Melatonina para mejorar el sueño en niños: se vende sin receta, pero no hay que darla sin prescripción médica

Los problemas de sueño son una preocupación frecuente de los padres. Se calcula que hasta el 30 por ciento de los niños presentan, en algún momento, un trastorno del sueño y este porcentaje se eleva al 80 por ciento si hablamos de niños con alteraciones del neurodesarrollo.

Desde hace años se comercializa en nuestro país la melatonina como suplemento nutricional, sin existir regulación para su compra. Cada vez se emplea más pero hay pocos estudios que analicen su seguridad en niños y su compra (y uso) debería estar más regulada. Recientemente se publicó un Consenso sobre el uso de la melatonina en niños y adolescentes, publicado por los principales expertos en sueño de nuestro país.

¿Qué es la melatonina?

La melatonina es una hormona que produce la glándula pineal (localizada en el cerebro) durante la fase oscura del día. Su secreción está regulada por un reloj interno y se inhibe con la luz, especialmente la de espectro blanca o azulada. Su concentración en sangre es elevada durante la fase de oscuridad (noche) y baja durante el día (luz).

Desde hace años se comercializa la melatonina (la llamamos exógena) en diferentes presentaciones. Se vende como suplemento nutricional (sin receta) y no existe regulación sobre su uso. Es uno de los fármacos más usados en los trastornos del sueño.

Somos capaces de producir melatonina desde antes de nacer

Los bebés sintetizan la melatonina desde antes del nacimiento. Ya en la semana 26 de embarazo, la glándula pineal del feto comienza a producirla. Sin embargo, el ritmo circadiano (ritmo biológico que dura aproximadamente 24 horas, que se divide entre la vigilia y el sueño) no existe al nacimiento.

Durante los primeros meses los bebés alternan varios periodos de sueño y vigilia a lo largo del día, sin tener en cuenta las horas de oscuridad. Hablamos de un ritmo ultradiano. A partir de las 9-12 semanas de vida comienza a aparecer el ritmo circadiano y está completamente establecido entre el quinto y sexto mes de edad.

La mayor parte de horas de sueño tienen lugar durante el periodo de oscuridad (noche), en los que la cantidad de melatonina en sangre es mucho más elevada (aunque todavía es normal que presenten despertares nocturnos).

¿Qué funciones tiene la melatonina?

La función principal de la melatonina es facilitar el inicio del sueño y regular el ritmo vigilia-sueño, ya que transmite información a nuestro cuerpo sobre el ciclo diario de luz y oscuridad.

Pero además tiene efectos sobre el sistema inmune, tiene actividad antioxidante, funciones sobre el ojo, un papel regulador de la tensión arterial y como protección ósea entre otros.

¿Es útil administrar melatonina exógena a los niños?

La melatonina tiene actividad comprobada como reguladora del ritmo circadiano en niños a partir de los 6 meses de edad. Por debajo de esta edad no está recomendada su utilización.

Las dosis actualmente recomendadas producen en una hora concentraciones en sangre que son de 10 a 100 veces mayores que las del pico máximo nocturno. Es eficaz favoreciendo el inicio del sueño y disminuyendo su latencia (que es el tiempo que tardamos en dormimos). Pero no funciona en todos los casos.

Puede ser útil en aquellos niños que tienen dificultad para quedarse dormimos, lo que llamamos insomnio de conciliación. Y también podría resultar de utilidad en aquellos niños con síndrome de retraso de fase (el inicio o la finalización del sueño están retrasados en más de 2 horas respecto a los horarios aceptados socialmente).

Si el problema es que nuestro hijo/a tiene múltiples despertares a lo largo de la noche, puede no funcionar, aunque algunos estudios sí muestran una disminución de los despertares, especialmente en niños con trastornos del neurodesarrollo.

¿Es seguro administrar melatonina exógena a los niños?

La administración de melatonina en adultos no parece tener efectos adversos secundarios; se ha descrito somnolencia en el caso de sobredosis. Hay estudios de seguimiento en adultos a 10 años que no han mostrado efectos secundarios.

En niños, sin embargo, el número de estudios es mucho más limitado. La melatonina parece segura en tratamientos cortos en lactantes (4 semanas). A largo plazo, sin embargo, hay poca información.

En niños mayores sí podrían hacerse tratamientos más largos. Hay estudios en niños mayores de 3 años en los que no se han visto efectos adversos en el seguimiento hasta 3 años después del tratamiento.

¿En qué casos está recomendado hacer un tratamiento con melatonina?

Aunque esté comercializada como complemento nutricional y podamos por ello comprarla en la farmacia sin receta, sólo debemos dársela a nuestros hijos bajo supervisión médica. El pediatra o neuropediatra será quien valore la necesidad de administrarla así como quien regule su dosis.

Además, el uso de melatonina por sí sola no es suficiente para solucionar los trastornos del sueño: siempre debe estar acompañado de medidas de higiene de sueño, ambientales y de alimentación.

Aunque podamos comprar la melatonina sin receta, sólo debemos administrarse bajo prescripción médica. El pediatra irá ajustando la dosis y duración del tratamiento.

¿Qué medidas no farmacológicas pueden mejorar el sueño?

Muchos de los trastornos del sueño en los niños se deben a alteraciones conductuales; es decir, su cuerpo no tiene problemas para dormir, es sólo que no le hemos dado las pautas correctas. Así, las medidas de higiene de sueño, ambientales y de alimentación son fundamentales para tener un sueño adecuado. En muchos casos, esto será suficiente para corregir los trastornos del sueño; en otros, necesitaremos además (y no en vez de), el uso de fármacos.

  • Dentro de las medidas de higiene de sueño son fundamentales las rutinas antes de acostarse, así como tener unos horarios más o menos fijos a la hora de irse a dormir y de levantarse. Además conviene evitar siestas tardías (más allá de las 17h) o prolongadas y debemos procurar que el cuarto de niño sea un espacio agradable para dormir, sin convertir el sueño en un castigo.
  • En cuanto a las medidas ambientales, es muy importante evitar las pantallas una o dos horas antes del sueño (recordemos que la luz es un potente inhibidor de la melatonina). Debemos favorecer el ejercicio físico pero evitar que sea justo antes de irse a la cama. La temperatura ideal para dormir estaría entre los 19 y 22ºC. Em ambiente debe ser silencioso en el momento del sueño y debemos procurar que un rato antes ya vaya bajando la intensidad de las actividades.
  • Por último, la alimentación influye también mucho en el sueño. Se recomienda separar la última toma (o la cena) al menos media hora del inicio del sueño y evitar bebidas estimulantes; por el contrario, los alimentos ricos en triptófano como la leche y los hidratos de carbono pueden favorecer el inicio del sueño, con moderación.

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