Actividades extraescolares: en su justa medida

Seguramente estéis empezando a planear el nuevo curso. Junto al horario del colegio se proponen muchas actividades extraescolares que podrían llenar por completo la agenda semanal de los niños pequeños. Inglés, deportes, teatro, música, dibujo, juegos, manualidades... la oferta es amplia.

Y aunque en ocasiones se trata de una manera de compaginar los horarios laborales de los padres con el horario escolar, ¿realmente es lo mejor para los niños? A partir de cierta edad las actividades extraescolares pueden ser beneficiosas y adecuadas, pero en su justa medida, sin apretar la agenda de los niños ni obligarles a hacer algo que no les guste.

Este va a ser uno de nuestros buenos propósitos para el nuevo curso, propósitos de los que os iremos hablando estos días en los que la playa y el monte se cambian por casa y mochilas para el cole.

Realmente resulta triste que un niño pase todo el día atado a un horario estricto que apenas deja tiempo para almorzar, comer, merendar, jugar... o no hacer nada. Simplemente "aburrirse", que no solo es un buen método para que pienses, es el mejor truco para estimular su imaginación y encuentren la manera de divertirse.

Resulta triste que no pase ese tiempo de la tarde con sus padres o familiares, con sus amigos, en el parque, en la calle, sin actividades predeterminadas, haciendo lo que más les guste. Pero lo que más trsite resulta es que la sociedad esté organizada de tal modo que los horarios laborales no permitan llegar a casa antes y poder estar con los niños.

Pero puede que no se trate de problemas de horarios, y claro que podréis decirme, "Es que lo que más le gusta es lo que hace como actividad extraescolar", y yo diré, "Bravo, pero... ¿no hace otras cosas?"

Y es que si el niño va con gusto a realizar la actividad extraescolar, una actividad que le resulta beneficiosa emocional, intelectual y/o físicamente, no hay nada que objetar. La objeción viene si ese hobby (lo tomaremos así, no como una competición o reto) le ocupa todas las tardes de la semana, sin dejar espacio para otras actividades y juegos.

Y luego está el tema del precio, ya que la mayoría de actividades extraescolares no son gratis, ni siquiera son baratas. Entonces hay que sopesar y ver si el esfuerzo vale la pena o podemos hacer que los niños practiquen deporte o aprendan idiomas de otra manera...

La otra cara de la moneda es que precisamente por la crisis menos niños hacen actividades extraescolares que suponen una actividad física y consecuencia de ello está aumentando la obesidad. Pero como ya os dijera al hablar de esta noticia... existen muchos modos gratis de hacer ejercicio y mantenerse en forma, niños y mayores.

Ya pasan demasiadas horas en el colegio como para alargar sin medida la jornada escolar y que el niño no salga del mismo ambiente (en el caso en que la extraescolar sea en la misma escuela; pero también si se desarrolla en una academia, pues al fin y al cabo es un aula). Al menos, esperamos que las actividades a desarrollar sean de otra índole y tampoco pasen todo el día pegados a un papel, un libro y sentados en sus sillitas.

La actividad extraescolar ideal

Como podéis imaginar, la actividad extraescolar ideal no existe, sino que depende de cada niño. No todos los niños son iguales y hay que estar atentos a sus palabras y sus "señales", porque lo que resulta beneficioso para unos en otros puede tener efectos negativos.

Recordemos que la automotivación es la clave para que los niños hagan actividades, y por mucho que a nosotros nos guste que aprendan inglés o que practiquen judo, si a ellos no les gustan esas actividades difícilmente sacarán algún provecho; lo pasarán mal y además estaremos echando a perder un dinero...

La actividad extraescolar ideal es por tanto aquella que le gusta al niño y le aporta beneficios, pero también aquella que le permite tener tiempo libre para estar con papás y familia, para relacionarse con otros niños, para escoger, dentro de lo posible, su ocio.

Y, puestos a elegir, si solo escogiéramos una, la actividad extraescolar ideal combina actividad intelectual, artística y física con el juego: así ejercitan cuerpo y mente de manera divertida. Aunque lo habitual es que se trate de actividades en las que gana uno u otro de estos aspectos, por lo que muchos padres optan por dos actividades diferentes: una de estudio y otra de deporte. ¿Es esto mucho para un niño pequeño?

Depende de si se trata de una, dos o más clases semanales, pero tal vez más de tres tardes ocupadas puede ser excesivo, e incluso cansar al niño.

No hay que olvidar que el exceso de actividades extraescolares propicia el estrés infantil, la sobrecarga, la depresión... lo cual da mucho qué pensar. ¿No estamos ya suficientemente estresados los adultos con nuestros trabajos y nuestro ritmo de vida? ¿Realmente queremos eso para los niños? ¿Por qué nos empeñamos en atribuirles horarios y ocupaciones de mayores? Ya tendrán tiempo...

Por último, la actividad extraescolar ideal permite al niño interrelacionarse con otros niños y adultos diferentes a los de su día a día en el colegio (uno de los beneficios innegables de estas actividades), le permite socializar con otras personas y ampliar su círculo de afectos, mejor en un entorno diferente al colegio que ya conoce demasiado durante el día.

En definitiva, no se trata de renegar de las actividades extraescolares, sino de hacerlas en su justa medida. Si no existe otra posibilidad, intentar "racionarlas" para combinarlas con el tiempo libre; y si los niños no quieren hacerlas, no forzarles porque acabarán aborreciéndolas.

Fotos | Fort Meade y Daniel Hughes en Flickr En Bebés y más | Menos extraescolares por la crisis, más niños con sobrepeso, ¿Apuntarlos o no a actividades extraescolares?

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