El Manual de Instrucciones de Jon (Segunda parte)

Seguimos con el Manual de Instrucciones de Jon, del que ya publiqué en su momento la primera parte.

El alimento

Recuerdo lo difíciles que fueron los inicios de la Lactancia Materna, las tomas eran muy largas, a Myriam (mi mujer) le hacía daño y para colmo le habían aparecido grietas.

No sabíamos el porqué y al ir al Centro de Atención Primaria no sólo no nos ayudaron, sino que minaron mi confianza diciendo que Myriam no tenía leche y que quizá sería recomendable darle una “ayudita". Las molestias al mamar y la duración de las tomas fue la lección 1 del Manual de Jon. Manual de Jon

Lección 1 - Lactancia Materna

Mamá, no puedo mamar bien. Hago lo que puedo. Siento hacerte daño, pero me cuesta tanto recibir tu lechecita... ten paciencia, no soy como la mayoría de los niños, algo impide que succione tal y como sé hacerlo, de veras que lo intento, pero mi lengua no sale más de lo que puede, se queda corta. Sólo te pido que me quieras a pesar de ello y que dejes que siga luchando por conseguir este alimento tan maravilloso que me das, este cariño, pese a que te hago daño.

Jon tenía anquiloglosia. Este término tan raro, que ya expliqué hace unos días, significa tener el frenillo de la lengua demasiado corto. No podía sacar la lengua y la succión al mamar se hace principalmente con la lengua. Todavía no sé cómo lo hizo el pobre para poder alimentarse. Bueno, sí sé que parte de culpa la tuvo mi santa mujer, que pese al dolor, pese a la duración de las tomas, aguantó y siguió con ello. No dudó ni un momento. Confieso que yo también debí ayudar, porque no paraba en casa.

Al mes de vida le cortaron el frenillo y lo que era una pesadilla se convirtió en una maravilla. Jon empezó a mamar como un experto succionador. El dolor fue desapareciendo y Myriam vio el cielo. Entonces me acordé que en el Hospital nos dijeron: "Tiene el frenillo corto, pero tranquilos, que esto no afecta para nada". Pues menos mal que no afecta para nada, que si llega a afectar!!!

Así aprendimos que a menudo los inicios son duros, que no todo en la vida es una balsa de aceite y que a veces la perseverancia y la confianza en uno mismo (Myriam nunca dudó que como madre podría alimentar a su hijo) hace a menudo que llegue una gran recompensa.

Jon lleva dos años y medio tomando el pecho.

Continuará...

En Bebés y más | El Manual de Instrucciones de Jon (Primera parte) | Anquiloglosia y lactancia

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