Cómo hacer tu propio banco de leche materna en casa

Según el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría, tras seis meses después del nacimiento del bebé, solo el 28,5% de las madres españolas mantiene la lactancia exclusiva. El motivo principal del abandono de la lactancia es la dificultad de conciliación laboral y familiar cuando las madres tienen que reincorporarse al trabajo.

Con el objetivo de que la madre conozca cómo extraer su propia leche, almacenarla y poder prolongar la lactancia tanto tiempo como se desee, Medela nos explica cuál es la mejor manera de almacenar la leche materna para crear un banco de leche en casa.

Por qué tener un banco de leche materna en casa

Un banco de leche casero permite mantener la leche en el congelador hasta seis meses, periodo durante el que se mantienen todas sus propiedades. De este modo, la madre puede proporcionar al bebé el mejor alimento posible durante más tiempo.

Entre las propiedades de la leche materna están su aporte de proteínas, nutrientes, hormonas y bacterias beneficiosas, que no solo proporcionan múltiples beneficios en los primeros meses de vida del bebé, sino que también establecen los pilares de la salud de una persona a lo largo de su vida.

Antes de comenzar: medidas de higiene

La extracción de la leche ha de llevarse a cabo en un entorno higiénico. La madre debe lavarse las manos con agua y jabón, o desinfectarlas con un gel antiséptico con alcohol, y si se usa un extractor o sacaleches, es aconsejable lavar o esterilizar concienzudamente todas las piezas del extractor y secarlas adecuadamente antes y después de cada uso.

Aunque no es necesario lavar los pechos antes de la extracción, sí es aconsejable pasar un paño suave humedecido por encima para facilitar la adherencia en la succión. Además, antes de almacenar la leche, debemos verificar que el entorno en el que se va a guardar, tanto el congelador como los recipientes, se mantengan limpios.

La leche materna aguanta hasta dos horas a temperatura ambiente o 24 horas en el frigorífico. 

Cómo guardar y congelar la leche

La leche materna recién extraída aguanta cuatro horas a temperatura ambiente (entre 16 y 25º C). Si no se va a consumir en ese tiempo, lo mejor es guardarla en la nevera o en el congelador lo antes posible, y en ambos casos, es aconsejable anotar la fecha de extracción y utilizar primero la más antigua.

Si se congela, es recomendable llenar los recipientes solamente hasta tres cuartos de su capacidad para evitar que al congelarse y expandirse el líquido se rompan. Además, si la leche se almacena en bolsas, estas han de ser de materiales diseñados para la congelación y de grado alimentario.

Para facilitar la descongelación y desperdiciar la mínima cantidad de leche posible, es más eficiente guardarla en cantidades pequeñas, por debajo de los 60 mililitros en cada recipiente o bolsa.

Cabe señalar que, un bebé puede consumir entre 54 y 234 mililitros en cada toma, por lo que a medida que la madre se haya familiarizado con el volumen de ingesta, se pueden hacer raciones más pequeñas que combinen el total que suele consumir el bebé en cada toma. Si hiciera falta, esas pequeñas raciones se pueden combinar después de haberlas descongelado.

Descongelación de la leche

El proceso de descongelar leche materna es muy similar al de descongelar otros alimentos: no se debe hacer a temperatura ambiente, ni en el microondas, ni con un cazo o al baño maría, ya que esto dañaría sus propiedades.

En su lugar, es recomendable hacerlo en el frigorífico, donde normalmente tarda unas 12 horas en descongelarse completamente, o bien poniendo el recipiente bajo agua corriente a un máximo de 37 ºC. Una vez descongelada, la leche materna aguanta hasta dos horas a temperatura ambiente o 24 horas en el frigorífico, y por motivos de higiene, nunca se debe volver a congelar leche ya descongelada ni leche sobrante de una toma, ya que se pueden haber acumulado bacterias.

Es posible que, una vez descongelada, la leche tenga un olor diferente. Siempre y cuando se hayan seguido todas las recomendaciones de higiene, no debería suponer ningún problema: el cambio del olor se debe a la acción de una enzima llamada lipasa, que descompone las grasas y libera los ácidos grasos, un proceso que ayuda a evitar la proliferación de bacterias nocivas.

Nunca se debe volver a congelar leche ya descongelada ni leche sobrante de una toma.

Cómo calentar la leche materna

Los bebés pueden tomar la leche a temperatura ambiente o calentada a temperatura corporal (unos 37 ºC), pero no más caliente ya que es más probable que el bebé se tome la leche si tiene una temperatura similar a la corporal.

Para calentar la leche se puede usar un calientabiberones o sumergir el recipiente en agua tibia, sin superar los 37 ºC. Igual que en el paso de la descongelación, no se debe calentar ni en microondas ni en cazuela.

Por norma general, no es recomendable mezclar líquidos de distintas temperaturas para consumir. Si se desea añadir leche extraída a leche ya congelada, esta debe haber sido enfriada previamente. Por el mismo motivo, tampoco se debe añadir leche a temperatura corporal a leche ya congelada.



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