A mi hijo se le ha roto un diente, ¿qué hago?

Llega una edad en la que no tienen ningún miedo, exploran y recorren su entorno sin preocuparse de los peligros. Así que, tarde o temprano, sobreviene una caída y con ella el dolor, el llanto... y puede que algo roto. ¿Qué hago si a mi hijo se le ha roto un diente?

Si el golpe ha sido en la boca, probablemente será aparatoso y habrá sangre, por lo que lo primero que tenemos que hacer es revisar los daños. Tal vez sea un corte en el labio, pero puede que esté afectado el interior de la boca, la lengua o un diente.

Si al niño se le ha roto un diente de leche hay que valorar el alcance de la lesión. ¿Falta un trozo grande? ¿Se mueve el resto de la pieza dental? Si a alguna de estas preguntas respondemos que sí, hay que acudir al odontólogo.

Esto es así porque queremos comprobar que la raíz no esté dañada, o si hay que intervenir de algún modo para que la boca no empeore. El dentista es el profesional indicado para ello.

Recuerda que, si es posible, hay que localizar el fragmento o fragmentos que se han desprendido, porque en algunos casos se podrían aprovechar reenganchándolos al diente en la consulta (tiene que ser al poco tiempo de haberse caído y conservando el trozo de diente sumergido en suero fisiológico, por ejemplo). Aunque, si no hay otros daños, esta recomposición dental suele hacerse con los dientes definitivos y no con los de leche.

Otro consejo inmediato al traumatismo dental es que, como probablemente el niño tenga dolor, y si hay hemorragia, conviene mojar una gasa con agua fría y aplicar presión sobre la zona afectada. Si el niño es mayor, se le pude ofrecer un cubito pequeño o un polo de hielo para que vaya chupando.

Hay que tener en cuenta que cualquier rotura de diente daña la capa superficial del esmalte, por lo que el interior de la pieza está más expuesto. Entonces, el diente podría deteriorarse con rapidez. Por ello hay que extremar la higiene de la boca, incluso cuando el fragmento desprendido sea pequeño. También en este caso vendría bien una visita al odontopediatra.

Además existe el riesgo de que se produzca un derrame de sangre en la pulpa del diente, en este caso aunque no haya tratamiento se debe valorar el daño (el síntoma sería la aparición de manchas en el diente, de color gris o negruzco).

Otra consecuencia grave de una rotura podría ser la necrosis pulpar, que es cuando "se muere" un diente. En este caso, debido a una inflamación del tejido interior del diente se impide el riego sanguíneo adecuado, con lo que el tejido empieza a degradarse y sufre una necrosis. Insensibilidad o dolor son las consecuencias, junto al oscurecimiento del diente.

Dientes completos arrancados tras un accidente

Pero hay un caso más preocupante para los padres y es si el diente se ha salido por completo tras un golpe. Si se trata de un diente definitivo es importante que localicemos la pieza y sin tocar la raíz la sumerjamos en leche o suero fisiológico o se intente recolocar en su alveolo o se "guarde" bajo la lengua o en la mejilla, según los protocolos de odontología pediátrica.

Es primordial que acudamos inmediatamente al dentista (o al hospital donde también tienen servicio de odontología). Entonces es posible que el diente sea colocado en su lugar mediante un procedimiento de reimplantación.

Si el diente caído es de leche, entonces tal vez es que el Ratoncito Pérez tuviera prisa... Hay que acudir al dentista y vigilar la evolución del hueco, que no haya desplazamiento de dientes, cuidar la higiene... y esperar a que el diente definitivo cubra el hueco de esa pieza desparecida prematuramente.

"Si el diente roto es de leche no pasa nada"

Podríamos pensar que si se trata de un diente de leche roto, que el niño va a cambiar (puede que pronto si se acerca a los cinco años), no pasa nada. Entonces, tampoco pasaría nada si no se los lava... Pero sí que pasa.

La mala higiene bucal puede provocar caries y estas dolor y destrucción de los dientes. Una pieza dañada puede no causar dolor al principio (o estar camuflado por el dolor general de la boca), pero será más sensible a las bacterias, más susceptibles de sufrir caries y otras infecciones bucales, es probable que la raíz sufra algún daño...

Entonces, hay que cuidar esos dientes rotos y acudir a una revisión con el dentista tras el golpe, si es posible llevando el fragmento desprendido. Porque no queremos que les duelan más de los que el propio traumatismo supuso, ni tengan dificultades para comer... o haya que ir de urgencias más adelante por algún problema no detectado anteriormente.

Más información | Kidshealth, Odontología padiátrica
Fotos | Thinkstock
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