Hace años no se permitía a los niños llevar agua al aula: ahora sabemos que la hidratación impacta notablemente en su atención

Esto es lo que dice la ciencia sobre el consumo de agua y su relación con el desempeño cognitivo

Mantenernos hidratados es clave para nuestra supervivencia y para el adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo: una buena hidratación garantiza que todos nuestros órganos y articulaciones estén marchando correctamente y nos ayuda a prevenir problemas de salud.

Pero además de todos estos beneficios, algunos estudios realizados en los últimos años han encontrado que estar hidratado también tiene un impacto positivo a nivel cognitivo.

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El consumo de agua dentro del aula

Años atrás solía prohibirse que niños y adolescentes llevaran agua al aula por diversos motivos, como evitar accidentes o derrames en el caso de los más pequeños, y en general para reducir las distracciones dentro del salón de clases.

Sin embargo, son diversas las investigaciones que han demostrado que, más que prohibir el consumo de agua a la hora de estudiar o asistir a clases, deberíamos facilitarles que la beban, puede beneficiar a los estudiantes. Esto es lo que dice la ciencia sobre el consumo de agua y su relación con el desempeño cognitivo.

Beber agua mejora el rendimiento cognitivo

Un estudio realizado en Alemania, y en el que participaron estudiantes de quinto y sexto grado de primaria, encontró que consumir agua mejora el rendimiento cognitivo de los niños, especialmente en la memoria a corto plazo, mientras que otro estudio realizado con niños de 8 años encontró resultados similares, destacando que la memoria de los niños mejoró significativamente en las pruebas en las que habían consumido agua.

Otra investigación con niños de entre 9 y 11 años concluyó que la flexibilidad cognitiva de los niños se beneficiaba de una mayor hidratación y consumo de agua habituales, haciendo que tuvieran tiempos de reacción más rápidos en una prueba de cambio de tareas.

En cuanto a la concentración y la atención, un estudio realizado en niños de 7 a 9 años encontró que beber agua mejora la atención visual, mejorándola hasta en un 31% con tan solo beber 25 ml.

Por todos estos beneficios, y porque también está comprobado que no estar hidratados puede reducir la concentración y la atención e incluso afectar su estado de ánimo, es importante permitir que los niños puedan beber agua durante el día, incluyendo los momentos de estudio o durante clases.

¿Cuánta agua deben beber los niños?

Foto | Liliana Drew en Pexels

Según las recomendaciones de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), bebés, niños y adolescentes deben beber estas cantidades de agua según su edad (cantidades orientativas):

  • Los bebés no deben tomar agua durante los primeros seis meses de vida, pues obtienen agua a través de la leche materna a demanda o de los biberones de leche de fórmula. De este modo, mediante su alimentación cubren los requerimientos de 700 ml de agua al día, aproximadamente.
  • De seis meses a un año, deberían tomar entre 800 ml y 1000 ml cada día, y una buena parte de esas cantidades se sigue aportando a través de la lactancia.
  • Los niños de uno a tres años deberían beber entre 1100 ml y 1300 ml cada día. Esto equivaldría aproximadamente a tres a cinco vasos de agua, pero el agua también se obtiene de otras fuentes de alimentación como la leche/lactancia, las frutas, las verduras, las sopas...
  • A partir de los cuatro años, los requerimientos van subiendo hasta llegar a los dos litros al día, aproximadamente, que deberían tomar los niños de 13 años. En la adolescencia el consumo de agua vuelve a incrementarse, debiendo estar entre los dos litros y los dos litros y medio.

Foto de portada | Freepik

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