La celiaquía podría ser la consecuencia de una infección vírica asintomática

Las implicaciones que nuestros intestinos tienen en nuestra salud son tan diversas que son muchas las investigaciones que se están haciendo a este respecto, tanto a nivel de flora intestinal y su relación con el sistema inmunitario, como con su relación con la tolerancia o intolerancia a algún alimento.

Una de las intolerancias más conocidas es la del gluten, no sólo porque la padece un 1% de la población, sino por lo que comporta tanto a nivel de salud como a nivel social y económico. Pues bien, es posible que la ciencia haya dado un gran paso en la comprensión de esta enfermedad, y es que han descubierto que la celiaquía podría ser la consecuencia de una infección vírica asintomática.

Aún no se sabe a qué se debe

Una de las muestras de la falta de evidencia clara con respecto al gluten es la variación en cuanto a recomendaciones sobre el mejor momento para introducirlo en la dieta de los bebés. Recuerdo que hace unos años se decía que el bebé tenía que tener al menos 8 o 9 meses, y si había antecedentes en la familia se retrasara hasta el año o más.

Luego se dijo que mejor entre los 4 y los 7 meses, empezando con poca cantidad y si podía ser mientras el bebé fuera amamantado. Y ahora que saben que empezar con poca cantidad o la lactancia no supone ningún beneficio, la recomendación es la de empezar a los seis meses como con el resto de alimentos, con la única advertencia de no dar mucha cantidad de golpe al principio.

Así, hasta que quizás en unos años se redacten nuevas normas en base a nueva evidencia, según se descubran más cosas relacionadas con la enfermedad celíaca.

Podría ser la consecuencia de un virus

Y esta es la novedad que os contamos hoy. Según leemos en ABC, investigadores de la Universidad de Chicago han encontrado una posible causa de la enfermedad celíaca en un virus conocido como "reovirus". ¿La causa de todos los casos? Imposible saberlo; pero sí con toda probabilidad, la causa de algunos de ellos.

La investigación, que se ha publicado en la revista Science, muestra el comportamiento de dos tipos de reovirus en ratones infectados, observándose cambios en la capacidad del intestino de tolerar el gluten.

Al parecer, se trata de un tipo de virus que cursa sin síntomas. Nuestro sistema inmunitario es capaz de controlar su acción y no sufrimos ninguna molestia aparente. De hecho, por sí solo no nos supone ningún cambio. El problema aparece cuando la infección sucede en presencia de gluten en la dieta. Según sea el estado de salud de la persona, su predisposición a padecer enfermedad celíaca (existe la predisposición genética) y cómo se comporte el virus una vez infecta, puede producirse una intolerancia al gluten.

Demostrado con ratones

Para llegar a estas conclusiones, los autores administraron a ratones sanos dos cepas diferentes de reovirus: la T1L, que afecta sobre todo al intestino delgado, y la T3D, que suele infectar otros órganos no relacionados con el sistema digestivo.

Vieron que la infección con las dos cepas del virus provocaba la respuesta del cuerpo evitando la diseminación del virus y los síntomas asociados (los ratones no sufrieron enfermedad alguna). Sin embargo, los ratones infectados con TL1 sufrieron una respuesta inflamatoria importante al consumir alimentos con gluten. Esta respuesta produjo una sobreexpresión del gen IRF1, que provoca la pérdida de tolerancia al gluten.

Al estudiar a personas con intolerancia al gluten se observó que tenían unos niveles de anticuerpos frente a reovirus mucho más altos que las personas que no padecen la intolerancia. Esto quiere decir que probablemente sufrieron, sin saberlo, una infección por dicho virus que podría ser la causa de la celiaquía.

Una posible vacuna frente a los reovirus

Este descubrimiento abre una nueva vía de investigación para conocer de manera más concreta cuál es la posible relación entre la infección por reovirus y celiaquía (cuantos bebés o niños infectados pueden acabar siendo celíacos), y al revés, cuantas personas con celiaquía lo son por culpa de dicho virus, y no por otra posible causa.

Si al final se confirmara, por ejemplo, que la mayoría de personas con celiaquía la sufren a causa de este tipo de virus, el desarrollo de una vacuna podría suponer una auténtica revolución en el control de la enfermedad, pues evitando la infección se evitaría la celiaquía posterior.

Pero esto ya es jugar con hipótesis que desconocemos, y considerar que la vacuna fuera efectiva y no más peligrosa que la probabilidad de tener celiaquía en algún momento de la vida.

Fotos | iStock
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