El amor de los padres puede paliar los efectos de la pobreza sobre la salud

Cuando una familia cuenta con pocos recursos el riesgo de enfermedad cardíaca y de padecer enfermedades mentales y físicas aumenta.

Se cree que el estrés y las carencias que pueden provenir de tener un estatus socioeconómico bajo provocan un funcionamiento exagerado del sistema inmunológico de los niños, que activa genes y libera proteínas que llegan a producir, en algunas situaciones, la inflamación de diversas zonas del organismo.

Un estudio reciente demuestra que tener una madre cariñosa o amorosa puede hacer que algunos de los procesos que producen inflamación no lleguen a darse, probablemente, porque se elimina en gran parte el estrés o el malestar psicológico que genera la falta de recursos.

Para el estudio se reunieron a 53 personas de entre 25 y 40 años de edad que vivieron en familias pobres al menos durante sus cinco primeros años de vida. Se analizaron sus sistemas inmunitarios y se les preguntó acerca de su relación con sus madres. A las madres también se les preguntó sobre su relación con sus hijos, para confirmar los datos recibidos.

Los 26 adultos que declararon que habían crecido con madres cercanas y amorosas tenían una menor expresión genética en genes que promueven la inflamación y secretaban menos proteínas asociadas con dichas inflamaciones que aquellos que declararon tener madres distantes.

Michael Kobor, coautor del estudio y profesor de genética médica en la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver, declaró lo siguiente al respecto:

Es bastante sorprendente que treinta años después se puedan ver estos tipos de señales en su expresión genética y respuesta inmunitaria, que se puedan relacionar con el estatus socioeconómico y la vida materna durante los primeros cinco años de vida. Las madres pueden tener una profunda influencia que puede ser observada a nivel molecular.

El estudio, que aparece en la edición del 18 de junio de la revista Molecular Psychiatry, viene a demostrar que el amor, el cariño, la comprensión y el contacto de una madre (y evidentemente también del padre y de otras personas que rodean a un niño) hacia su hijo ayudan a prevenir problemas psicológicos que acaban derivando en problemas físicos. Dicho de otro modo, para tener un cuerpo sano, es necesario tener una mente sana y nada mejor que una madre respetuosa, amorosa y equilibrada para que un bebé crezca con las mismas características.

Vía | Healtfinder Foto | Flickr - dharmacat
En Bebés y más | Amor que nutre: campaña publicitaria de Unicef, La felicidad y el amor como base de la educación, El cuidado y el amor maternal causa cambios genéticos favorables para el bebé

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