Evitar la anafilaxia en niños y adolescentes, la reacción alérgica más grave, el propósito de la Semana Mundial de la Alergia

Se calcula que el 1,6% de la población ha sufrido alguna vez anafilaxia o shock anafiláctico, la reacción alérgica más grave. Por eso, la Organización Mundial de Alergia (WAO por su sigla en inglés) estableció que este año la Semana Mundial de la Alergia, que se conmemora del 13 al 19 de junio, tenga como eje temático a la anafilaxia, con el objetivo de crear más conciencia sobre estos cuadros que están considerados como una urgencia médica y sobre los cuales existe un importante desconocimiento.

Con el lema ‘Sed conscientes. Estad preparados. Salvad vidas’, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), recuerda la importancia de seguir las medidas de precaución para evitar contactos o ingestas accidentales que puedan causarla.

¿Qué es y por qué se produce?

La SEAIC define la alergia como "una respuesta inmunológica anómala a agentes que resultan inocuos para la mayoría de las personas, denominados alérgenos". Y una reacción alérgica grave puede terminar en anafilaxia, que puede iniciarse rápidamente y causar incluso la muerte de un niño o adolescente. Así lo explica la SEAIC que señala cuáles son los desencadenantes más frecuentes:

Síntomas de alerta

Un shock anafiláctico puede presentarse con rapidez y evolucionar de manera rápida en muy poco tiempo, por lo que hay que actuar de inmediato. Sus síntomas pueden afectar a diversos órganos y sistemas del organismo: piel, nariz, boca, garganta, pecho, corazón, tracto gastrointestinal, sistema nervioso, etc. Según la SEAIC:

  • Los síntomas iniciales más característicos son el picor en palmas y plantas de las manos y pies, en los pabellones auriculares y en la nariz, los estornudos, sensación de hormigueo, intranquilidad y malestar general.

  • Después, tos, ronquera, dificultad al tragar o hinchazón en la lengua.

  • Dificultad para respirar, estornudos o tos persistente.

  • Mareos, somnolencia o incluso pérdida de conocimiento.

  • Síntomas a nivel digestivo como vómitos, diarrea y dolor abdominal.

Todos ellos pueden ir a en aumento hasta llegar al shock y causar incluso la muerte.

¿Cómo prevenir y actuar ante un shock anafiláctico?

Los expertos hablan de la importancia de diagnosticar correctamente las alergias para indicar el tratamiento adecuado y el plan de acción establecido para cada tipo de alergia.

Así, si el niño sufre una reacción alérgica grave, lo primero y principal es que los adultos que le acompañen sepan reconocer de inmediato los síntomas, pues ello permitirá una actuación temprana.

Si ya ha presentado un cuadro anafiláctico, o tiene alto riesgo de desarrollarlo, sus padres o los adultos que le cuiden deben llevar siempre la medicación adecuada, que suele ser la adrenalina. Esta debe ser inyectada en forma inmediata por vía intramuscular y llevar al menor al médico.

En el caso de las alergias alimentarias, para evitar llegar a los episodios de anafilaxia, se recomienda la eliminación en la dieta del alimento que produce la alergia. Particularmente, en la alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV), el niño debe suspender la ingesta de leche y de todos sus derivados. Si es lactante, deberá suspenderlos también la mamá, ya que transmite la proteína en la lactancia.

Un reciente estudio publicado en la revista Global Pediatric Health alerta del aumento de la prevalencia de anafilaxia en niños con la edad y destaca que los adolescentes tienen episodios de anafilaxia cada vez más frecuentes. Además, confirma que los alimentos son la causa más común de anafilaxia en la población pediátrica.

Por eso, desde SEICAP insisten en la importancia de enseñar a los adolescentes a autogestionar su enfermedad, informándoles sobre sus medidas de prevención y evitación para no tener consecuencias fatales y apoyándoles en todo para que se sientan seguros y responsables.

Los expertos también recomiendan que un alergólogo realice un estudio exhaustivo para poder conocer exactamente a qué se debe su cuadro de alergia, porque tener un plan escrito de acción y la medicación necesaria, disminuye la angustia y mejora la calidad de vida de los niños y de sus familias.

Si buscas información, en SEAIC dispones de recomendaciones para evitar las alergénicos más comunes así como dietas para evitar la leche de vaca o el huevo o cómo tratar la urticaria o la dermatitis atópica.

Vía | SEICAP

Fotos | iStock

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