Ante todo, no se debe permitir que nuestro hijo salga de casa sin desayunar para que así su salud no flaquee. Muchos niños no tienen hambre a primera hora del día y si no le despertamos con bastante antelación antes de ir a la guardería o el colegio, es casi seguro que no desayunará lo suficiente. Es importante que se disponga de tiempo para poder desayunar cómoda y plácidamente. Una buena técnica para que el niño desayune sin poner pegas es, hacerle la hora del desayuno más agradable mediante algún capricho alimentario que a él le guste en especial, pero siempre adecuado con la hora del desayuno. Hay varios grupos alimenticios que debemos tener en cuenta a la hora de disponer el desayuno a nuestro hijo, el grupo de los alimentos farináceos, los lácteos y las frutas.
Uno de los más importantes es el de los farináceos, en este grupo estarían las galletas, el pan y todos los alimentos ricos en hidratos de carbono, éstos son los que aportan la principal fuente de energía. Junto a ellos, complementamos con las vitaminas y minerales que aportan los otros grupos, una buena combinación para empezar el día.
Acostumbrar a nuestro hijo a que desayune adecuadamente está en nuestras manos y nuestro ingenio. Debemos hacerle atractiva la primera ingesta del día y elaborar diversas combinaciones que le resulten apetecibles, sólo así podremos garantizar su adecuado desarrollo y la energía necesaria para comenzar el día.
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