La lactancia materna y dar gluten en pequeñas cantidades no disminuyen el riesgo de ser celíaco

¿Cuándo se introduce el gluten en la dieta infantil? ¿Cómo hacerlo para prevenir la celiaquía en la medida de lo posible? Estas dos preguntas son las que los expertos llevan años tratando de responder y, por ahora, parece que no hay manera de saber cuál es la respuesta correcta.

Si desde hace unos años la recomendación habitual es la de dar el gluten de manera temprana, en pequeñas cantidades, y a poder ser en una etapa en la que el bebé siga tomando leche materna, un estudio actual parece que logra derribar estas recomendaciones porque en él se ha visto que ni lo de darlo en pequeñas cantidades las primeras semanas, ni hacerlo mientras el bebé es amamantado disminuye el riesgo de celiaquía.

Las recomendaciones más antiguas

Me remonto a la época en que nació mi primer hijo, hace ahora casi 9 años, y por aquel entonces lo que se recomendaba era retrasar el gluten hasta los 7 u 8 meses. Nada de darlo antes, la idea era esperar a que el intestino del bebé madurara lo suficiente para que, en el momento de que empezara a comer pan, galletas o cereales con gluten, pudiera tolerarlos bien. El bebé cumplía esos 7-8 meses y ese mismo día ya podía comer lo que fuera que llevara gluten, sin importar si el bebé tomaba o no leche materna y sin importar la cantidad.

Las recomendaciones actuales

Pasó el tiempo, aparecieron nuevos datos y nuevos estudios y los investigadores vieron que lo de retrasar el gluten no parecía ser demasiado útil. De hecho, vieron que la lactancia materna ayudaba a disminuir el riesgo y vieron que parecía mejor empezar antes, pero dándoselo al bebé poco a poco, es decir, una pequeña cantidad diaria durante más o menos 3-4 semanas, pues se pensaba que de ese modo el sistema inmune del bebé se iba acostumbrando poco a poco al gluten.

Se estableció la recomendación en la introducción ideal de gluten entre los 4 y los 6 meses de edad y a poder ser mientras el bebé es amamantado. Sin embargo, como la recomendación de los bebés que toman pecho es que lo hagan de manera exclusiva hasta los 6 meses, se llevó a cabo una variación que en muchos centros de salud se consideró como ideal: empezar con el gluten a los 6 meses de edad, en pequeñas cantidades, y seguir con leche materna mientras el bebé lo empieza a comer. Si una mamá tenía intención de dejar de amamantar a los 6 meses, sugerirle que siguiera al menos hasta los siete para disminuir el riesgo de celiaquía.

Pero un nuevo estudio desmiente estas recomendaciones

Con las nuevas recomendaciones ya activas, con la mayoría de bebés empezando con el gluten en pequeñas cantidades a los 6 meses o antes, un grupo de investigadores decidió tratar de corroborar que la recomendación era correcta y que, en efecto, se conseguía disminuir el riesgo de celiaquía.

Para el estudio, publicado en la revista New England Journal of Medicine se han seguido a 944 niños de ocho países y han colaborado los hospitales Sant Joan de Reus y Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat, que han estudiado a 98 de los niños.

El estudio se inició en el año 2007 y todos los niños eran susceptibles de padecer la enfermedad, pues tenían los genes HLA-DQ2 y HLA-DQ8 y un familiar de primer grado con celiaquía.

Entre los cuatro y los seis meses de edad, la mitad de los niños recibieron 100 miligramos de gluten al día, mientras que la otra mitad recibieron una sustancia placebo. Ni las familias, ni los investigadores supieron en ningún momento qué niños estaban tomando gluten y qué niños el placebo.

Después, a partir de los seis meses, todos los niños del estudio empezaron a comer gluten de manera gradual y a partir de los 10 meses de vida los niños podían ya comer sin restricción alguna y los investigadores se dedicaron, simplemente, a hacer un seguimiento de lo que comían.

Según las recomendaciones que hemos seguido hasta la fecha lo lógico, lo esperable, lo que debería haber pasado es que los niños que recibieron gluten entre los 4 y los 6 meses hubieran desarrollado celiaquía en menor proporción que los que empezaron con el gluten a los seis meses. Sin embargo, los resultados dicen que a los tres años de edad de los niños, el 5,9% de los que habían tomado gluten fueron diagnosticados de celiaquía, frente al 4,5% de los niños que tomaron placebo. Esa diferencia no es significativa y por lo tanto no es mejor una cosa que otra, sino que se considera que da exactamente igual darles gluten antes de los seis meses que no hacerlo.

En referencia a la lactancia, cuando compararon los resultados de los bebés que eran amamantados y de los bebés que no, los investigadores concluyeron que, independientemente de si era exclusiva en el momento de la introducción del gluten o de si el bebé tomaba algún otro alimento, no influyó de manera significativa en el desarrollo de la enfermedad celíaca en ninguno de los dos grupos. Vamos, que los niños amamantados padecieron celiaquía igual que los que tomaban leche de fórmula.

¿Y el grupo que recibía gluten a partir de los 7-8 meses?

Un grupo recibió gluten entre los 4 y 6 meses y luego, a partir de los 6, y hasta los 10 meses, lo fue aumentando de forma paulatina. El otro empezó con el gluten a los 6 meses, aumentando de forma paulatina hasta los 10 meses, cuando ya pudieron comer de todo. La única diferencia es la toma de gluten antes de los 6 meses y se ha demostrado inútil. Mi pregunta es, ¿y el grupo que recibía gluten a partir de los 7-8 meses? Porque como he explicado unos párrafos más arriba, muchos centros de salud, muchos pediatras, recomiendan la introducción del gluten a los 6 meses para no entorpecer la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, porque se considera mejor que la introducción del gluten a la antigua, más tarde.

Habría sido muy interesante saber si un tercer grupo, recibiendo gluten más tarde, habría desarrollado celiaquía en mayor o menor proporción. Incluso seguro que sería muy interesante saber cuáles serían los números en caso de dar gluten a los 6 meses, pero no de manera paulatina, sino sin restricción alguna: "que coma cereales con gluten, pan, pasta, galletas, etc.".

Los investigadores creen que en base a este estudio es muy posible que las recomendaciones cambien de nuevo, aunque la duda es saber cómo, hacia dónde y hasta cuándo. Porque a falta de más datos cabe la posibilidad de que nuevos estudios lleguen con nuevas conclusiones y todo vuelva a cambiar de nuevo. De hecho, los investigadores han decidido continuar con el estudio y seguir recabando datos hasta que los niños tengan 12 años.

Vía | ABC, NEJM
Fotos | Thinkstock
En Bebés y más | Alimentación complementaria: cuándo y cómo introducir el gluten en la dieta, La lactancia materna con pequeñas tomas de gluten podrían prevenir la enfermedad celíaca, Vivir sin gluten: Día Nacional del Celíaco

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