Cuando el bebé rechaza el pecho (VI)

Hemos visto los motivos que un bebé puede rechazar el pecho y algunos consejos para ayudarle a recuperar la lactancia. Sin embargo, por mucho que deseemos amamantar en exclusiva, lo primero siempre debe ser alimentar al bebé. Conseguir que, pese a los problemas, siga recibiendo la cantidad de comida que necesita es importantísimo y además, asegurar eso permite que los padres estén lo suficientemente tranquilos para afrontar las soluciones de relactación tranquilos.

La suplementación debería hacerse, de manera prioritaria, con leche de su madre, extraída, con un sacaleches o manualmente. Si hubiera necesidad de usar lactancia artificial esta deberá ser recomendada por el médico.

El recién nacido

Cuando un pequeño recién nacido no mama correctamente y debemos complementar la lactancia materna, es importante usar un método que evite la confusión de pezón, es decir, otras maneras de dar la leche materna o artificial que no interfieran en la succión.

El más habitual, para los recién nacidos, es una jeringa. Aunque la cantidad de leche que cabe en una jeringa es muy pequeña lo es también la cantidad del calostro que naturalmente producen las mujeres. Por supuesto, al ir dándosela, debemos hacerlo muy muy despacito, para que no exista riesgo de atragantamiento. La leche de la jeringa se deja correr por el dedo en la boca del bebé.

Un bebé prematuro o que ha sufrido en el parto puede tener poca fuerza para engancharse al pecho durante unos días. Si usamos este método de jeringa-dedo suplementamos de manera controlada, mejorando a la vez su instinto de succión y nuestras propias habilidades en lactancia.

El método jeringa-pezón

Usar el método jeringa-dedo consiste en meter el dedo en la boca del bebé, de manera que lo acostumbramos a abrir la boca para recibir el alimento, lo que es preciso mantener para poder remontar la lactancia. El dedo, normalmente el corazón, se apoya en el paladar del bebé y entonces, cuando este estímulo hace que el bebé empiece a succionar, empujamos el émbolo de la jeringa lentamente, para que vaya fluyendo la leche y resbalando por nuestro dedo hasta la boca del bebé. Así conseguimos que el recién nacido siga relacionando succión con alimentación y además, nosotros, sabemos cuando está succionando para solamente hacer fluir la leche cuando lo hace.

Podemos usar una jeringa normal, de las de 10 o 20 centímetros cúbicos, rellenando si hace falta más, o incluso unas que venden de hasta 60 centímetros cúbicos.

Hay que controlar que los labios del bebé estén abiertos, hacia afuera los dos, que no haga ruidos de vacio y solo proporcionar leche cuando el bebé succiona.

Este método está especialmente indicado en los bebés prematuros o en los que se constata un síndrome de confusión tetina-pezón, por haberse usado biberón o pezoneras. También se indica en bebés con disfunciones orales, como el frenillo.

Por supuesto a la jeringa no se le pone la aguja y hay que extremar la higiene tanto de la jeringa como del dedo.

Para hacerlo correctamente hay que meter el dedo no sobrepasando el primer tercio de la lengua y solamente dejar fluir la leche cuando el niño ponga su lengua bajo nuestro dedo y empiece a succionar. Es necesario tener ayuda para sostenernos al bebé, ya que vamos a necesitar usar las dos manos, o dejarlo apoyado con seguridad en un cojín, la cama sobre una almohada o una hamaquita, para que esté tumbado pero un poco inclinado.

También podemos usar un cuentagotas si la cantidad de leche necesaria es muy pequeña, o un aparato muy útil, el Finger Feeder, que al tener una cánula más larga y flexible nos hará más facil controlar la cantidad de leche.

Otros dispositivos de suplementación

Cada caso precisa un diferente dispositivo de suplementación, dependiendo del problema del bebé con la lactancia y de las circunstancias de la familia. El elegir el más adecuado ayuda tanto a que la lactancia se pueda recuperar antes como a que los padres se sientan más seguros de estar haciendo lo correcto.

Es conveniente pedir consejo a un asesor o a una monitora de un grupo de apoyo, que suelen tener toda la información necesaria sobre los pros y contras de cada método posible. La elección, en último caso, con todos los datos, será de los padres, pues para cada mujer puede resultar más indicado un dispositivo por razones complejas, llegando, en algunos casos, a ser la manera más adecuada, descartados los otros, el biberón, que veremos como debería darse.

En los temas siguientes veremos un ejemplo de relactación de un recién nacido y otros métodos de suplementación que podemos usar si el bebé rechaza el pecho.

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