El temido momento de ir al baño después del parto

Después del parto, cuando por primera vez el bebé está junto a nosotras, hay un momento especialmente temido que es el de ir al baño. ¿Podré levantarme? ¿Me tendrán que sondar? ¿Me dolerá orinar o defecar?

Lo primero que hemos de señalar es que si el parto ha sido vía vaginal, el proceso será habitualmente más sencillo. Si ha habido cesárea, la recuperación es más lenta, el momento de ponerse en pie es posible más tarde y a la madre no se le quita la sonda de la vejiga hasta unas horas después.

El momento de sentarse en el WC

No obstante, aunque a algunas mujeres con parto vaginal no les cuesta nada miccionar, tras el parto puede haber retención de orina debido a la aparición de edemas en la zona de la vagina y la vulva por el parto. También puede influir una pérdida del tono de la vejiga, sobre todo si la dilatación y el expulsivo han durado mucho o si se ha administrado la anestesia epidural.

Pero es importante vaciar la vejiga, ya que si está muy llena se podría desplazar el útero y dificultar las contracciones naturales tras el parto, los entuertos que ayudan al proceso de involución uterina, es decir, la recuperación del tamaño del útero cuando ya no acoge al bebé. Esto incrementaría el riesgo de hemorragia.

El personal médico, por tanto, suele insistir bastante en el hecho de que la mujer ha de orinar. Si esto no se produce, tal vez recurran al sondaje.

Respecto a las heces, estas tardan más en llegar que la orina y puede que regreses a casa sin haber ido al baño. Es normal que haya estreñimiento en el postparto, ya que los músculos abdominales se han visto distendidos durante el trabajo de parto, quedando flácidos y transitoriamente ineficaces.

También podría ser que el propio intestino se haya visto traumatizado por el parto y haya quedado perezoso. El sedentarismo de los primeros días favorece que la madre no evacue (por ello en el caso de cesárea es más frecuente el estreñimiento).

Además, como el embarazo y el parto incrementan la presión en la región anal, esto incrementa la posibilidad de que aparezcan o se intensifiquen las hemorroides. Involuntariamente, el dolor que producen nos haga temer y retrasar el momento de ir al baño.

Si tienes puntos de la episiotomía, limpia bien la herida con agua y jabón después de ir al baño y luego sécala con cuidado dando pequeños toques de toalla, o incluso con aire fresco (del secador de pelo).

Miedo a ir al baño

Los factores psicológicos son grandes inhibidores de la actividad intestinal: el miedo al dolor, la poca intimidad en el hospital, el temor a que se abran los puntos si nos han practicado una episiotomía, la presión en la madre...

Ten paciencia, el temido momento de ir al baño tras el parto puede ir mejor si estás tranquila, y es probable que pase una semana hasta que el organismo regrese a la normalidad. Procura una dieta rica en fibra y una buena hidratación para recuperar el tránsito intestinal.

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