Vacaciones de Semana Santa sin moverse de casa, ¿y ahora qué hacemos?

Como todos los años por estas fechas llegan esos merecidos días de vacaciones junto con los dolores de cabeza para cuadrar, como siempre, nuestras vacaciones con las de nuestros hijos. Habrá quienes se vayan al pueblo, montaña, playa y quienes se quedarán en casa. Pero lo que vamos a tener todos en común es mucho tiempo que pasar con nuestros pequeños.

Si por mí fuera, me pasaría la semana durmiendo, pero mis "grandes ideas de disfrutar en vacaciones" no creo que vayan a coincidir con el concepto de pasarlo bien que tienen los más pequeños de la casa. Debemos tener en cuenta que en estas fechas si hay algo que no es de fiar ese es el tiempo y que puede jugarnos alguna mala pasada, de forma que tengamos que pasar las vacaciones de Semana Santa sin movernos de casa, ¿y ahora qué hacemos?

Hacer palomitas

Muchas veces nuestros hijos no saben de dónde vienen las cosas. Así por ejemplo, los zumos, las patatas fritas o las palomitas suelen ser productos que consumimos en su forma final ya procesada y pocas veces tenemos oportunidad de ver lo que podríamos llamar "producto original". Ver de dónde salen las patatas de bolsa, el zumo de naranja o las palomitas, por poner algunos ejemplos.

Así, podemos comprar un día maíz en grano y hacer nuestras propias palomitas en casa. Es muy sencillo y verdaderamente sorprendente para los pequeños de la casa, a parte de ser mucho más sanas que las que compramos hechas ya que sois vosotros quienes controláis el nivel de sal y mantequilla.

Probad a echar unos pocos granos en la sartén, como una docena más o menos, calentar "sin tapar" y dejar que los peques cacen las palomitas al vuelo. Eso si, mejor hacerlo justo después de haber fregado el suelo de la cocina.

Sesión de cine en casa

¿Qué tal un poco de relax? Seguro que nos vendría bien a todos, sobre todo a nosotros. Bajamos las persianas, buscamos una película de dibujos, incluso una serie de vídeos de youtube nos podría valer. Podemos preparar unas palomitas (ver paso anterior) o quizás unas chuches y algún refresco (un día es un día) y a disfrutar de vuestra propia sesión.

Pero con un poco de imaginación podemos ir más allá y crear nuestra propia sala de cine. Podemos tener un puesto de chuches donde se vendan palomitas, chocolates y refrescos, y un acomodador que recoja nuestras entradas y nos acompañe hasta nuestro asiento.

¿Y cómo conseguir las entradas y las chuches? Pues podemos crear un juego o pequeñas tareas (sin olvidar que el fin es divertirse y pasarlo bien), por ejemplo: una caza del tesoro, ayuda con alguna tarea doméstica o aprovechando que llega el buen tiempo, podemos preparar unas miniolimpiadas. Todos estos juegos tendrán como premio por su realización, sin importar si se ha ganado o si se ha sido el mejor una cantidad de monedas, fichas, doblones o lo que queramos usar como sistema de intercambio. Si tenéis más de un hijo recordad adaptar cada juego a las diferentes edades para que nadie se aburra. Una buena idea para fomentar la cooperación entre hermanos es que para conseguir el pack de entrada + palomitas + zumo de cada uno tengan que juntar las "recompensas" de ambos.

También puede ser interesante invertir los papeles, de forma que sean ellos los que digan qué es lo que tenéis que hacer para conseguir vuestras entradas para el cine. También pueden hacer de acomodadores y encargados del Kiosko.

También otra actividad entretenida sería la de crear nuestro propio cartel de la película, que podemos colocar justo a la entrada del salón o donde vayamos a hacer la proyección. También podemos hacer una composición sobre la película usando los muñecos, ropa y cosas que haya por casa. Dejad volar su imaginación y la vuestra.

A ver quien mancha más al otro

Básicamente el juego consiste en poner a los demás lo más sucios que podamos. Ya sé lo que estáis pensando, ¿y quién limpia luego?

Lo reconozco, puede ser un verdadero desmadre si no pensamos bien en como preparar el escenario de juego. Algo que puede mermar los daños colaterales sería usar una sábana vieja sobre la que nos colocaremos, sentados mejor que de pié para evitar así salir corriendo todo manchado y poniendo la casa perdida. Podemos usar pinturas de esas llamadas "de dedo", agua con harina en forma de papilla espesa, harina sola, cacao en polvo, etc. Y para no tener que poner una lavadora de más, jugaremos con la mínima ropa necesaria.

Bueno, como veo que me seguís mirando mal y no quiero terminar pasando la Semana Santa en un frenopático, podemos pintarnos los unos a los otros pero de una forma "civilizada", es decir, usando el cuerpo del otro como un lienzo. Si queréis una idea, buscad imágenes de aborígenes australianos.

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