, pero a él le genera una gran inquietud, tensión y animadversión. Respeta sus sentimientos y acompáñale en sus emociones.

  • No le lleves nunca a la fuerza a ver un espectáculo de payasos sabiendo que tiene miedo, ni tampoco le obligues a interactuar con ellos. Si en algún momento os veis sorprendidos por la actuación inesperada de un payaso o mimo (por ejemplo, en un espectáculo callejero, en un restaurante que cuente con animación, en una fiesta de cumpleaños infantil...), respeta la decisión del niño de verlo o no, y permanece siempre a su lado para acompañarlo, abrazarlo y consolarlo en caso de que comience a mostrarse nervioso.

  • Jugar en casa a disfrazaros de payasos con pelucas multicolores, caretas o narices postizas. También podéis maquillaros y comprobar ante el espejo cómo cambia nuestra expresión y nuestras facciones con una buena capa de pintura. De este modo, el niño entenderá que a pesar de las vestimentas y las caretas, debajo hay tan solo una persona.

  • Ve exponiendo al niño poco a poco a la figura de los payasos de una forma amable y divertida. Puedes ayudarte de cuentos, fotografías, dibujos, marionetas, muñecos, vídeos musicales...

En cualquier caso, es importante diferenciar el miedo de la fobia, que es un miedo intenso, irracional e incapacitante. En este sentido, si crees que el miedo a los payasos es algo que altera de forma significativa a tu hijo o no desaparece al cabo de un tiempo, es recomendable consultar con un profesional.

Fotos | iStock

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