Las sonrisas de tu bebé son el mejor regalo que te puede dar

Cuando llega la primera sonrisa de tu bebé, y cada vez que la repite se te ilumina el alma. No necesitas nada más.  Es, sin duda, el mejor regalo que te puede dar.

Además, son sanadoras. Puede que las cosas no vayan del todo bien o que estemos pasando por una mala racha, pero las sonrisas de tu bebé son una preciosa recompensa que te llena de esperanza y alivia cualquier mal.

Si echamos la vista atrás y recordamos esos momentos inolvidables que se nos quedan guardados en el fondo del corazón, seguro que en todos ellos, hay una sonrisa en la boca de nuestros hijos.

Como hoy es el Día Mundial de la Sonrisa, queremos rendir homenaje a este sencillo gesto que nos hace tan felices. ¡Qué diferente sería todo si hubiese en el mundo más sonrisas como las de los niños!

Así evoluciona la sonrisa de tu bebé

Pero, ¿cuándo empieza a sonreír tu bebé? Desde que está dentro del vientre materno, tu bebé ya empieza a esbozar pequeñas sonrisas que si tenemos la suerte, podremos ver en las ecografías. Son gestos en los que vemos que mueve las comisuras de los labios hacia los lados en lo que parecen ser sus primeras muecas de agrado.

Al nacer y durante aproximadamente el primer mes de vida, el bebé sonríe de forma espontánea sin ningún motivo aparente, un gesto que incluso lo vemos hacer mientras duerme y nos hace pensar que soñará con algo agradable. Sin embargo, es un acto reflejo, es lo que se conoce como sonrisa angelical.

Más tarde, alrededor del mes, o mes y medio de vida llega la primera sonrisa de verdad. Es la su primera sonrisa social en respuesta a un estímulo, que suele darse cuando papá o mamá le sonríen a su bebé o le hablan amorosamente.

Es la primera comunicación bidireccional entre los padres y el bebé. Junto con el llanto, es, hasta que aprenda a pronunciar sus primeras palabras, la única forma de comunicarse con las personas que le rodean.

Luego llegará la primera risa, alrededor de los tres o cuatro meses, y más tarde soltará sus primeras carcajadas cuando juguemos con él a juegos de cosquillas, de escondite (tipo cucú-tras o peekaboo), o actos repetitivos que le resulten especialmente divertidos.

No dejes de sonreír cada día a tus hijos

A su vez, nuestra sonrisa es para nuestros hijos un espejo en el que mirarse. Si nos ven sonriendo, a pesar de que las cosas no sean siempre color de rosa, adoptarán también esa actitud positiva, que les será muy útil para el resto de su vida.

No olvidemos que la sonrisa es un gesto de conexión muy potente con otras personas, y por supuesto con nuestros hijos. Además es gratis y muy fácil de hacer. Un gesto universal con el que demostramos a nuestros hijos el amor que les tenemos, que estamos siempre ahí para apoyarlos y que pueden confiar siempre en nosotros.

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