Padres estresados, hijos enfermos

 

La verdad es que esta conclusión de un estudio estadounidense publicado en la revista New Scientist es bastante sensata: “los niños cuyos padres y familias viven constantemente estresados tienen más enfermedades que otros niños". Y la razón es que el sistema inmune de los niños resulta afectado por el estrés, haciéndolos más vulnerables a enfermedades.

Los investigadores siguieron durante 3 años a 169 niños de entre 5 y 10 años, y llevaron un registro de los síntomas de enfermedades que padecieron y de su temperatura.  A su vez, se evaluaron los signos de estrés, ansiedad y depresión en los padres.

Finalmente el número total de enfermedades fue significativamente más alto en los niños cuyos padres mostraron altos niveles de estrés emocional, y también tenían una actividad inmune intensa porque su organismo estaba trabajando mucho más para protegerse de infecciones.

Lamentablemente un efecto contraproducente del estudio es que los padres ya estresados sufran todavía más al saber que son responsables de las enfermedades de sus hijos, aunque haya sido inconscientemente. Ya sabemos que el “gen de la culpa" va incluido con el parto y todos los padres lo tenemos en mayor o menor medida.

Pero el tema no es culpabilizarnos sino poner remedio, sabiendo cuáles son las consecuencias de la ausencia de equilibrio emocional.

Lo curioso es que los científicos y psiquiatras del estudio, aunque desean encontrar mejores herramientas para controlar el estrés en nuestras sociedades, aportan ideas mediocres e insuficientes como “introducir en las largas jornadas de trabajo actividades físicas o recreativas que den a la persona momentos de tranquilidad y relajación del estrés".

En fin, un parche y no una solución. ¿Para qué alargar las ya excesivas horas laborales con juegos?. La raíz del problema, y ya lo hemos tratado varias veces, es que el actual sistema económico ni favorece una crianza sana y con apego ni funciona con las personas sin hijos, porque el estrés no entiende de tasa de natalidad.

Los 10 mandamientos para la conciliación laboral-familiar son un paso y otro es que, más que controlar el estrés, pongamos medidas en nuestra vida para reducir lo que lo produce: menos exigencias, menos actividades, más reflexión, nuevos valores de vida y sociedad, más sentir y menos tener, etc.

Estrés = enfermedad, tanto en nosotros como en nuestros hijos (en el útero o fuera de él). Cuanto antes lo asumamos y actuemos, mejor.

Vía | BBC En Bebés y más | Mamás con estrés En Bebés y más | Madres estresadas, bebés estresados y pequeños En Bebés y más | Menos estrés infantil gracias a la lactancia materna En Bebés y más | El estrés infantil podría dañar el cerebro En Bebés y más | Menos estrés, más fertilidad En Bebés y más | El estrés en el embarazo afecta al bebé

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