¿Pero qué tiene que ver la crianza con apego con dar homeopatía, no vacunar y no dar leche?

Cuando se habla de crianza con apego y cuando se trata de definir cuál es la filosofía de esta teoría educativa hay gente que se pierde, pues acaba añadiendo características que no son, como he podido leer recientemente en un artículo en el que se habla de crianza extrema, llegando a decir que la gente que cría con apego, además de hacer cosas tan extrañas como pedir un parto respetado hace uso de la homeopatía, no vacuna a sus hijos y no les dan leche de vaca.

Entonces es cuando uno se da cuenta de que hay quien no está entendiendo demasiado bien de qué va la película, y que acaba encasillando a mucha gente con una etiqueta que les deja cerca de los extremos y de la inconsciencia y que acaba perjudicando, creo yo, al cambio de modelo educativo que muchos padres defendemos. Porque, digo yo, ¿qué tiene que ver la crianza con apego con dar homeopatía, no vacunar y no dar leche a los niños?

Cuando las churras son la crianza con apego y las merinas la homeopatía, no vacunar y no dar leche

Dice el refrán que no se deben mezclar las ovejas churras con las merinas, porque cada una tiene unas características individuales que pueden perderse o suavizarse al hacer la mezcla. Pues bien, en el mencionado artículo están mezclando churras con merinas, porque dar homeopatía, no vacunar y no dar leche no son decisiones exclusivas de la gente que decide seguir la teoría de la crianza con apego, de igual modo que las personas que crían con apego pueden no dar homeopatía, vacunar a sus hijos y darles leche.

La teoría del apego de John Bowlby

Las personas que hemos decidido criar a nuestros hijos en base a la lógica que dice que los bebés y niños tienen unas necesidades básicas que deben ser cubiertas, estando entre ellas la necesidad de ser cuidado, querido, y de sentirse querido y respetado, estamos criando a nuestros hijos según los postulados de la teoría del apego de John Bowlby, que habló de que los bebés necesitan un referente primario, una persona a la que aferrarse más que a nada, para sentirse seguros y fuera de peligro y, a partir de ahí, empezar a crecer y desarrollarse como persona.

El trabajo de los padres, o lo lógico entonces, es promover que se genere ese vínculo, aportándole seguridad y por lo tanto respetando sus necesidades, que suelen ser las que expresa de manera innata: necesidad de contacto, de succión, de alimentarse, etc. Bien, no es que el niño lo pida, es que si no lo tiene lo exige. Si se siente solo llora, si no se le alimenta llora, si intentas que se duerma por sí mismo, llora. Lo lógico, pues, es entender por qué nos necesita (supervivencia pura y dura, porque no son actos racionales) y actuar como padres en base a ello.

Pero Bowlby no habla de límites

Mientras el niño es bebé estamos como quien dice a sus órdenes, si bien es cierto que el niño ordena cuando erramos en nuestros planteamientos. Si les llevamos en brazos o mochila, si dormimos con ellos, si les tenemos en cuenta, si les hacemos caso, si hacemos todo esto porque resulta que es como mejor nos sentimos, el niño no tiene necesidad de ordenar ni quejarse... "qué poco lloran tus hijos", "qué bien se portan", me suelen decir. "Claro, no tienen demasiados motivos para llorar", suelo responder.

Esto se confunde con hacer todo lo que los niños quieran cuando ya crecen. En el artículo que menciono dicen lo siguiente:

Aquí y ahora poner límites parece estar prohibido [...] para la crianza con apego no es lícito poner límites o educar a través del sistema de premio o castigo.

Pero esto no es cierto. Bowlby nunca habló de criar a los niños de modo que no tuvieran límites o normas. Se puede querer con locura, se pueden respetar las necesidades de los niños, sean cuales sean, y explicarle cuáles son las normas sociales sobre las que como padres nos regimos, para que ellos las vayan interiorizando.

Les respetamos, pero queremos que nos respeten. Les respetamos, pero queremos que respeten a los demás, por eso les enseñamos que no se puede pegar, que no se pueden coger las cosas de los demás sin permiso, que no se puede gritar a según qué horas porque molestamos a los vecinos, etc., es decir, explicamos normas (o límites). Lo que no hacemos es inventarnos límites absurdos sólo para que aprendan que los mayores son los que mandan, o que en la vida no lo van a tener todo.

Dicho de otro modo, se puede educar poniendo límites, castigando y premiando a los niños, y se les puede educar explicando normas y obviando castigos y premios, porque los niños son más inteligentes que eso... no hace falta tratarles como animalitos, para que aprecien el premio que les damos o para que odien el castigo que les proporcionamos, porque con el diálogo y el ejemplo acaban interiorizando las normas sociales. No es una cuestión de hacer las cosas porque se sienten bien (al recibir un premio) o de dejar hacerlas porque se sienten mal (al ser castigados), es cuestión de hacer las cosas porque eso está bien y dejar de hacerlas porque eso está mal.

Prohibido destetar antes de los tres años

Según comentan, esta gente extraña que lleva a cabo este estilo de crianza extremo tiene prohibido destetar antes de los 3 años. Bien, prohibido no hay nada, si acaso, si hablamos de respetar a los niños y de que ellos respeten a las madres, lo que parece más lógico es darles el pecho hasta los dos años y luego, a partir de ese momento, dejar la decisión en los dos o en uno de ellos. Pero no porque lo dijera Bowlby o algún gurú de la crianza extrema, sino porque lo dicen los pediatras... si tú vas al pediatra y le preguntas hasta cuándo darle, te dice que hasta los dos años y luego según decidan madre e hijo, porque es lo que recomienda la OMS, Unicef y la AEP, entre otros organismos de salud.

¿Cómo implementar una teoría que obliga a la madre a extender la lactancia hasta los 3 o 4 años de vida de su hijo? Pocos trabajos resisten tal cosa. Muchos de los postulados de esta filosofía son inaplicables para una mujer que, además de ser madre, necesita trabajar.

Pero oigan, que los niños no se alimentan sólo a base de leche materna, que comen comida normal, de la que se hace en las cazuelas, pucheros y sartenes y venden en los supermercados. Mientras mamá trabaja son capaces de comer otras cosas, cuando mamá vuelve, pueden, si quieren, mamar un ratito, y luego dedicarse a jugar o a escuchar las historias que mamá le tiene que contar (o mira, hasta le puede explicar las historias mientras mama, que ya se sabe que las mujeres son multitarea).

Encima exigen un parto respetado

Ni hablar de la exigencia por un Parto Respetado, que esta semana estuvo en agenda debido a que muchos padres no están de acuerdo con las prácticas en los hospitales, por lo que reclamaron poder elegir opciones como dar a luz en sus hogares.

Y es que, desde luego, qué mujeres, siempre quejándose... con lo bonito que es ir a dar a luz y que los demás tomen el mando, que te griten y te traten como a una niña que no sabe hacer la O con un canuto.

Pues sí, no es que yo quiera que ahora todas las madres y mujeres den a luz en sus hogares, porque a mí me gustaría que las mujeres pudieran tener un parto respetado en los hospitales y quizás por eso se hagan las semanas del Parto Respetado, pero oye, si acaba siendo la única opción para que una mujer se sienta bien dando a luz, entiendo que acaben por hacerlo.

Y a los niños ni siquiera les vacunan y les dan homeopatía

La filosofía natural sugiere a los padres no vacunar a sus hijos. Muchos optan por medicinas alternativas como el ayurveda o la homeopatía, que apoyan la prevención o cura a partir del equilibrio de la energía del organismo y sin sustancias medicamentosas.

No, no y no. Que puede haber padres y parejas que sigan las teorías de la crianza con apego y no vacunen y hagan uso de la homeopatía, no digo que no, pero que una cosa vaya ligada a la otra no. Una cosa es respetar a los niños, pasar tiempo con ellos, tratar de educarles dándoles libertad, pero enseñándoles a tratar bien a los demás, como querrían ser tratados, y otra muy diferente es no vacunarles, poniendo en riesgo su salud y la de la población, básicamente porque no tiene nada que ver una cosa con la otra.

En lo que respecta a la homeopatía, más de lo mismo. A mí me gusta que mis hijos tomen pocos medicamentos, o dicho de otro modo, que tomen los necesarios y no más, pero eso no quiere decir que vaya a dejar de darles medicinas para sustituirlas por homeopatía, que ni tiene base científica ni ha podido demostrar todavía que funciona más allá del efecto placebo.

Y tampoco les dan leche de vaca

Sigue el artículo centrándose en una mujer que decidió seguir los postulados de Bowlby y que además añade teorías propias, y caen en el error de pensar que toda persona que críe a sus hijos en base a la teoría del apego evita dar leche a sus hijos:

Entre otras cosas, Noemí eligió no alimentar a su hijo con leche o derivados vacunos, según la concepción que sostiene que la leche de vaca contribuye a desarrollar alergias. Cuando dejó de amamantar,...

Pues digo lo mismo, si Noemí eligió no dar leche de vaca o derivados bien por ella. En mi casa tomamos leche y derivados por una razón muy simple: están muy ricos y los estudios parecen decir que no es tan mala como la pintan (no producen mocos, como mucha gente dice, y los últimos estudios parecen decir que protege de algunos cánceres).

Pues eso, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?

Entiendo que es muy jugoso meter a todos en el mismo saco, porque de ese modo se eliminan varios problemas de golpe: "¿Que dio la teta hasta los dos años? Uff, eso es malísimo porque son gente que no educan a sus hijos, que no les ponen las vacunas, que les dan medicamentos que no sirven y que ni siquiera les dan leche de vaca".

Sin embargo no es cierto, cada cosa debe tratarse por separado porque, como digo, gente que no vacuna la hay en todas partes, seguidores de Bowlby o no, gente que no toma leche también, y gente tomando homeopatía, ni te cuento... ni sabrán quién es ese tal Bowlby y seguro que más de uno alucinaría con eso de no castigar a los niños.

Fotos | various brennemans, Mothering touch, Fotomontaje realizado con fotos de Boa-sorte&Careca En Bebés y más | ¿Existe el pack Crianza Natural: parto natural, colecho, no vacunas, porteo y lactancia a demanda? (I) y (II), ¿Es mejor madre aquella que cría con apego?, Sobre el neomachismo y la crianza con apego

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