Enema y rasurado previo al parto, ¿son necesarios?

Hay hospitales que han dejado de hacerlo, pero muchos otros continúan con esta práctica habitual cuando la mujer va a dar a luz. Se trata del enema y el rasurado del vello púbico en la zona del perineo al momento de ingresar en el hospital, previo al parto

¿Por qué se realizan estas prácticas? ¿Son realmente necesarias? Veamos qué dicen los expertos y la evidencia científica.

Rasurado púbico o perineal

Al ingresar en el hospital para dar a luz, algunos centros contemplan en su protocolo que la enfermera realice un rasurado del vello púbico de la embarazada con una maquinilla de afeitar. Se suele realizar en la zona inferior de la vagina, alrededor de la vulva, por donde saldrá la cabeza del bebé.

Según la SEGO, "quitar el vello de esta zona permite una mejor limpieza y asepsia y facilita la sutura de la incisión" en el caso de que te realicen una episiotomía en el momento del parto.

Enema antes del parto

Junto con el rasurado, al momento de ingresar en el hospital para dar a luz e instalarse en la habitación, la enfermera coloca un enema a la embarazada para vaciar el intestino. No todas las maternidades lo tienen implantado como práctica rutinaria, pero sí sigue haciéndose en algunas.

El objetivo de esta práctica, según la SEGO es "producir la evacuación y limpieza del intestino con el objeto de que, en el momento del parto, cuando se produce una gran presión de la cabeza del feto sobre el recto, no se produzca la salida de heces, lo que supone una situación incómoda para la madre, contaminándose además el campo quirúrgico, la vulva, e incluso el bebé".

Aclara que algunas mujeres prefieren colocarse el enema en su casa y acudir al hospital con el intestino vacío.

¿Qué dicen la OMS y la EAPN?

A día de hoy, no son prácticas recomendadas por la OMS, y así lo detalla en sus 56 recomendaciones para los cuidados durante el parto, para una experiencia de parto positiva publicada en 2018.

Concretamente, en el punto 14 dice:

No se recomienda el rasurado púbico o perineal de rutina antes del parto vaginal.

Y en el punto 15:

No se recomienda realizar enemas para reducir el uso de la conducción del trabajo de parto.

También en la Estrategia de Atención al Parto Normal, revisada en 2015, se desaconseja la administración rutinaria de enema a la gestante, y solo se recomienda aplicar opcionalmente previa información, si la mujer lo desea.

También aconseja evitar la práctica rutinaria del rasurado perineal a las mujeres de parto. Y aclara que, opcionalmente, si se considerara necesario en caso de sutura, se podrá rasurar parcialmente la zona.

¿Qué dicen los estudios sobre el enema y el rasurado? ¿Son realmente necesarios?

La evidencia habla en contra del uso rutinario de enemas durante el trabajo de parto. Una revisión de estudios publicada en la edición digital de The Cochrane Library en 2013 concluye que el enema no es necesario, que no reduce las tasas de infecciones por lesiones en la madre o en el bebé, ni mejora la experiencia del parto para la mujer.

Este último comprobó que no hubo diferencias significativas entre las tasas de infecciones por lesiones en el perineo y de infecciones en los bebés de las mujeres a las que se les realizaron enemas y a las que no, ni que el uso de enemas haya modificado la tasa de infecciones respiratorias pediátricas.

En cuanto al rasurado, la evidencia disponible es insuficiente para recomendar la realización de rasurado perineal a la parturienta para la prevención de infecciones perineales. Y su práctica se considera injustificada debido a las molestias que ocasiona, como el picor al crecer de nuevo el vello, que se sumará a las molestias típicas del postparto.

Además, diversos estudios advierten que el rasurado aumenta el riesgo de infecciones del perineo, pues al destruir los mecanismos locales de defensa y las posibles lesiones que se pueden provocar, abren la puerta a los gérmenes que causan la infección.

Como conclusión, ni el enema ni el rasurado previo al parto son prácticas justificadas en base a la evidencia científica. Sin embargo, se puede administrar el enema a la madre antes del parto si, tras informarle, ella así lo prefiere por comodidad o tiene muchas heces retenidas que impiden el descenso de la cabeza del bebé.

Sobre el rasurado, si la mujer así lo elige, puede rasurarse antes en casa, o como opción se puede realizar al momento de suturar la episiotomía si fuera necesario, y la madre lo consiente.

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