La costra láctea del recién nacido: qué es y cuándo hay que tratarla

La costra láctea, que por llamarse láctea muchas personas asocian a que el bebé tome leche materna, sin existir dicha relación, es un conjunto de costras de color blanquecino, en ocasiones, amarillo, que aparece en el cuero cabelludo de los bebés.

No es una enfermedad, sino más bien un problema estético cuyo tratamiento es por lo tanto opcional. Sin embargo pueden suceder algunas complicaciones y entonces sí sería necesario tratarla, así que en esta entrada vamos a explicar más a fondo qué es la costra láctea y cuáles son las situaciones en que es preciso hacer algo.

La costra láctea, bastante común

La costra láctea aparece en cerca del diez por ciento de los recién nacidos y suele iniciarse en la segunda o tercera semana de vida. Dicha costra no es más que grasa seca, una dermatitis seborreica cuyo problema suele ser, como digo, estético, pues no afecta en nada.

Las costras se localizan en la cabeza, aunque hay niños que también las tienen en las cejas y entrecejo, tras las orejas o en algunos pliegues del cuerpo, hecho que suele animar a los padres a empezar a eliminarla, al menos en las zonas de la cara.

Las causas de su aparición son variables, ya que puede tratarse de un factor genético, de un desarreglo hormonal fruto de las hormonas maternas que llegan a través de la placenta, que hacen que las glándulas sebáceas segreguen un exceso de grasa, o de una consecuencia a algunos factores meteorológicos.

Cuándo hay que tratarla

El tratamiento para eliminar la costra láctea es opcional cuando se trata solamente de un problema estético. Hay padres a los que no les importa que esté ahí y hay otros que prefieren que su bebé no la tenga. Esto sucede sobre todo, como ya he dicho, cuando la costra se concentra en zonas de la cara, como en las cejas, que hacen parecer al bebé cejijunto.

Si no se hace nada la costra va desapareciendo sola con el paso de los meses y, si se quiere hacer algo, basta con buscar la manera de ablandar las costras para que vayan saltando. Existen cremas específicas para tal función aunque por experiencia deciros que el aceite corporal de bebés, el mismo aceite de cocinar funciona también muy bien. Se aplica en la cabeza, sobre las costras, haciendo un poco de masaje y un rato después (15-30 minutos) se le baña. Con la esponja mojada y un poco de champú se va frotando suavemente la cabeza. De este modo algunas de las costras saltan y así ha de ir haciéndose cada dos o tres días para que vayan cayendo.

Las posibles complicaciones, y por lo tanto las situaciones en que se recomienda un tratamiento, es cuando se observa que la costra láctea abarca una extensión demasiado grande o si se inflama y se infecta (la costra se vuelve más amarillenta y los bordes están inflamados y enrojecidos). En estos casos hay que acudir al pediatra para que nos recete el tratamiento oportuno, que suele consistir en alguna crema con corticoides y alguna pomada que contenga antibiótico.

Foto | iStockphoto

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