Usar el móvil como chupete es contraproducente: el niño no aprende a gestionar sus emociones

Cada vez es más frecuente que los padres den a los niños sus teléfonos móviles en determinados momentos, como mientras comen en un restaurante para que estén tranquilos, para que dejen de llorar en el súper o para calmarlos si tienen una rabieta, por poner un par de ejemplos.

Las pantallas se han convertido en el chupete de los niños del siglo XXI, un chupete electrónico que es una alternativa rápida pero con consecuencias negativas si se vuelve un hábito. Según una nueva investigación: impide que los niños aprendan a gestionar sus emociones.

Un estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics fue llevado a cabo con 422 familias con niños de 3 a 5 años a las que hicieron un seguimiento durante un año y medio, de agosto 2018 a enero 2020, antes de la pandemia.

Según sus conclusiones, usar dispositivos electrónicos como móviles y tablets para calmar a los niños es tan solo una solución temporal, pero a la larga se asocia con una mayor desregulación emocional y por esto, resulta contraproducente.

"Parece una herramienta temporal e inofensiva para reducir el estrés en el hogar, pero puede tener consecuencias a largo plazo si se trata de una estrategia tranquilizadora habitual", señala en un comunicado la autora principal del artículo, Jenny Radesky, pediatra conductual del desarrollo en el Hospital Infantil CS Mott de la Universidad de Michigan Health.

Los riesgos del móvil como chupete

En la etapa preescolar los niños aprenden muchas cosas nuevas de su entorno, y empiezan a integrar nuevas habilidades emocionales, a comprender cómo se sienten y por qué. “Usar un distractor como un dispositivo móvil no enseña una habilidad, solo distrae al niño de cómo se siente. Los pequeños que no desarrollan estas capacidades en la primera infancia cuentan con más probabilidades de tener dificultades cuando están estresados en la escuela o con sus compañeros a medida que crecen”, dice Radesky, aunque apunta que el uso ocasional de la tecnología con el fin de calmar a los pequeños es una utilidad "realista".

"Particularmente en la primera infancia, los dispositivos pueden desplazar las oportunidades para el desarrollo de métodos independientes y alternativos para la autorregulación".

Los investigadores analizaron las respuestas de los padres y cuidadores sobre la frecuencia con la que usaban los dispositivos como una herramienta calmante y las asociaciones con los síntomas de reactividad emocional o desregulación durante un período de seis meses.

Los signos de una mayor desregulación podrían incluir cambios rápidos entre la tristeza y la emoción, un cambio repentino en el estado de ánimo o los sentimientos y una mayor impulsividad.

Los hallazgos sugieren que la asociación entre el uso del dispositivo para calmar a los niños y las consecuencias emocionales fue particularmente alta entre los niños pequeños y los niños que pueden experimentar hiperactividad, impulsividad y un temperamento fuerte que los hace más propensos a reaccionar intensamente a sentimientos como la ira, la frustración y la tristeza.

"Nuestros hallazgos sugieren que el uso de dispositivos como una forma de apaciguar a los niños puede ser especialmente problemático para aquellos que ya luchan con las habilidades de afrontamiento emocional", dijo Radesky.

Señala además que en la etapa preescolar es más probable que los niños muestren comportamientos difíciles, como rabietas, actitudes desafiantes y emociones intensas. Esto puede hacer que sea aún más tentador usar dispositivos como estrategia de crianza.

"Los cuidadores pueden experimentar un alivio inmediato con el uso de dispositivos si reducen rápida y eficazmente los comportamientos negativos y desafiantes de los niños".

Un círculo vicioso. La autora del estudio alerta que los padres pueden caer en el mal hábito de controlar los comportamientos difíciles de los hijos con el uso de pantallas como calmarlos, creando un círculo vicioso: cuanto más a menudo se usan los dispositivos, menos practican los niños, y sus padres, para usar otras estrategias.

Cómo entretenerles sin pantallas

Es un recurso fácil. Lo reconocemos. Pero hay otras maneras de entretener a los niños cuando salimos de casa sin necesidad de usar las pantallas. Por ejemplo, podemos llevarles algo para pintar, plastilina, puzzles deslizantes o una pizarra magnética.

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