No te esfumes: cómo despedirte de tu hijo en la adaptación a la guardería para aliviar la angustia por separación

En estos días, los niños volverán al cole o empezarán por primera vez la escuela infantil, lo cual genera en ellos todo tipo de sentimientos nuevos. Los períodos de adaptación de las escuelas infantiles suelen ser ridículos, casi inexistentes, y a esto se suma el problema de la conciliación, ya que la mayoría de los padres no tienen disponibilidad para una adaptación muy larga.

Muchos padres creen que esfumarse, desaparecer de la vista de su hijo cuando lo dejan en el cole los primeros días, es lo más conveniente para evitarle (y evitarnos) el sufrimiento de la despedida. Un mal rato que podemos pasar por alto. "Ojos que no ven, corazón que no siente", pensamos.

Sin embargo, irte sin despedirte genera en los niños pequeños un estrés añadido a esa situación nueva que está viviendo: pasar de estar en casa con mamá o papá todo el día a que lo dejen en un lugar nuevo con personas que no conoce. Cualquiera se sentiría desconcertado y triste. Y como son niños, no ocultan sus sentimientos. Lloran para expresar que no se sienten seguros.

¿Qué siente tu hijo si desapareces?

Pongámonos en situación. Sales de casa con tu peque de la mano, le vas contando con lo que se encontrará al llegar al cole, llegáis, lo dejas en la puerta de la clase, le sueltas la mano y de repente... ¡puff! Te has esfumado como por arte de magia.

Tu hijo te busca con la mirada, mira a través de las ventanas, corre hacia la puerta donde lo dejaste hace dos minutos, pero ya no estás ahí. ¿A dónde ha ido mi madre o mi padre? Se preguntará. Y lo siguiente. ¿Volverá? ¿Cuándo?

El niño se queda con la sensación de que le “abandonamos” en un sitio nuevo y con gente nueva. Incluso puede sentirse engañado, lo que le hará desconfiado y dificultará aún más este tipo de separaciones.

Angustia de separación. Alrededor de los ocho meses los bebés comienzan a darse cuenta que su figura de referencia es una persona independiente de ellos, y les provoca una profunda ansiedad no estar con ella.

La angustia de separación se manifiesta en reacciones exageradas, generalmente un llanto desconsolado, cuando pierde de vista a su madre (o padre, o figura de apego más cercana).

No es capaz de entender que esa persona estará de vuelta en un momento o en unas horas. Él sólo comprende que ella, de quien depende su supervivencia y seguridad, ha desaparecido. No sabe si volverá ni cuando, cree que puede perderla. Su mente empieza a distinguir la protección de la inseguridad.

Esta sensación va desapareciendo a medida que el niño crece pero es normal que en momentos clave como el comienzo de la escuela infantil (hablamos de niños pequeños de entre 0 y 3 años), vuelva a presentarse esa sensación de angustia y tristeza cuando deben separarse de los padres.

Lo mejor es despedirse del niño y explicarle lo que va a suceder para no causarle una angustia añadida al hecho propio de la separación.

Cómo despedirse entonces

Al contrario de lo que solemos pensar, despedirse es un ritual que le hará sentirse más confiado y con el pasar de los días, le ayudará a asimilar que es un momento que formará parte de la rutina diaria.

  • Nunca te vayas sin despedirte. Explícale en calma y con palabras sencillas -aunque no pueda entenderte- que te vas pero que volverás en un rato a por él o ella. “Adiós cariño, mamá se va a trabajar y volverá más tarde”, por ejemplo. “Adiós, mi amor, te vas a quedar un ratito en el cole con tu profe y tus amigos. Saldrán al patio a jugar, cantarán canciones y luego mamá y/o papá vendrán más tarde a recogerte”. Un beso grande y adiós.
  • No alargues demasiado la despedida. No hay que restarle importancia al momento de la despedida, es muy importante, pero tampoco hay que montar un drama y quedarnos ahí demasiado tiempo, ya que sólo conseguiréis alargar su sufrimiento. Tampoco es buena idea espiar por la ventana de la clase si os puede ver.
  • Anúnciale lo que pasará. Avisarle lo que sucederá en las próximas horas le dará seguridad de lo que viene. Aunque no tienen noción del tiempo (para ellos cinco minutos solo puede ser una eternidad), adelántale que en rato volverás, que te vas a tal sitio -que sea familiar para él- pero que luego vuelves a recogerle y por la tarde iréis al parque. Así irá interiorizando su propia rutina.
  • Sé puntual. Cuanto más predecibles y constantes seamos, más seguridad y calma les estaremos transmitiendo. Si un día llegas nada más terminar de comer y otro una hora más tarde, no sabrá a qué atenerse.

Llorará igualmente. Despedirse del niño no implica que no vaya a llorar los primeros días al dejarlo en la escuela infantil. Es algo inevitable la mayoría de las veces (aunque hay niños que entran tan tranquilos y no lloran), pero es normal y entendible que los bebés y niños pequeños sienta angustia al separarse de sus padres por primera vez.

Con el pasar de los días, cada día haciendo la misma rutina, el niño entrará a clase más o menos contento, pero tendrá la seguridad de que mamá y/o papá volverán luego a recogerle para ir a casa.

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