"Repartir" el cariño con dos peques en casa

Uno de mis mayores temores antes de la llegada de mi segundo bebé era pensar cómo se iba a sentir mi hija "mayor", que aún no había cumplido los dos años. Y mi preocupación era saber si yo sería capaz de "compensar" esa probable desazón ante la perspectiva de no ser la única bebé en la familia. ¿Cómo se muestra el cariño con dos peques en casa?

Como os decía hace unos días, ha llegado la hora de "exagerar" nuestro cariño hacia el hijo mayor, también porque ellos, los "mayores", ahora nos necesitan no igual que antes sino más ante la llegada del nuevo hermanito.

Basándome en cómo se han ido sucediendo los acontecimientos, en cómo hemos ido adaptando la convivencia con el nuevo miembro de la familia y en definitiva en lo que he visto que ha funcionado para hacer que mi hija mayor no se sintiera desplazada, he recopilado unos puntos que muestran cómo repartir el cariño con dos peques en casa.

Por supuesto, de trata de unas experiencias personales, pero creo que pueden ayudar a muchos papis en la misma situación. Y, a pesar de todo, confesaré que no se me olvida la carita de pena la primera vez que mi hija me vio arrullar al bebé. Para que esa pena se transformara en ternura no hizo falta demasiado. Aquí van algunos consejos para que el proceso de adaptación vaya fluyendo:

  • No hay que ocultar ante el hijo mayor el cariño por el recién nacido. Puede que nuestro miedo a dañar al mayor nos lleve a hacer esto. Pero el mayor debe comprender que el bebé también forma parte de la familia, y así es cómo acabará queriéndolo también.
  • Ante nuestras muestras de cariño al pequeño, el mayor reaccionará imitando al bebé ("yo también soy chiquitín y hago pedorretas...") o llamando nuestra atención de otra forma. Tan solo significa que él quiere lo mismo para sí.
  • Ese "llamar la atención de otra forma" puede incluir pataletas y rabietas. Es hora de "exagerar" nuestra paciencia y comprensión y hacerles entender que también les haremos caso si actúan de otro modo.
  • A veces sorprendemos al hijo mayor mirándonos mientras hacemos carantoñas o le decimos piropos al bebé. ¿Podéis imaginar lo que pasará por su cabeza? Es el mejor momento para hacer carantoñas y dar piropos a turnos, uno para el bebé, uno para el mayor. Es muy divertido.
  • No pasa nada por "hacerles creer" que son más pequeñitos de lo que son, sobre todo si ellos lo demandan: jugar a que son bebés como su hermanito lo hará todo más natural.
  • Hay que hablarles con naturalidad del nuevo componente del hogar, y expresarles que nuestro cariño no va a cambiar.
  • Muchas veces, más que las palabras que aún no entienden del todo, importan las actitudes de los padres, las caricias y el contacto en forma de baile, de juegos, de canto... no se pueden descuidar.
  • Poco a poco se puede incorporar el bebé a unos sencillos juegos con el hermano mayor (cosquillitas, palmas...). De ese modo irá dejando de ser un "rival" al tiempo que ve que mamá o papá siguen jugando y divirtiéndose con él.
  • Si el mayor no lo pide (con palabras o gestos), no es necesario adjudicarle nuevas tareas "de hermano mayor" o hacerle participar en el cuidado del bebé. De hecho, creo que no es conveniente si es pequeño aún. Necesita tiempo de adaptación y poco a poco sabrá definir su espacio. Sin embargo, es muy habitual (y por ahí se empieza) que la curiosidad le lleve a querer ver por ejemplo cómo se baña al bebé y quiera echar una manita a su manera...
  • Dejemos que el hermano mayor utilice los juguetitos del pequeño, acompañándolos en sus juegos como lo haríamos com el bebé. probablemente pronto se darán cuenta de que prefieren jugar con otras cosas.
  • No siempre tenemos el ánimo o las fuerzas para "multiplicarnos" y "exagerar", dado nuestro ritmo de vida o mil problemas que pueden surgir a lo largo del día. Pero en cualquier caso los pequeños no son responsables y siguen mereciendo nuestro cariño y atención, aunque en estos casos sean menos "exagerados".
  • Confieso que, aunque no me privo de compartir cariños con mi bebé en ningún momento, éstos se incrementan cuando la mayor ya está acostada. En esos momentos me encuentro con la tranquilidad de que la hermana no se sentirá "menos" y de que no he de multiplicar la atención. Algo que por cierto también hago en la situación contraria, cuando estoy a solas con la mayor.

Por supuesto, estos consejos para actúar con dos peques en casa también valen para cuando se juntan más de dos hijos, porque en las familias numerosas con hijos pequeños la situación no cambia demasiado. Hay que repartir el cariño con todos los hijos de la familia y no descuidar ni un ápice las necesidades afectivas de los que han dejado de ser los pequeños.

Foto | Flickr (aussiegall) En Bebés y más | El príncipe destronado, El amor se multiplica con cada hijo, Ser mamá por segunda vez: sensaciones

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