Si has sido un bebé grande al nacer, es más probable que tus hijos también lo sean

Se calcula que un cinco por ciento de los bebés nacen por encima del percentil 90 o con un peso superior a los cuatro kilos de peso. Se considera que es a partir de 4,5 kilos de peso cuando las complicaciones de salud aumentan de forma significativa para estos bebés. Generalmente, se los conoce como bebés macrosómicos, aunque no todos necesitarán medidas especiales.

¿Has sido un bebé grande al nacer? Una nueva investigación realizada en Noruega ha encontrado que los padres que nacieron con un peso elevado tienen más probabilidades de tener hijos grandes al nacer.

En el estudio publicado en Pediatric and Perinatal Epidemiology, los investigadores vinculan el peso al nacer de los padres con el de sus hijos.

Los riesgos de nacer demasiado grande

La macrosomía se relaciona con complicaciones en el parto como riesgos potenciales para la madre (mayor posibilidad de desgarro perineal y mayor riesgo de cesárea), así como para el bebé, un mayor riesgo de distocia de hombros, una complicación en la que los hombros se atascan durante el parto vaginal y puede provocar hemorragias maternas. En cuanto a la salud del bebé, aumenta el riesgo de miocardiopatía, malformaciones congénitas y riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Aunque el alto peso materno al nacer, la obesidad materna (o aumentar mucho de peso en el embarazo), la diabetes materna y tener un bebé fuera de término están asociados con la afección, hasta ahora no ha estado claro si el peso al nacer de ambos padres afecta el peso de su descendencia.

Padres grandes, hijos grandes

Para averiguarlo, los investigadores analizaron datos de 647.957 grupos de bebés y padres nacidos en Noruega entre 1967 y 2002, comparando los datos de peso al nacer de los padres nacidos entre 1967 y 2002 con los de sus hijos, que nacieron entre 1983 y 2017.

Encontraron que el 3,2 por ciento de los padres y el 4 por ciento de sus hijos eran bebés grandes, y que los hijos de padres con macrosomía tenían un “riesgo sustancialmente mayor” de tener un peso elevado al nacer.

Si ambos padres tenían un peso elevado al nacer, los hijos presentaban un riesgo un 8,06 por ciento mayor de tenerlo. Pero si solo uno de los progenitores nació grande, el riesgo también se traspasa a los hijos. El riesgo también aumentó en un 3,84 por ciento en los casos en los que sólo la madre tenía un peso elevado al nacer y en un 2,34 por ciento en los casos en los que sólo el padre tenía un peso elevado al nacer.

También nacen bebés macrosómicos de padres que no lo han sido, pero la diferencia es abismal.

Sólo el 3,6 por ciento de los bebés grandes al nacer tenían padres que no lo habían sido, en comparación con un 23,4 por ciento de los bebés de padres con alto peso al nacer que también nacieron con peso elevado.

La obesidad materna es uno de los factores determinantes más allá de la herencia. El seis por ciento de los bebés cuyos padres no tenían macrosomía pero tenían una madre con obesidad nacieron con un peso elevado, en comparación con el 31 por ciento de los bebés cuyos padres tenían macrosomía y cuya madre tenía obesidad.

En general, escriben los investigadores, "la macrosomía de los padres tiende a transmitirse entre generaciones", aunque no está claro hasta qué punto la genética o los hábitos desempeñan un papel. Se necesita más investigación para determinar si la detección de macrosomía al nacer podría identificar partos de alto riesgo.

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