La povidona yodada, antiséptico prohibido

O al menos así debería ser para las mujeres embarazadas, para las que dan el pecho a sus hijos y para los bebés.

El uso tópico de la povidona yodada (Betadine, Topionic, etc.) provoca una sobrecarga incontrolada de yodo que puede provocar un bloqueo transitorio de la tiroides en los bebés.

La tiroides necesita yodo para sintetizar hormonas, pero si hay un exceso de yodo en edades tan tempranas, la tiroides inhibe la captación del yodo y deja de funcionar como debiera provocando hipotiroidismo.

La concentración de yodo en la sal yodada es de 60 microgramos por gramo de sal. En la povidona yodada es de 10.000 microgramos/ml. El peligro no es sólo la altísima concentración de yodo, sino que además se absorbe mucho y muy rápido. Para que os hagáis una idea de la magnitud de la absorción se ha observado que la yodemia (yodo en sangre) del cordón umbilical aumenta hasta en un 50% en aquellas madres en las que se ha aplicado yodo momentos antes del expulsivo.

Esta sobrecarga de yodo en la madre hace que haya un aumento de yodo en la leche materna hasta 10 veces superior, en los días posteriores al parto, que aquellas madres a las que no se les aplica este antiséptico.

Todo ello hace que el bebé reciba mucho más yodo del que precisa y que su tiroides se bloquee provocando un hipotiroidismo transitorio que puede afectar al desarrollo cerebral del bebé, que provoca falsos positivos en la prueba del talón y que hace por lo tanto que se diagnostiquen y mediquen estas alteraciones que bien podrían haberse evitado.

En Bebés y más | La prueba del talón: un pinchazo preventivo

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