Las vacunas, cómo evitar el dolor y mi diálogo con la "profe" (II)

En el post inmediatamente anterior os he explicado cuáles son las medidas para disminuir el dolor derivado de la administración de las vacunas.

Ahora, situándoos en mi vivencia personal de hoy, os relato a modo de diálogo mi intervención en clase:

  • Yo he leído estudios en que aseguran que si los niños están en brazos de sus padres o siendo amamantados si son niños que toman el pecho tienen menos dolor (ella no lo había explicado en la clase y yo a los niños les pincho, si es posible, de esta manera).
  • Sí, sí, por supuesto. Es verdad, son medidas adecuadas. De todas maneras se cree que tampoco les duele tanto y, la verdad, los niños viven muchas experiencias dolorosas en la infancia. Se caen, se dan golpes, lloran, etc.
  • Ya, claro, pero si al menos esto se lo puedes evitar...
  • Claro, pero los niños durante la vida van a tener muchas experiencias dolorosas, no les podemos sobreproteger tanto.
  • Ya, siempre no, pero si se puede evitar... Y aquí han ido apareciendo voces en favor de la profe... Uops! me he perdido, he pensado. Quizá esta gente se saca las muelas sin anestesia, quizá dejan la puerta de casa abierta porque total, hoy en día te roba telefónica, hacienda y hasta el panadero que te cobra casi 1 euro por la barra cuando en el Mercadona te vale la mitad, ¿por qué cerrarla si te van a robar muchas veces en la vida?, quizá piensan que hacerse daño con algo te hace una persona más entera, más fuerte o con mayor personalidad o autoestima.

No, más bien me parece que la profesión de enfermería, esa que lucha por diferenciarse del mundo sanitario mostrando unos altos niveles de empatía tiene menos empatía que un zapato viejo.

A mí, persona adulta con capacidad de razonar, no me importa ponerme una vacuna, no me da miedo y accedo voluntariamente si la necesito. Hay niños que lloran porque sienten verdadero pavor. Creer que ellos lo viven igual que nosotros es no ponernos en su lugar y es no tratar de entender lo que sienten.

Veamos por ejemplo al niño de la foto de arriba. Me intento poner en su lugar imaginando qué siente. Como persona adulta intento buscar una vivencia que haría que yo me sintiera como él.

¡Ya la tengo! Si alguien viniera con una sierra eléctrica en funcionamiento dispuesto a cortarme el brazo creo que pondría la misma cara que este niño. Pues poniéndome en esa situación:

  • Por favor, ¡que no me corte el brazo!
  • No, Armando, es que te lo tiene que cortar, todos tus compañeros se lo han cortado ya y a ti también te lo tienen que cortar.
  • Pues jope (por no decir...), ¡al menos que me duermaaaaa!

Una pena, porque tanto la profe como las alumnas que estaban de acuerdo con ella son enfermeras que trabajan en pediatría y que van a pinchar a muchos niños en su vida.

Luego se extrañan de que los niños entren llorando como magdalenas (o pataleando como bestias) cuando entran a la consulta. Y aún hay alguna que tiene la genial idea de decirle al niño: "si no dejas de llorar tus padres saldrán fuera hasta que te calmes", maravillosa manera de jugar con el miedo de un niño para conseguir un propósito. En fin...

Sobre los tratamientos, por si a alguien le interesa mi opinión, voto por el uso de la crema anestésica tópica (EMLA) en los niños pequeñitos e incluso en los más mayores, digamos hasta los 6 años si es que les da miedo la administración (no vuelve a haber vacunas hasta los 12 años). Sobre la medicación oral pienso que cuanto menos tomen los niños, mejor, por eso prefiero la crema, pero vamos, que tampoco sería delito.

Además de la crema o la analgesia intentaría siempre medidas que les calme o distraiga. Tenerlos en brazos, mecerlos, darles palmaditas en otra zona del cuerpo y en los mayores, jugar con ellos como he indicado en el otro post (soplar, música, etc.).

Hay enfermeros/as que no quieren pinchar al niño en los brazos de su madre aduciendo a que es mejor pincharle en la camilla (incluso diciendo que hay estudios que dicen que en la camilla es mejor porque bla, bla, bla). La razón suele ser 'que no les da la gana', lo puedo decir más alto, pero no más claro.

Sí, en la vida se van a dar muchos golpes, se van a hacer daño muchas veces y van a llorar cuando les duela algo o sientan miedo pero no puedo aceptar, por respeto a los niños, que son tan persona como yo, dejar que sufran o sientan dolor si podemos evitarlo.

Más información | AAP, FacMed, AEP En Bebés y más | Las vacunas, cómo evitar el dolor y mi diálogo con la "profe" (I), Métodos para aliviar el dolor en bebés, El tratamiento del dolor en los bebés prematuros, Una cucharada de azúcar antes de la vacuna para aliviar el dolor

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