No hay nada como el olor a bebé, ¿por qué huelen tan bien?

Adoramos tenerles en brazos, mirarlos, mimarlos y darle besos, pero si hay algo que nos vuelve realmente locos de los bebés, y a lo que nos volveríamos adictos es su olor. ¿Por qué huelen tan bien los bebés? ¿Por qué nos atrae tanto su olor?

Diversos estudios han ahondado en los motivos detrás de este embriagante olor, a qué se debe y los efectos que tiene sobre la madre con conclusiones súper interesantes.

Cómo es el olor a bebé

¿Recuerdas el olor de tu bebé? Ni polvos, ni colonias, ni lociones... no hay nada como el olor natural de la piel del bebé, es imposible de describir.

Hay madres que lo comparan con el aroma a vainilla, a galleta, a pan recién hecho... e incluso con el de la leche materna, y que por eso evoca calor y refugio. ¡Qué pena que no se pueda guardar en un frasco!

Pero detrás de ese olor que nos provoca una sensación de embriaguez hay diversas teorías científicas que intentan explicar su origen y función. El olor de los bebés, en realidad, podría haber ayudado a dar forma a nuestra historia evolutiva.

¿Por qué huelen tan bien?

De acuerdo con SciShow, hay una razón natural por la que los bebés huelen tan bien. Ese olor tan particular que persiste durante unas seis semanas después del nacimiento del bebé puede ser debido a sobrantes de líquido amniótico, así como vérnix caseosa, que es la sustancia blanca que recubre la piel del bebé al nacer.

Hay que recordar que además, como sus glándulas sudoríparas apocrinas no están activas, no presentan olores desagradables a transpiración. A ello se suma que apenas sudan, pues los mecanismos que regulan la transpiración no están establecidos totalmente.

Un estudio del año 2013 publicado en la revista médica Frontiers este olor afecta a ciertas regiones del cerebro de todas las mujeres, especialmente de las que han sido madre recientemente. Para ello se midieron las reacciones que sufrían sus cerebros al estar en contacto con pijamas de recién nacidos.

Pudieron demostrar que al sentir el olor de un bebé se ponen en marcha los mismos mecanismos que se activan cuando un adicto consume droga o cuando una persona muy hambrienta come.

Cumple la función de establecer una relación química con su madre, como una especie de llamador que genera en el cerebro de la madre una necesidad biológica de brindar protección y alimento a su cría.

Hasta ahora, las investigaciones se centraron en las madres, por lo que no está claro si los papás reaccionan de la misma manera, pero suponen que daría resultados similares.

Fotos | iStockphoto
Vía | Aplus
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