Queridas amigas: prometo que regresaré, pero por ahora debo cuidar de mis pequeños

La llegada de los hijos cambia de forma extraordinaria muchas cosas: nuestro estilo de vida, el ritmo de nuestras actividades, nuestra forma de pensar, las prioridades familiares, etcétera. Entre ellas, también hay algo que cambia: la dinámica con nuestras amistades, especialmente cuando eres la primera en tener hijos.

Para tus amigas, puede ser un poco difícil comprender que ahora las cosas cambiarán, y por ello, y basado en mi propia experiencia, comparto un mensaje con el que quizás se identificarán quienes tengan amigas sin hijos: pronto regresaremos, pero ahora debemos enfocarnos en cuidar de nuestros pequeños.

Ser la primera o la única en tener hijos

En ocasiones anteriores he hablado de mi experiencia siendo la única de mis amigas que ya es madre, compartiendo cómo ha cambiado nuestra relación, así como las ventajas de tener amigas sin hijos cuando tú ya eres mamá.

Sin embargo, en algunos casos la transición hacia la maternidad puede terminar por afectar la relación que tenías con tus amigas, ocasionando incluso, que durante este proceso te encuentres con la sorpresa de que has perdido algunas amigas. No te preocupes, no eres la única y muchas veces es parte de la vida.

Algunas personas piensan que la maternidad sirve como una especie de filtro que te muestra quiénes son tus verdaderas amistades, y desde mi punto de vista pienso que si una amistad sobrevive un cambio tan grande como la llegada de los hijos, puede sobrevivir lo que sea e incluso, se desarrolla un vínculo aún más fuerte con tus amigas.

Hace ya algunos años que yo dejé atrás la etapa de bebé de mi hija, pero durante ese tiempo prácticamente me desaparecí de la vida de mis amigas sin hijos. Dejé de responder sus llamadas y pasaban meses sin que nos viéramos o habláramos porque yo estaba ocupada o demasiado agotada como para hacer otros planes que no fueran dormir.

Ahora que mi hija es un poco mayor, poco a poco hemos ido recuperando el tiempo que perdimos y veo a mis amigas con mayor frecuencia. Nuestra salidas no son iguales, pues todas hemos ido madurando y adquiriendo un ritmo de vida más tranquilo que cuando éramos jóvenes, pero estar de nuevo juntas es sin duda algo maravilloso.

Por ello, y porque esa nueva etapa de nuestras vidas como madres puede hacer que mantener la amistad se convierta en un reto y una serie de malabarismos para seguir organizándonos para pasar tiempo juntas, he decidido compartir este escrito pensando en nuestras amigas sin hijos, para dejarles algo en claro: no les hemos abandonado ni nos hemos olvidado de ustedes.

Queridas amigas: prometo que regresaré, pero por ahora debo cuidar de mis pequeños

Hola, soy yo. La que ha desaparecido un poco tras convertirse en madre. Aunque no lo parezca, pienso en ustedes con frecuencia y las extraño. Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que salimos a solas, pero trato de estar al pendiente de sus vidas, a pesar de lo complicado que a veces puede resultar el organizarnos para vernos.

La maternidad ha llegado para cambiar por completo mi vida, y ahora toda mi energía y mi tiempo están enfocados en cuidar de mis hijos. ¡Me siento muy feliz! Pero también, muy cansada. Agradezco que sigan al pendiente de mí, y que sigan invitándome a salir a pesar de que la mayoría del tiempo les digo que no puedo.

Los días pasan volando y las madrugadas a veces parecen eternas. En muchas de ellas, cuando me encuentro despierta por el motivo que sea mientras la casa está finalmente en silencio, me gana la culpa y pienso en que debería llamarles para ver cómo están, pero entonces me doy cuenta que las tres de la madrugada quizás no sea la mejor hora para charlar.

Quisiera llamarles y decirles: "¡vamos por un café!" o "¿qué te parece si vamos al cine?", pero las cosas ya no son tan simples como antes. Salir de casa a solas requiere de mayor planeación, y honestamente, aunque tengo mucha ilusión por verles, los pocos momentos que tengo libres los tomo para intentar descansar un poco.

No me tomen a mal, no me da pereza salir con ustedes ni he perdido el interés. Tampoco es que no desee responder sus llamadas. La verdad es que me encuentro ocupada descubriendo este nuevo rol y toda mi atención está dedicada a esos pequeños seres humanos que hoy dependen de mí.

Afortunadamente, nuestro distanciamiento solo es temporal y mis pequeños un día crecerán y poco a poco comenzarán a dejar de necesitarme tanto como ahora. Quizás nuestras salidas no sean las mismas que solíamos tener antes de convertirme en madre, pero sin duda serán igual de especiales y divertidas.

Mientras tanto, gracias por su paciencia, por seguir al pendiente de nosotros, por visitar ocasionalmente y por no tomar de forma negativa mi poca disponibilidad. Gracias por reafirmarme, que no importa lo que pase y los cambios que tengan nuestras vidas, nuestra amistad prevalecerá a pesar del tiempo y la distancia.

Fotos | iStock

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