Cuatro fábulas con moraleja para niños sobre la amistad

A través de estas historias cortas, podemos enseñar a los niños importantes valores como la amistad y el apoyo mutuo

Las fábulas, que proceden del latín fabula, derivado del verbo fabulare, que significa "hablar", son un valioso recurso literario en el que nos podemos apoyar a la hora de enseñar a los niños sobre valores, pues estos son explicados de una manera sencilla, a través de historias usualmente protagonizadas con animales.

Esopo es considerado el primer fabulista de la historia, pero de su obra y trabajo se han originado nuevas historias y reinterpretaciones por otros fabulistas reconocidos como Jean de La Fontaine, Félix María Samaniego o Gotthold Ephraim Lessing, por lo que es común que varias fábulas se atribuyan a uno o varios de ellos.

Como ya lo sabemos, las fábulas tienen un objetivo didáctico, en el que cada historia tiene una moraleja en la que se destaca lo que la fábula intenta enseñar a quienes la lean.

En esta ocasión, compartimos cuatro fábulas para niños con moraleja sobre la amistad.

Índice de Contenidos (8)

El león y el ratón

Imagen | Bebés y Más con DALL·E 3

Después de un largo día de caza, un león se echó a descansar debajo de un árbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se atrevieron a salir de su madriguera y se pusieron a jugar a su alrededor. De pronto, el más travieso tuvo la ocurrencia de esconderse entre la melena del león, con tan mala suerte que lo despertó. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida, el león atrapó al ratón entre sus garras y dijo dando un rugido:

 —¿Cómo te atreves a perturbar mi sueño, insignificante ratón? ¡Voy a comerte para que aprendáis la lección!

El ratón, que estaba tan asustado que no podía moverse, le dijo temblando:

—Por favor, no me mates, león. Yo no quería molestarte. Si me dejas, te estaré eternamente agradecido. Déjame marchar, porque puede que algún día me necesites.

—¡Ja, ja, ja! —se rió el león mirándole—. Un ser tan diminuto como tú, ¿de qué forma va a ayudarme? ¡No me hagas reír!

Pero el ratón insistió una y otra vez, hasta que el león, conmovido por su tamaño y su valentía, le dejó marchar.

Unos días después, mientras el ratón paseaba por el bosque, oyó unos terribles rugidos que hacían temblar las hojas de los árboles. Rápidamente corrió hacia el lugar de donde provenía el sonido y se encontró allí al león, que había quedado atrapado en una robusta red. El ratón, decidido a pagar su deuda, le dijo:

—No te preocupes, yo te salvaré. Y el león, sin pensarlo le contestó:

—Pero ¿cómo, si eres tan pequeño para tanto esfuerzo?

El ratón empezó entonces a roer la cuerda de la red donde estaba atrapado el león, y el león pudo salvarse. El ratón le dijo:

—Días atrás, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.

El león no tuvo palabras para agradecer al pequeño ratón. Desde este día, los dos fueron amigos para siempre.

Moraleja

En esta fábula de Esopo aprendemos tres importantes lecciones: que los actos de bondad hacia los demás siempre obtienen su recompensa, que no debemos menospreciar o rechazar la amistad de las personas por su aspecto y que los buenos amigos, sean grandes o pequeños, son valiosos.

Los dos amigos y el oso

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A dos amigos se aparece un oso: el uno, muy medroso, en las ramas de un árbol se asegura; el otro, abandonado a la ventura, se finge muerto repentinamente.

El oso se le acerca lentamente: más como este animal, según se cuenta, de cadáveres nunca se alimenta, sin ofenderlo lo registra y toca, huélele las narices y la boca; no le siente el aliento, ni el menor movimiento; y así, se fue diciendo sin recelo:

—Este tan muerto está como mi abuelo.

Entonces el cobarde, de su grande amistad haciendo alarde, del árbol se desprende muy ligero. Corre, llega y abraza al compañero; pondera la fortuna de haberlo hallado sin lesión alguna, y al fin le dice:

—Sepas que he notado que el Oso te decía algún recado. ¿Qué pudo ser? 

—Direte lo que ha sido, estas dos palabritas al oído: Aparta tu amistad de la persona que si te ve en el riesgo, te abandona.

Moraleja

"En la mucha necesidad, se conoce al amigo de verdad", dice el conocido refrán, y esta fábula ilustra perfectamente esto, ya que ha sido en un momento difícil donde uno de los dos amigos se ha dado cuenta de que la amistad que tenía no era verdadera al verse abandonado por el otro cuando le necesitaba.

El asno y la zorra encuentran al león

Imagen | Bebés y Más con DALL·E 3

El asno y la zorra, habiéndose unido para su mutua protección, salieron un día de caza. No anduvieron mucho cuando encontraron un león.

La zorra, segura del inmediato peligro, se acercó al león y le prometió ayudarlo a capturar al asno si le daba su palabra de no dañarla a ella.

Entonces, afirmándole al asno que no sería maltratado, lo llevó a un profundo foso y le dijo que se guareciera allí. El león, viendo que ya el asno estaba asegurado, inmediatamente agarró a la zorra, y luego atacó al asno a su antojo.

Moraleja

Esta fábula corta nos deja una importante moraleja sobre la fidelidad hacia los amigos, enseñándonos que las traiciones, además de ser algo que no hacen los amigos de verdad, siempre tienen alguna consecuencia.

Los dos amigos

Imagen | Bebés y Más con DALL·E 3

Esta historia se refiere a dos amigos verdaderos. Todo lo que era de uno era también del otro; se apreciaban, se respetaban y vivían en perfecta armonía. Una noche, uno de los amigos despertó sobresaltado. Saltó de la cama, se vistió apresuradamente y se dirigió a la casa del otro. Al llegar, golpeó ruidosamente y todos se despertaron. Los criados le abrieron la puerta, asustados, y él entró en la residencia. El dueño de la casa, que lo esperaba con una bolsa de dinero en una mano y su espada en la otra, le dijo:

—Amigo mío, sé que no eres hombre de salir corriendo en plena noche sin ningún motivo. Si viniste a mi casa es porque algo grave te sucede. Si perdiste dinero en el juego, aquí tienes, tómalo… y si tuviste un altercado y necesitas ayuda para enfrentar a los que te persiguen, juntos pelearemos. Ya sabes que puedes contar conmigo para todo.

El visitante respondió:

—Mucho agradezco tus generosos ofrecimientos, pero no estoy aquí por ninguno de esos motivos. Estaba durmiendo tranquilamente cuando soñé que estabas intranquilo y triste, que la angustia te dominaba y que me necesitabas a tu lado. La pesadilla me preocupó y por eso vine a tu casa a estas horas. No podía estar seguro de que te encontrabas bien y tuve que comprobarlo por mí mismo.

Así actúa un verdadero amigo. No espera que su compañero acuda a él, sino que, cuando supone que algo le sucede, corre a ofrecerle su ayuda.

Moraleja

La fábula de La Fontaine sobre los dos amigos es un relato sencillo pero muy claro sobre cómo es una amistad verdadera, recordándonos que debemos ser atentos y generosos con los amigos, pues la auténtica felicidad está en el cariño desinteresado que brindamos a los demás.

Foto de portada | Marta Wave en Pexels

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