Ir de compras a Ikea con los niños

Ikea es una de esas empresas que me llama la atención porque no concibo que todo lo que la rodee esté tan pensado y planificado. Podemos estar de acuerdo o no con lo que ofrece: si es de calidad o no, el origen de los materiales, la política laboral de los fabricantes, pero sí que tengo la certeza de que invierten mucho en I+D (investigación y desarrollo), y no me refiero sólo a los productos, sino al entorno en el que se vende.

Ir de compras a Ikea con los niños es una experiencia bastante satisfactoria (teniendo en cuenta lo que suele ocurrir después de sesenta minutos de estar en local cerrado y con cosas frágiles a su altura). Mi opinión es que se han adelantado de forma clara a otros centros comerciales. Voy a explicar por qué.

  • Ofrece un local de juegos a la entrada para niños a partir de tres años, en los que unas monitoras les atienden mientras que sus padres hacen la compra. Este servicio no lo hemos utilizado así que no tengo experiencia en cómo funciona pero ofrece más seguridad y comodidad que los típicos parques de bolas.
  • Ya saben que en Ikea se realiza un itinerario más o menos establecido por la tienda, pues bien, cada cierta distancia hay un espacio infantil compuesto por una columna con diferentes juegos (sobre todo de puzzles giratorios con cilindros y pantallas interactivas). Con mis hijos (de dos y cuatro años) funcionaban perfectamente a nivel de interés (en seguida se dirigieron a ellos) y por distribución (coincidía que aparecían más o menos cuando empezaban a cansarse).
  • Los juguetes (peluches y otros) tenían unas unidades abiertas con las que los niños jugaban a su gusto en mesas y sillas de su tamaño (esto sólo en la zona de venta de elementos infantiles) con lo que conseguías dos cosas, que se distrajeran otro rato más (está ubicado al final de la exposición)y averiguar cuál les gustaba por si querías comprarle alguno.
  • Por último, en la zona de comida tenían varias cosas cómodas. El menú infantil (pasta, yogur y zumo) costaba un euro. Dispones de microondas para calentar los potitos o el puré que lleves, además de cubiertos y bol infantiles. Y en la zona de mesas hay unas cuantas orientadas hacia un espacio central dotado de los juguetes que venden ellos mismos (sin embalaje, claro), cuentos y una televisión con dibujos animados.

En fin, que si la idea es hacernos gastar, hacen muy bien sus deberes. Esto que he compartido con ustedes pertenece al Ikea de Oviedo (lo digo por si van a otro y no hay lo mismo), pero eso es lo de menos. Mi intención es reseñar que con imaginación y una pequeña inversión podemos hacerles a los niños más grata su experiencia de acompañar a los padres durante las compras (por no hablar de lo agradable que es para nosotros).

En Bebés y Más | Claves para ir al supermercado con los niños

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